Informe Económico de Coyuntura

Nº 265 - Julio 2006 - AÑO 25

La nueva política de carnes

La resolución que dispone la flexibilización de las exportaciones de carnes y la liberación del comercio de menudencias, subproductos y carnes procesadas, establece también que los exportadores deberán presentar ante la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) declaraciones juradas de los volúmenes exportados entre el 1° de junio y el 30 de noviembre del año pasado. Con esta información y después de cruzar los datos con la información disponible en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el organismo de control adjudicará los cupos de exportación a cada frigorífico. La cuota global a repartir se estima en alrededor de 140.000 toneladas. En el período junio-noviembre de 2005 las exportaciones de carnes bovinas alcanzaron un valor de u$s 662 millones.

La decisión del Gobierno se toma en momentos en que el precio del novillo en Liniers bajó casi 30% desde el pico de $ 2,94 registrado a principios de marzo. La cotización del novillo está muy por debajo de los $ 2,40 por kilo que se fijó como referencia en el acuerdo marco Gobierno-productores alcanzado en el mes de abril (ese valor se correspondía con $ 4,40 por kilo para la media res en carnicerías). Los representantes del sector minorista, por su parte, aducen que la baja de los precios en Liniers no se traslada al siguiente eslabón de la cadena con la debida rapidez.

La Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra) señaló que la modificación en la política de exportación no conducirá a un aumento inmediato de las compras de hacienda, ya que hay todavía unas 20.000 toneladas de carne en cámaras, que son las que irán primero a la exportación. Operadores del mercado opinaron que los precios del novillo van a seguir estables, con una cierta recuperación a mediano plazo. Podrían ubicarse en los próximos meses entre $ 2,30 y 2,40.

Las perspectivas agrícolas

La situación en relación con el trigo, en pleno proceso de siembra, está determinada por tres elementos: una muy buena situación de precios internacionales, la menor cosecha de la campaña 2005/06 y la decisión firme del Gobierno de evitar que los precios del cereal se trasladen a toda la cadena productiva (harina, pan). En la campaña 2005/06 se cosecharon 12,5 millones de toneladas, 22% por ciento por debajo de los 16 millones de la campaña anterior, según los datos oficiales. Algunos analistas privados, sin embargo, hablan de un resultado final de entre 13,5 a 14 millones de toneladas.

El análisis de oferta y demanda del cereal determina que por debajo de los 13 millones de toneladas empiezan a notarse problemas, ya sea de mayores precios o de falta del producto. La razón es que el consumo interno actual ronda los 6 millones de toneladas (entre molienda y semilla), mientras que a la exportación se destinan alrededor de 7 millones de toneladas. Hoy, con una cosecha de 12,5 millones de toneladas, ya se vendieron al exterior 7 millones de toneladas, lo que comprime el margen del volumen destinado al mercado interno.

El Gobierno reaccionó frente a esta situación con la mirada puesta en el precio de los productos finales elaborados con harina. Como primer paso, para evitar las subas internas de precios por la presión de los exportadores, el Gobierno aumentó el valor del índice de registro de ventas de u$s 156 a 182 por tonelada. Sobre este nuevo valor se deberán calcular ahora las retenciones. El paso siguiente fue llegar a un acuerdo negociado con el sector cerealero exportador para que autorregulen las ventas externas, tratando de que no se superen los 7 millones de toneladas ya embarcadas. Si eso se cumple, no habría mayor presión sobre el cereal disponible de la cosecha 2005/06, aunque los buenos precios internacionales son un poderoso aliciente para exportar, más que para vender en el mercado interno.

Las buenas perspectivas de precios del trigo y de la soja son la base para un aumento de casi 22% en la superficie sembrada con trigo, que se ubicaría finalmente en los 6 millones de hectáreas. De ese total estimado, ya se habría implantado 11,7%.

En el caso del maíz, todavía lejos del período de siembra, se ha planteado una situación similar, también debido a los menores niveles de la cosecha 2005/06. En este caso, sin embargo, el Gobierno desmintió en forma categórica que se piense en regular o restringir las exportaciones, comprometiéndose incluso a promover el aumento del área sembrada para la campaña 2006/07. La idea es que la futura producción -se esperaría entre 14 y 15 millones de toneladas para la próxima campaña- abastezca el consumo interno, la exportación (entre 50 y 60% de lo producido) y el futuro mercado de los biocombustibles.

Exportaciones

El ingreso de divisas del complejo agroalimentario, estimado para todo el año, sería de u$s 12.500 millones frente a los u$s 15.335 millones del año anterior. La diferencia, de unos u$s 2.835 millones, se debe a las bajas estimadas en la exportación de carnes vacunas (cercana a los u$s 1.000 millones) y las menores ventas de trigo, maíz, aceites y subproductos de la soja. La diferencia entre los valores de la carne vacuna y los cereales consiste para el primer caso en que se trató de una decisión de política, hoy en proceso de revisión, mientras que en el caso de los cereales se originó en menores producciones debido a problemas climáticos. En este caso, no hay posibilidades de revertir la situación, mientras que en las carnes todavía se puede llegar a una volumen aceptable de exportaciones.