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El artículo estudia la evolución de las Pymes exportadoras
(Pymex) antes y después de la devaluación de inicios de 2002. En primer
lugar, las autoras concluyen que la modificación del tipo de cambio nominal es condición
necesaria pero no suficiente para explotar las posibilidades exportadoras de este conjunto
de empresas.
En la comparación entre las firmas cuya actividad exportadora comienza a partir de la
brusca modificación del tipo de cambio, y aquellas que ya tenían alguna experiencia en
el negocio exportador, vuelve a darse algo similar a lo observado en el análisis
sectorial: las firmas que ya estaban en el negocio antes de la devaluación -las llamadas
con experiencia- se asemejan más a las tradicionales que a las incipientes en cuanto a su
estructura de destinos.
Es así como para las firmas con experiencia adquiere más peso el MERCOSUR (especialmente
por Brasil) y el Resto de ALADI (especialmente por Chile). El Nafta es similar y donde se
marca más la diferencia a favor de las Pymex incipientes es en la Unión Europea (UE) y
en ciertos países. Dentro de la UE adquieren importancia Alemania, España, Reino Unido,
y también muestran tal particularidad países como China y Argelia, hacia donde se dirige
gran parte de las exportaciones de este grupo de nuevas Pymex.
Conclusiones
Teniendo en cuenta que de las casi 40 mil firmas que incursionaron como exportadoras, unas
25 mil no lograron afianzarse en el negocio, parecería razonable tratar de indagar sobre
las causas que interrumpieron la experiencia a los efectos de modificar la situación.
Si bien durante la etapa post convertibilidad, el nuevo tipo de cambio ha tenido una
relación positiva con el crecimiento de las exportaciones Pymex de casi todos los
sectores, en algunos casos parece haber tenido más influencia que en otros, estos son:
Alimentos y Bebidas, Madera y Papel, Metalmecánica general y Construcción y Químicos y
Plásticos. Y en otros, sólo ha acompañado el proceso.
De acuerdo a lo analizado pareciera ser que no existe una correlación alta entre las
condiciones cambiarias favorables post devaluación y la potenciación de los destinos
tradicionales de las Pymex (MERCOSUR y países desarrollados). Por el contrario, lo que se
produjo fue la apertura de nuevos mercados, en muchos casos bastante lejanos, a los que
les resulta conveniente (a pesar de los elevados precios de los fletes) importar bienes
desde la Argentina.
De los tres tipos de empresas en que se clasificaron las Pymex: nuevas, tradicionales y
resto, las segundas pueden considerarse el núcleo fuerte del grupo, por el peso de sus
ventas (alrededor del 50% del total), y por que tienen muy diversificada su estructura
sectorial y también los destinos. Dentro de las firmas tradicionales se destacan las
medianas que fueron las responsables de imprimir los rasgos distintivos al perfil Pymex,
antes y después de los cambios operados en el año 2002. Otro grupo considerable es el de
las pequeñas tradicionales, que si bien está ubicado en umbrales bajos por el promedio
anual que exportan, tiene la característica de estar constituido por muchas firmas -cerca
de un millar- aspecto que es relevante si se le suma el hecho de haber exportado durante
una cantidad considerable de años.
En cuanto a la evolución sectorial de las firmas tradicionales, desde 1994 a 2001, cayó
la participación del grupo de Alimentos y Bebidas en el total exportado, por el aumento
de las ventas de bienes de origen industrial, a favor de Bienes de Capital, Metalmecánica
general y Construcción y Químicos y Plásticos. Sin embargo, a partir de la salida de la
convertibilidad, se detuvo este proceso de especialización, manteniéndose sin grandes
cambios la estructura sectorial de exportaciones.
En relación a los destinos de las exportaciones, las firmas tradicionales muestran en los
últimos años una mayor dispersión de ventas hacia el mundo, ya que mientras en 1998
exportaban a 135 países, en 2004 este número superaba los 160.
Las firmas nuevas, que comenzaron a exportar bajo las condiciones económicas post
devaluación y aportan una cuarta parte al total de exportaciones Pymex, son el correlato
de una década ausente en materia de incentivos a la producción y exportación. Por este
motivo concentran sus ventas en sectores industriales convencionales, como los alimentos,
y sus destinos en compradores poco tradicionales, en su mayoría países en desarrollo. No
obstante lo señalado, existe un aspecto positivo para remarcar y es el dinamismo que
mostraron durante su corta trayectoria. De mantenerse la tendencia observada, las nuevas
firmas pueden llegar a ser un aporte importante en cuanto al aumento en la generación de
divisas Pymex.
Otra característica de las nuevas firmas, es la de presentar una estructura sectorial
poco diversificada ya que casi la mitad de lo que exportan corresponde al sector
Alimentos, contrastando totalmente con las exportaciones de las Pymex tradicionales, para
las cuales el sector alimenticio sólo representa la cuarta parte del total. Incluso,
dentro del sector alimenticio las nuevas Pymex concentran sus exportaciones en unos pocos
rubros: Carnes, Frutas y verduras y Pesca.
En general, los bienes que exportan las nuevas Pymex tienen precios medios similares o
algo inferiores a los de las tradicionales, lo que estaría mostrando que se exportan
productos similares o bien que, siendo diferentes, existe una incorporación semejante de
valor agregado.
De acuerdo a lo desarrollado en este trabajo se puede concluir que la devaluación de 2002
no ha desencadenado un fuerte cambio estructural y significativo en lo que a las Pymex
exportadoras se refiere, por lo que se considera que una relación de las monedas
favorable para exportar es condición necesaria pero no suficiente para lograr el tan
ansiado despegue exportador con perfil esencialmente manufacturero.
(1) Extracto del estudio de Eugenia Crespo Armengol y Gloria Pérez
Constanzó, publicado en Boletín Informativo Techint Nº 319, Buenos Aires, enero-abril
2006. |
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