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La campaña en curso registrará buenos niveles de
producción, pero con precios más bajos que los vigentes en la
campaña anterior.
En el caso del trigo, se han sembrado 6.200.000 hectáreas, lo que
representa un incremento de 2,7% en relación con la campaña anterior. Se espera, en
consecuencia, una producción de entre 14,5 y 15 millones de toneladas. El problema
principal en materia de precios es que todavía queda en manos de los productores un
remanente del orden de las 3,8 millones de toneladas de la campaña pasada, lo que
constituye un verdadero récord histórico.
A ese hecho debe agregarse que Brasil, nuestro principal comprador, registró una cosecha
récord, lo que disminuiría su demanda del cereal argentino en 1,5 millones de toneladas.
Las perspectivas para la próxima cosecha de maíz son muy favorables.
Las primeras estimaciones de siembra hablan de un aumento de la superficie que va, según
la fuente, desde 5% estimado por la asociación de productores Maizar, hasta 10% que
estima la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
La extensión sembrada se ubicaría entre 2,5 y 3,0 millones de hectáreas. La mayor
estimación de superficie se debería a la disminución de la relación de precios entre
la soja y el maíz -como consecuencia de la caída en la cotización de la primera- y a
una inclinación de los productores a hacer rotación de cultivos. La producción
alcanzaría las 15,5 millones de toneladas, frente a las 12,6 millones de toneladas de la
campaña anterior. De cumplirse esta estimación, el nuevo saldo exportable se ubicaría
en los 9 millones de toneladas, contra los 7,2 millones de la anterior cosecha. Para
Maizar, el área sembrada crecería sólo 5% en la presente campaña, pero anuncian un
crecimiento continuado en los próximos años, hasta llegar a una producción de entre 30
y 40 millones de toneladas en 2010.
El aumento de la producción se debería, entre otras cosas, a la mayor demanda del
cereal, producto de la recuperación del sector ganadero.
El stock de maíz remanente en manos de los productores es de apenas 1,5 millones de
toneladas.
El nivel de los precios internacionales dependerá del volumen de la cosecha de los
Estados Unidos que, por el momento, se proyecta a niveles récord. Sin embargo, el factor
climático puede todavía jugar un papel central en la determinación de los precios.
Las estimaciones sobre la próxima siembra de soja varían mucho. Según
algunos observadores, la superficie aumentaría en 4%, pero existen algunos que sostienen
que incluso es posible que disminuya. La razón de la diferencia de criterios es obvia: el
7 de mayo la tonelada de soja se cotizaba en $ 700 la tonelada y a mediados de setiembre
se ubica por debajo de los 500 la tonelada. El Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos (USDA) estima que la producción de la cosecha 2004/05 de la Argentina alcanzará
las 39 millones de toneladas. Los productores argentinos, por su parte, todavía tienen en
sus manos un excedente sin vender de la cosecha anterior de alrededor de 12 millones de
toneladas.
Brasil espera expandir la superficie cultivada con soja en 8%, llevándola a 23 millones
de hectáreas. Según las estimaciones del USDA, la producción brasileña llegaría a 66
millones de toneladas.
Las cifras de la cosecha estadounidense cambian semana a semana de acuerdo a la evolución
del clima, dándole un alto grado de volatilidad al mercado. El USDA, en su último
informe, consignó una producción estimada de 78,3 millones de toneladas.
El gran demandante mundial, China, no tendrá en el mercado la participación central que
tuvo en 2004, dada la mala situación financiera por la que pasan muchas de sus empresas
importadoras. |
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La exportación está empujando los precios
al alza, frente a una oferta relativamente débil. El mercado ruso reabrió sus
importaciones de carne argentina y en septiembre se cumplirá un año desde que se
detectó el brote de aftosa de Tartagal, Salta, lo que permitiría comenzar a discutir con
Estados Unidos y Canadá la reapertura de esos mercados.
Los volúmenes exportados, según cálculos de Ciccra, subieron en los primeros cinco
meses del año 25,5% en relación con el período enero/mayo 2003, mientras que los
precios lo hicieron en 13,7%.
Otro elemento que también influirá en el panorama exportador es la posibilidad de que se
negocie con la Unión Europea un aumento de la cuota Hilton.
Los precios en agosto en el Mercado de Liniers crecieron, para la categoría de novillos,
4,2% en relación con julio, aunque conviene tener en cuenta que el peso promedio de los
animales comercializados estuvo por debajo de los 370 kilos por cabeza.
No solo se notó la presión de la exportación en términos de precios: el consumo
interno también se incrementó, pasando de 55,7 kilos por habitante en febrero de 2003 a
63,9 kilos en marzo de 2004, siempre según Ciccra. Los precios de la carne, a su vez,
crecieron 7,9% entre noviembre de 2003 y julio de 2004. |