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En los últimos años varias grandes empresas argentinas han
comenzado a implementar programas de fomento al desarrollo exportador de las PyME a ellas
vinculadas, sean éstas últimas proveedores o clientes. En particular, hemos analizado
aquí los Programas de Articulación Exportadora (PAE) entre grandes empresas proveedoras
y sus clientes PyME.
Los objetivos que persiguen las grandes empresas con estas iniciativas se
relacionan básicamente con la mejora de su imagen corporativa, el aumento de sus ventas y
el fortalecimiento y fidelización de la red de clientes.
Algunas grandes empresas buscan explotar oportunidades comerciales bien concretas, pero en
su mayoría se trata de iniciativas más difusas, que apuntan a beneficiar a los
proveedores en forma indirecta y en el mediano plazo.
En el primer caso las iniciativas han surgido y operan sin apoyo directo de políticas
públicas. En el segundo caso, en cambio, jugó un rol importante en su gestación la
existencia de un programa público especificamente dirigido a alentar esos esquemas
(SEPyME).
El carácter relativamente novedoso, innovador y a la vez heterogéneo de estas
experiencias, hace que estén sujetas a un intenso proceso de "prueba y error",
del cual todavía no surgen conclusiones y directrices muy claras en cuanto a best
practices.
Los acuerdos relevados, que probablemente representan una proporción significativa de los
PAE actualmente implementados en el país, son incipientes e involucran en total a un
número limitado de PyME (unas 250). Pero muestran resultados positivos y
podrían abarcar potencialmente a un universo PyME bien más amplio.
Se observan resultados interesantes en cuatro niveles:
1. Exportación: varias PyME han ampliado su inserción
externa de la mano de estos programas, y la mayoría ha podido mejorar sus posibilidades
exportadoras a partir de las actividades en ellas desarrolladas.
2. Agilización del acceso de las PyME involucradas a programas públicos de
apoyo a las exportaciones y a la competitividad en general.
3. Estrechamiento de los vínculos proveedor-cliente: más allá de que el
eje de los PAE sean las actividades vinculadas al comercio exterior, el proceso es más
complejo y rico en interacciones de distinto tipo, lo que incluye el flujo de
informaciones productivas, tecnológicas, financieras y comerciales. De hecho, algunos
acuerdos prevén explícitamente la transferencia de know how de
proveedores a clientes, el desarrollo de cambios en las materias primas, etc.
4. Desarrollo de vínculos entre las PyME participantes de un mismo PAE, lo
cual es particularmente significativo en el caso de los programas que prevén la
organización de grupos asociativos. Las interacciones horizontales así desarrolladas
permiten mejorar la información y acelerar el aprendizaje y pueden expresarse en la
concreción de negocios conjuntos o incluso en procesos de especialización productiva.
Las
condiciones bajo las cuales las empresas líderes están dispuestas a
apoyar el desarrollo exportador de las PyME a ellas vinculadas productiva y/o
comercialmente, varían sustancialmente según éstas sean proveedores o clientes. En el
caso del encadenamiento con proveedores, se observa que generalmente las firmas líderes
promueven procesos de upgrade en procesos y productos, pero no
necesariamente el upgrading de funciones, tales como marketing y
exportación, que las tornaría más autónomas.
En el caso de los encadenamientos con clientes, en cambio, las situaciones win-win
parecen ser más frecuentes. La gran empresa proveedora normalmente tiene fuerte interés
en incentivar una mayor competitividad de las PyME transformadoras locales, porque ello
redunda naturalmente en el aumento de sus ventas en el mercado interno, donde además
obtiene generalmente una rentabilidad mayor que en los envíos al exterior.
La existencia de instrumentos públicos de apoyo a las exportaciones y la
subutilización de los mismos por parte de las pequeñas empresas, define uno de los
objetivos básicos de algunos PAE: favorecer el acceso a los mismos a las PyME de la
propia cadena de valor.
Más allá de esa situación, se ha señalado el rol positivo jugado por las iniciativas
públicas para incentivar a las grandes empresas a lanzarse a la organización de PAE. En
varios casos la SEPyME ha jugado un útil rol de sensibilización para "vender"
una idea de articulación exportadora relativamente novedosa, pero además ha ofrecido:
respaldo técnico para el diseño de los programas y para
la implementación de los proyectos asociativos;
cofinanciación de ciertas actividades, y
acceso facilitado a instrumentos de apoyo radicados en la propia
institución o en otras agencias públicas.
Por otro
lado, una vez puestos en marcha los programas, el apoyo de la Fundación Export Ar y de la
Cancillería han sido importantes para viabilizar actividades de promoción en mercados
externos.
De todos modos, aún frente a esa evidencia, cabe todavía preguntarse:
a) si ese apoyo es realmente necesario, tratándose de grandes
empresas que disponen generalmente de vastos recursos y know how, y
b) si ese apoyo es suficiente. Adicionalmente, también es
útil reflexionar sobre cómo debería articularse la política pública con estas
iniciativas privadas, dentro de una estrategia más amplia de apoyo a la competitividad e
internacionalización de las PyME.
A nuestro
juicio, la política pública en relación a los PAE debe buscar por lo menos tres
objetivos básicos:
a) incentivar efectivamente a las grandes empresas e
implementar PAE "ambiciosos" en un doble sentido: cuantitativo (que abarquen a
un universo significativo de empresas de la cadena de valor correspondiente) y cualitativo
(que se esfuercen efectivamente en el desarrollo competitivo y exportador de las PyME a
ellas vinculadas);
b) facilitar la implementación de PAE, en el sentido de disponer
instrumentos que funcionen y expertise técnica que contribuya a superar
obstáculos;
c) regular y monitorear el efectivo cumplimiento de los
acuerdos, contribuyendo a superar conflictos.
Este estudio
analizó el proceso de gestación y el funcionamiento de algunas iniciativas de
articulación exportadora entre grandes empresas y sus clientes PyME. Pudo comprobar que
constituyen un instrumento potencialmente útil, no sólo para lograr avances exportadores
en las PyME sino más en general para profundizar encadenamientos productivos y
tecnológicos a lo largo de las cadenas de valor. De cualquier manera, el avance es
incipiente, los resultados todavía escasos y las estrategias de las empresas que lideran
estos programas no están bien consolidadas. Por lo tanto, éstas deberían continuar
siendo incentivadas y monitoreadas por políticas públicas y que podrían ser un
componente importante de las políticas de apoyo a la competitividad e
internacionalización de las PyME y más en general de las tramas productivas.
(1)
Extracto del estudio coordinado por Néstor Bercovich, editado por la Oficina de la CEPAL
en Buenos Aires, julio de 2005. |
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