Informe Económico de Coyuntura

Nº 262 - Abril 2006 - AÑO 24

 SECTOR AGROPECUARIO

SITUACION

El Gobierno Nacional decidió suspender por 180 días las exportaciones de carne vacuna (cortes congelados y enfriados, productos termoprocesados y enlatados). Se excluyen de la medida la cuota Hilton y los embarques correspondientes a los acuerdos país a país.
A partir del 1° de marzo el peso mínimo para la faena será de 280 kilogramos y de 300 kilos desde el 1° de abril.
El Banco de la Nación Argentina lanzó una línea de crédito a tasa subsidiada destinada a los productores ganaderos de todo el país. El monto total será de $ 300 millones y la tasa será de 6,82% (la Secretaría de Agricultura se hará cargo de otros 6 puntos de la tasa de interés de los préstamos). El sector tambero se beneficiará con otra línea similar por $ 200 millones.

La carne, un sector en crisis

Una vez más, como otras en la historia económica argentina, una sostenida reactivación de la economía coexiste con un incremento de la demanda de carne que promueve el aumento de los precios y la consecuente preocupación gubernamental por la incidencia de los mismos en los índices. La decisión de cerrar las exportaciones se vincula con el peso de la carne en los índices de precios y con el comportamiento de los precios de los productos alimenticios, de los que la carne forma parte, y cuya variación en el mes de febrero duplicó el del nivel general del índice de precios al consumidor (1,0 % de variación de los productos alimenticios frente a 0,4% del nivel general). La carne representa 4,5% del índice minorista.

La medida de suspensión de las exportaciones (Resolución 114 del Ministerio de Economía), se adoptó en el marco de negociaciones fracasadas entre el Gobierno y el sector exportador para lograr detener y aún reducir el precio del producto y cuando el kilo vivo de novillo en el Mercado de Liniers alcanzó a $ 2,948, el máximo precio del año.

Según datos del INDEC, el índice de precios al consumidor durante 2005 se incrementó en 12,3%, pero el precio de la carne subió 21,3%. Hay que señalar que durante 2005 el consumo por habitante bajó ligeramente en relación con 2004 (61 contra 63 kilos por habitante al año).

A principios de 2006 se habrían combinado dos elementos que presionaron sobre los volúmenes demandados: el incremento de la demanda interna y una excepcional situación en el mercado internacional que aúna factores circunstanciales con otros estructurales, para dar como resultado un incremento de las cotizaciones y una distinta composición de esa demanda. En efecto, la aparición de la aftosa en Brasil y la gripe aviar en Europa constituyen elementos coyunturales que inciden sobre la preferencia europea y rusa por las carnes argentinas. Este último país prefiere, además, los cuartos delanteros, incrementando la proporción de la demanda que compite directamente con el consumo interno y tendiendo a borrar la diferenciación de productos que caracterizaba a los mercados: el mercado interno predominantemente consumidor de cuartos delanteros de animales livianos y el mercado externo, demandante de cuartos traseros de animales pesados. El incremento de la demanda de carne de países en acelerado ritmo de crecimiento, como China, constituye, en cambio, un factor de incremento de la demanda internacional más estructural.

En el primer mes del año en curso las exportaciones de carne bovina cayeron 5% en relación con el mismo mes de 2005, pero crecieron 27% en divisas, hecho que ilustra los efectos de la presión de la demanda internacional sobre los precios. Es posible que la baja en la cantidad exportada haya estado relacionado con la implementación del Registro de Exportadores, medida que junto al aumento de las retenciones, que pasaron del 5 al 15%, habían sido tomadas para controlar el precio interno de la carne.

La suspensión de las exportaciones, podría agregar alrededor de 700.000 toneladas -en 2005 se exportaron 757.000 toneladas- a una faena para consumo interno que está alrededor de los 3 millones de toneladas. Cabe destacar que la faena para exportación en la Argentina representa alrededor de 33%.

La oferta de carne se mantiene estancada. La primera causa por la que esto es así radica en la expansión de la agricultura, que compitió favorablemente con la ganadería como consecuencia del incremento de los precios internacionales de los granos, en particular de la soja y que condujo al, por muchos criticado, auge sojero. Sin embargo, según analistas del sector, a pesar de que la ganadería perdió en los últimos años alrededor de 8 millones de hectáreas a favor de la agricultura, el stock de ganado no se habría visto afectado y se estima estabilizado entre 55 y 56 millones de cabezas, poniendo de manifiesto un significativo incremento de la productividad de la actividad.

Una expansión adicional de la actividad requeriría de nuevas inversiones que, a su vez, sólo se realizarían ante la convicción de que la expansión de la demanda y la mejora de los precios ganaderos ha llegado para quedarse. En esta dirección se inscribe la mencionada línea de préstamos a tasa subsidiada, aprobada por el Banco Nación para la actividad. Es necesario tener en cuenta en el análisis del comportamiento de la oferta, la tensión que existe a causa del doble carácter del ganado como bien de consumo y de inversión, tensión que puede resultar en un proceso de retención ganadera o, por el contrario en uno de liquidación, según se interprete un ascenso de los precios, la tendencia en la que se inscribe y su probable duración.

Obviamente, medidas como la adoptada -suspensión de las exportaciones-, tendientes a reducir el precio de la carne, no actúan estimulando las inversiones. Probablemente deban interpretarse como medidas transitorias encaminadas a promover el logro de acuerdos en el marco de negociaciones con el sector ganadero, hoy suspendidas.

A nivel gubernamental estarían en estudio distintas medidas adicionales. En relación con el Mercado de Liniers, que pese a canalizar alrededor del 18% de las ventas de ganado, actúa como referencia nacional de precios, el Ministerio de Economía estaría reconsiderando la prórroga de la concesión que venció en septiembre de 2005 y que había sido acordada mediante una carta de intención firmada por el secretario de Agricultura extendiéndola hasta 2010, debido a su escasa transparencia. También estaría en estudio la recreación de la Junta Nacional de Carnes u otra estructura similar. Cuotificar en forma permanente la exportación de carne, una vez levantada la actual prohibición total de exportación es otra de las medidas bajo análisis.

Finalmente, un llamado realizado por el Presidente de la Nación a los consumidores en el sentido de evitar la compra de carne mientras el precio de la misma permanezca elevado, puede tener una efectividad contundente sólo a muy corto plazo. El nivel de precios en el que se ubican los sustitutos de la carne vacuna es demasiado elevado como para tolerar un desplazamiento de la demanda. Más aún, es pertinente considerar la posibilidad de que parte de la presión del consumo interno sobre la carne, provenga de una ventaja comparativa frente a esos sustitutos.

PERSPECTIVAS

La reapertura del diálogo con las distintas entidades representativas de la productores, del sector de la comercialización y de los frigoríficos, es seguramente, un hecho inminente y conveniente. De no ser así, el futuro del precio de la carne se presenta incierto.
El precio del maíz se mantendrá en altos niveles por la sostenida demanda interna; el de la soja también evolucionará al compás de la nueva gran capacidad de molienda nacional, con la incógnita de la evolución del pleito con Monsanto.

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