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La Segunda Encuesta Argentina de Innovación
(INDEC-SECYT-CEPAL, 2003) proporciona abundante información sobre los procesos de
innovación encarados por las empresas manufactureras argentinas en el período 1998/2001,
abarcando tanto los esfuerzos realizados como los resultados obtenidos por las firmas.
Lo primero que llama la atención al analizar los indicadores resultantes es la
falta de correspondencia entre las dos dimensiones mencionadas: esfuerzos y resultados.
Mientras que, de acuerdo con parámetros internacionales, es alto el porcentaje de
empresas innovadoras TPP (firmas que han logrado innovaciones tecnológicas de producto
y/o proceso) lo contrario sucede con los indicadores referidos a las Actividades de
Innovación (las acciones llevadas a cabo por las empresas con el propósito de introducir
innovaciones). Este contraste alimenta legítimos interrogantes con respecto a las
características de los procesos de innovación en la Argentina y a la envergadura de las
innovaciones introducidas.
En principio, las estructuras de producción y comercio en la Argentina, cargadas hacia commodities
y productos low-tech, sugieren que de la llamativa proporción de
innovadoras entre las firmas argentinas no debe deducirse que en nuestra industria
existan, de manera generalizada, capacidades destacadas para competir en actividades en
donde el conocimiento juega un papel importante.
En las encuestas de innovación suelen combinarse dos enfoques o aproximaciones
metodológicas: el enfoque de objeto, que pone el acento en los resultados obtenidos por
las empresas en términos de innovaciones y el enfoque de sujeto que centra la indagación
en los esfuerzos realizados para lograr innovaciones (independientemente de los resultados
alcanzados). Un adecuado balance en el empleo de ambas aproximaciones parece ser lo más
aconsejable, ya que ambas dimensiones requieren ser analizadas. Sin embargo, suele ser
frecuente que en los análisis de los procesos de innovación se preste mayor atención a
las innovaciones logradas que a los esfuerzos realizados. Hace tiempo que venimos
sosteniendo desde la RICYT (Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Técnica) y el
grupo REDES que un sesgo excesivo hacia el enfoque de objeto puede ser de escasa
utilidad e, incluso, puede inducir a conclusiones equivocadas.
En el Manual de Bogotá (Jaramillo H., Lugones G. y Salazar M., 2000), hemos planteado, al
respecto, que los esfuerzos realizados por las empresas y organizaciones en pos de
aumentar y mejorar sus capacidades humanas y materiales para generar, desarrollar, adaptar
y aplicar nuevos conocimientos (enfoque de sujeto) son tanto o más importantes de conocer
y analizar que los resultados obtenidos en la concreción de innovaciones, ya que pueden
ofrecer mejores criterios para el diseño de políticas públicas y estrategias privadas
tendientes a lograr ventajas competitivas genuinas, sustentables y acumulativas, en un
marco global en el cual el conocimiento es un factor de importancia cada vez mayor.
La Encuesta Argentina, pese al optimismo que podría suscitar el indicador de empresas
innovadoras, ofrece evidencias que señalan la presencia de tendencias poco
prometedoras en términos de mejoras en las capacidades disponibles para la generación,
difusión y apropiación de nuevos conocimientos por parte de la industria argentina y de
los senderos de aprendizaje y desarrollo por los que incursionan las firmas argentinas, es
decir, la dirección del proceso de innovación.
Los datos de la Encuesta muestran un alto porcentaje de empresas innovadoras. Un total de
949 empresas, es decir, el 56% del panel de 1688 firmas que respondieron al cuestionario
de la Segunda Encuesta Argentina de Innovación, informó haber introducido en el mercado
innovaciones tecnológicas de producto y/o proceso (innovaciones TPP) en el período
relevado (1998/2001), proporción que resulta llamativamente superior a la registrada en
Uruguay (30% entre 1998 y 2000) y Brasil (32% entre 1998 y 2000), por ejemplo
(INE/DINACYT/PDT, 2003; IBGE/MCT/FINEP/MPOG 2002). Aun cuando en el caso argentino
la consulta abarcó cuatro años (uno más que en los restantes) la proporción de
innovadoras TPP sobre el total puede considerarse alta.
Baja
magnitud del gasto en Actividades de Innovación
Las Actividades de Innovación (AI) son aquéllas desarrolladas por las empresas con el
propósito de introducir innovaciones e incluyen Investigación y Desarrollo, Adquisición
de Tecnología incorporada y desincorporada, Ingeniería y Diseño Industrial,
Contratación de Consultorías y Capacitación de recursos humanos. La tendencia insinuada
en la anterior encuesta (92/96) hacia el crecimiento del gasto en AI se interrumpió entre
1998 y 2001. Por el contrario, el mismo se ha venido reduciendo significativamente desde
el comienzo del período ubicándose en valores muy inferiores a los precedentes.
