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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 260 - Enero 2006 - AÑO 24 |
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Las perspectivas para 2006 y los desafíos de la política
económica |
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La reciente difusión de los indicadores
sobre el comportamiento de la economía argentina en el tercer trimestre del año muestran
la continuidad del dinamismo productivo, si se tiene en cuenta que el producto
interno bruto (PIB) creció, en ese período, 9,2% con relación al tercer trimestre de
2004 y que igual porcentaje de incremento se obtiene al comparar los nueve
primeros meses de 2005 con respecto a igual lapso del año anterior.
Si se observa la evolución de la demanda global en el tercer trimestre de 2005 puede
apreciarse que el consumo privado creció 8,9%, el consumo público 6,7%, la inversión
-la variable más dinámica- 23,1% y las exportaciones 13,3% (ver cuadro adjunto). Con
tales registros cabe proyectar, para todo el año 2005, un incremento del PIB del
orden de 9%, en cuyo caso se habría verificado en el trienio 2003/2005 un
aumento acumulativo del 29,3%.
Por su parte, las perspectivas para el año 2006 en materia de expansión del nivel de
actividad económica, sugieren una moderación en el ritmo de crecimiento, como
consecuencia de varios factores, pero especialmente por la creciente utilización de la
capacidad productiva instalada y por problemas climáticos que impedirían repetir la
producción agrícola de la campaña 2004/2005, en particular en la cosecha de trigo. De
todas maneras, hay consenso entre los analistas económicos, teniendo en cuenta el
arrastre estadístico que deja el año 2005 y el mantenimiento de la situación
macroeconómica existente, que puede esperarse un incremento del PIB de
aproximadamente 6% en 2006.
Por cierto, un tema relevante para proyectar el comportamiento económico de 2006 es la
evolución del proceso inflacionario, cuyo control es en la actualidad la principal
preocupación oficial. En tal sentido, el Gobierno ha concretado una serie de acuerdos con
varios sectores productores y comercializadores de bienes de consumo popular, con el
propósito de impedir nuevas alzas de precios o retrotraer los mismos a los valores
vigentes en el mes de noviembre pasado.
Más allá de los efectos antiinflacionarios que se logren con los acuerdos alcanzados
-especialmente en diciembre y enero, meses que por razones estacionales son proclives a
las subas de precios- existe un proceso de adecuación de precios relativos que,
muy probablemente, continuará incidiendo sobre el índice de precios al consumidor
durante el año 2006. Nos referimos en particular al retraso relativo del precio
de los servicios, o sea de aquellos rubros que no sufrieron el impacto directo de la
devaluación de principios de 2002, como sí ocurrió con la mayoría de los bienes.
En tal sentido puede verificarse en la composición de los precios minoristas, que
mientras los bienes en su conjunto aumentaron 103% entre diciembre de 2001 y noviembre de
2005, los servicios sólo se incrementaron 39% en el mismo período. Dejando de lado el
caso de los servicios públicos que están sometidos a un régimen de control tarifario,
lo cierto es que el resto de los servicios tiende a mejorar sus precios, empujados
también por el crecimiento de la demanda global.
Frente a este panorama, el gobierno intenta contener las expectativas
inflacionarias sin afectar el ritmo de crecimiento de la economía, esto es, sin
impulsar una suba de las tasas de interés y evitando el retraso de la paridad cambiaria.
De todos modos, mantiene una holgada posición de superávit fiscal primario, que cumple
un rol significativo como anclaje antiinflacionario.
La cuestión fiscal, por otra parte, tiene además un papel más relevante a partir de la
decisión oficial de cancelar íntegramente la deuda con el FMI, lo cual implica
reducir las reservas internacionales de divisas en un monto cercano a los u$s 10.000
millones, es decir en algo más del 30% del total. Si, tal como ha sido expresado
públicamente, el objetivo consiste en recuperar gradualmente el nivel de reservas, la
Tesorería -vía superávit fiscal- deberá contribuir de manera importante a tal
propósito, evitando que la totalidad de la adquisición de divisas la realice el Banco
Central a través de la emisión monetaria. De todos modos, también cabe resaltar la
significación política de la medida adoptada frente al FMI pero, dada la solidez
macroeconómica existente, la misma no debería alterar -salvo en las cuestiones fiscales
y monetarias ya señaladas- los aspectos más salientes de las proyecciones de corto y
mediano plazo.
En definitiva, las perspectivas para 2006 señalan una alta probabilidad de
mantenimiento del crecimiento económico, la reducción del desempleo -posiblemente a
niveles de un dígito- y la continuidad de la recuperación gradual del salario real.
Pero para ello es indispensable que la conducción económica mantenga un seguimiento
permanente de la cuestión inflacionaria, aliente la inversión productiva y exprese
señales contundentes sobre la solidez fiscal.
OFERTA Y DEMANDA GLOBALES (*)
Variaciones porcentuales (1) |
Concepto |
2004 |
I Tr. 2005 |
II Tr. 2005 |
III Tr. 2005 |
PIB
(a precios del mercado) |
9,0 |
8,0 |
10,4 |
9,2 |
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Importaciones |
40,1 |
15,7 |
29,7 |
17,8 |
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Oferta
y demanda globales |
11,3 |
8,7 |
12,1 |
10,0 |
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Consumo
privado |
9,5 |
8,1 |
10,9 |
8,9 |
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Consumo
público |
2,7 |
5,6 |
5,4 |
6,7 |
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Inversión |
34,4 |
13,4 |
25,0 |
23,1 |
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Exportaciones |
8,1 |
16,6 |
16,5 |
13,3 |
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(*)
Estimaciones preliminares.