Desbalance
en los gastos en Actividades de Innovación
La información de la Encuesta muestra que los esfuerzos de las firmas argentinas
destinados a mejorar las capacidades tecnológicas y organizacionales en el período
1998/2001 se han concentrado fuertemente en la adquisición de tecnología incorporada
(bienes de capital sobre todo, pero también hardware) ocasionando un marcado
desbalance en las AI encaradas por las empresas. En efecto, el 71% de las AI
corresponden al rubro mencionado, lo que no hace sino confirmar una tendencia que ya se
observaba en la anterior encuesta, referida al período 92/96, donde los gastos en
tecnología incorporada absorbían entre el 67% (1992) y el 70% (1996) del total de gastos
en AI.
Esta falta de equilibrio en las AI, que soslaya otras fuentes de conocimiento y de
desarrollo de capacidades tan importantes como I+D, Software, Transferencia de
Tecnología, Ingeniería Industrial, Gestión, Capacitación y Consultorías, pone
en riesgo el desarrollo de capacidades endógenas por parte de las empresas, capacidades
que pueden ser incluso imprescindibles para un pleno aprovechamiento de los esfuerzos
realizados en la adquisición de tecnología incorporada.
Aunque son numerosas las firmas que informan haber realizado actividades de I+D en el
período 1998/2001, los gastos respectivos, tanto en términos absolutos como relativos,
no son de gran envergadura. Algo semejante ocurre con los esfuerzos de
capacitación que, como sabemos, cumplen un papel estratégico al favorecer el acceso de
las firmas al umbral mínimo de capacidades, conocimientos y habilidades necesarios para
aprovechar oportunidades y convertir información en conocimiento.
Conclusiones
Como vimos, del análisis de las Actividades de Innovación realizadas por las empresas
manufactureras argentinas se destacan dos rasgos negativos: baja magnitud del gasto y
falta de equilibrio del mismo.
En cuanto a la baja magnitud del gasto, no cabe duda que tanto el insuficiente tamaño del
mercado, como las dificultades para acceder a financiamiento constituyen formidables
obstáculos a la innovación. El reducido tamaño del mercado interno provoca fuertes
deseconomías de escala ya que las Actividades de Innovación se caracterizan por altos
costos fijos y bajos costos variables. En un contexto de preeminencia del
autofinanciamiento, las empresas en mejores condiciones de superar las restricciones de
mercado son las de mayor tamaño (recursos) y las que exportan en gran escala. En
la Argentina estos rasgos corresponden a las empresas que se desenvuelven en la
producción de commodities industriales y agroindustriales, actividades,
en términos generales, con menores posibilidades relativas de derrames
de conocimiento y de generación de beneficios sociales y cuyos mercados se caracterizan
por un escaso dinamismo, fuertes oscilaciones de precios y alta inestabilidad.
La falta de equilibrio, manifestada en la debilidad de los esfuerzos de las firmas
argentinas para la generación y/o adquisición de conocimientos distintos de los
habitualmente agrupados bajo el concepto "tecnología incorporada" (bienes de
capital y hardware), puede obedecer a varias causas concurrentes: precios relativos
vigentes durante el período analizado que sesgaban las decisiones de las firmas a favor
de la adquisición de equipos; estrategias tendientes a racionalizar la
producción (defensivas); urgencias de las empresas que implicaban una
baja disposición a encarar acciones con beneficios inciertos y a plazos indeterminados, e
incluso, factores de cultura empresaria que inciden en una baja valoración de los
beneficios que pueden esperarse de la realización de esfuerzos endógenos y en una escasa
disposición a vincularse con otros agentes y actores del sistema.
Sin embargo, las ventajas de desplegar actividades de innovación de manera balanceada y
sistemática ha quedado en evidencia con los datos reseñados respecto del mejor
desempeño relativa de las empresas que hicieron ese esfuerzo, pese al contexto
marcadamente hostil de finales de los '90.
Se impone, entonces, un cambio de rumbo en el conjunto del sector industrial
argentino hacia un mayor contenido de conocimiento en la producción (bienes diferenciados
y de mayor complejidad tecnológica) siguiendo, además, la orientación del grupo de
empresas innovativas que hicieron un esfuerzo balanceado en procura de combinar el acceso
a conocimiento exógeno a la firma con la búsqueda de mejoras en sus capacidades
endógenas.
Para ello puede ser de gran importancia la realización de esfuerzos conjuntos entre el
sector privado (en particular, las cámaras empresarias y las grandes empresas líderes
que marcan el camino en materia de generación, desarrollo y adquisición de nuevos
conocimientos) y las agencias o dependencias públicas responsables de la formulación de
políticas de desarrollo industrial y aliento a la innovación, tendientes a difundir
entre las firmas las ventajas que podrían derivarse (para las empresas y para la sociedad
en general) de un cambio como el señalado.
(1)
Extracto del trabajo de Gustavo Lugones, publicado en "Boletín Informativo
Techint", Nº 314, Buenos Aires, mayo-agosto de 2004. |
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