(1) Respecto a igual período del año anterior.
Fuente: Dirección Nacional de Cuentas Nacionales. |
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Industria manufacturera: inversiones en 2005 |
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Después de alcanzar un mínimo en el primer
trimestre de 2002, la inversión bruta interna fija creció en términos
reales 127% hasta llegar a representar 19% del producto interno bruto (PIB) en el segundo
trimestre del corriente año.
Entre los sectores que han impulsado ese proceso de recuperación, se destaca la industria
manufacturera, que ha enfrentado una ampliación de la demanda interna, así como avances
en materia de sustitución de importaciones y de incremento de exportaciones. Estos
avances se han apoyado básicamente en el cambio de precios relativos
favorable a los bienes comercializables con el exterior, a partir de la devaluación del
peso en enero de 2002.
Los proyectos de inversión en la industria comprenden un amplio conjunto de rubros y su
difusión a nivel de empresas se halla favorecida por el crecimiento de las PyME en los
últimos años.
Seguidamente y a partir de un amplio relevamiento del INDEC, se enuncian inversiones en la
industria que se han concretado y/o se encuentran en proceso de ejecución en el corriente
año con finalización en 2006 y 2007, con el objetivo de ampliar la capacidad instalada
de producción (y no con otros objetivos como la mejora de la calidad del producto, la
reducción de costos operativos, etc.).
El aumento de la capacidad instalada que se estima aquí para cada bloque industrial se
refiere a la variación proyectada entre la capacidad efectivamente operativa a fin de
2005 y la capacidad existente a fin de 2004.
Entre los bloques que han incrementado proporcionalmente más su capacidad instalada, se
ubica el de productos de caucho y plástico, para el cual se estima un
aumento de 10% a 12%. Se registran inversiones para ampliar la capacidad en las empresas
productoras de neumáticos y en las fabricantes de manufacturas de plástico (envases,
plásticos para la agricultura, tubos para la construcción).
El incremento de la capacidad en el bloque de vehículos automotores es
de 9% a 11%, tratándose de inversiones para desarrollar nuevas líneas de producción,
existiendo proyectos para 2006.
En el bloque de edición e impresión la ampliación prevista de la
capacidad es de 9% a 11%, con inversiones en diferentes líneas de envases flexibles y
etiquetas.
El aumento de la capacidad instalada en papel y cartón es de 8% a 10%,
mediante inversiones concentradas principalmente en papeles para impresión y para
envases. Algunas inversiones se realizan en etapas que proseguirán en 2006.
Para el bloque de sustancias y productos químicos se estima un
incremento de la capacidad de 8% a 10%, comprendiendo los rubros de productos
farmacéuticos; agroquímicos (principalmente herbicidas y fertilizantes); detergentes,
jabones y productos personales, y gases industriales. En distintas actividades químicas
hay proyectos de inversión para 2006.
La ampliación de la capacidad instalada en el bloque de la industria
metalmecánica, excluida la automotriz, se ha estimado de 7% a 9%. Se destacan
las inversiones en los rubros de maquinaria agrícola; autopartes y agropartes, y líneas
de heladeras, lavarropas y otros bienes de consumo durables. Existen proyectos de
inversión para 2006.
En el bloque de productos minerales no metálicos el incremento previsto
de la capacidad instalada es de 7% a 9%. Los rubros correspondientes son diversos
materiales de construcción y vidrio para envases.
El aumento de la capacidad en el bloque de alimentos y bebidas es de 6% a
8%, con inversiones en el procesamiento de soja; carne aviar; leche en polvo y quesos, y
bebidas (aguas minerales, gaseosas, cerveza y vinos).
Para el bloque de productos textiles la ampliación estimada de la
capacidad es de 5% a 7%, destacándose inversiones en tejidos planos y de punto y en
líneas de fibras sintéticas (poliéster, acrílica, nylon). Existen proyectos de
inversión para 2006.
El incremento de la capacidad en el bloque de productos de tabaco se ha
previsto de 3% a 5%, registrándose inversiones en el segmento de cigarrillos de menor
precio.
En el bloque de industrias metálicas básicas el aumento es de 2% a 4%.
En la industria siderúrgica, el leve incremento de la capacidad en 2005 se basa en
mejoras de la productividad. Asimismo, el proyecto global de inversión incluye una
ampliación de la capacidad de producción de acero crudo de aproximadamente 40%, a
ejecutarse en etapas en los próximos tres años. En aluminio primario se está
desarrollando un programa de inversiones que seguirá en 2006 y 2007, que aumentará la
capacidad instalada en 45%.
No se han detectado aumentos de capacidad durante 2005 en el bloque de refinación
del petróleo, registrándose sólo inversiones para mejorar la calidad de los
productos refinados. Para 2006 está prevista una ampliación de capacidad en el
procesamiento de petróleo crudo. |
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