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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 269 - Noviembre 2006 - AÑO 25 |
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Crecimiento económico y solvencia fiscal |
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La actividad económica continúa mostrando
un sostenido dinamismo a lo largo del corriente año, haciendo que permanentemente se
corrijan al alza las proyecciones de crecimiento del producto interno bruto (PIB). La
información sobre la evolución del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) -que
anticipa el comportamiento del PIB- correspondiente al pasado mes de agosto, señala que en
los primeros ocho meses del año la actividad económica aumentó 8,5% con
relación a igual período de 2005.
También la producción industrial mantiene un crecimiento significativo, si se considera
que en el lapso enero-septiembre registró una expansión de 7,6%. Por otra parte, al
analizar la evolución de las distintas ramas manufactureras, se observan los mayores
incrementos en el rubro automotriz (29,4%) y en la fabricación de cemento (20,7%).
Con respecto a la evolución del nivel de actividad para el tramo final del año en curso
-en particular en el sector industrial- existen indicios de una probable
aceleración productiva, vinculada con la incertidumbre sobre el normal suministro
energético en los meses de verano. Ello podría estar provocando un aumento
adicional de la producción, como actitud preventiva, especialmente en aquellas ramas
manufactureras más intensivas en el uso de energía eléctrica. En tal sentido, el
significativo incremento del uso de la capacidad instalada en el sector industrial que se
verificó en septiembre -aumentó más de dos puntos porcentuales con respecto a agosto-
podría considerarse como una confirmación de lo señalado precedentemente.
En el contexto del citado dinamismo de la actividad económica mantiene su
fortaleza la situación fiscal, a favor de un importante crecimiento de la recaudación
impositiva. La misma se está expandiendo a un ritmo del orden de 23% por encima
de los ingresos tributarios del año pasado.
El gasto público corriente, por su parte y siempre con referencia al Estado nacional,
aumenta en una proporción similar a la recaudación, en tanto que el gasto de capital
-asociado, en gran medida, a obras de infraestructura- crece a un ritmo muy superior. De
todas maneras, como el gasto de capital todavía representa una magnitud reducida del
gasto total -aproximadamente 10%- tiene baja incidencia en el incremento de las
erogaciones.
En definitiva, en los nueve primeros meses del año en curso se alcanzó un superávit
fiscal primario -esto es, antes del pago de intereses de la deuda- de $ 19.100 millones,
monto prácticamente similar al superávit primario proyectado en el presupuesto para todo
el año 2006 y que asciende a $ 19.600 millones. El mejor resultado fiscal obedece al buen
comportamiento de las cuentas públicas, pero también, en medida considerable, a la
subestimación presupuestaria sobre el crecimiento de la economía, con lo cual los
números reales terminan siendo bien superiores a los presupuestados.
En tal sentido, también el proyecto de presupuesto para el año próximo tiende a
subestimar el superávit, ya que fue elaborado considerando un incremento del PIB en 2007
de sólo 4%, cuando sólo por efecto del arrastre estadístico de 2006 hay un
piso garantizado de crecimiento de algo más del 3%. De allí que el superávit fiscal
primario proyectado para 2007 de $ 21.800 millones, en opinión de la mayoría de los
analistas -ver Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central- se
ubicaría en un valor próximo a los $ 24.000 millones.
Con respecto a los intereses de la deuda pública que deben ser erogados en 2007, se
prevé un monto de $ 14.700 millones -10,8% más que en 2006- con lo cual el
resultado final del presupuesto -superávit primario menos pago de intereses- se
traduce en un excedente de $ 7.100 millones. Por otra parte, se estima que el gobierno no
encontrará mayores dificultades para el financiamiento del pago de intereses,
considerando tanto la reducción verificada en la tasa de riesgo país -que obedece, en
gran medida, al positivo escenario fiscal- como el cese en la suba de la tasa de interés
en Estados Unidos, circunstancia que torna más atractivos los mercados emergentes.
En definitiva, la solvencia fiscal y el superávit del sector externo -que se analiza a
continuación- constituyen los pilares principales del actual ordenamiento
macroeconómico. Además, si bien es lógico prever que dichos superávit gemelos se irán
moderando con el tiempo, su magnitud actual permite proyectar un sendero sin
desequilibrios a mediano plazo y, por lo tanto, con capacidad para generar condiciones
razonables de continuidad de la expansión económica. |
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Evolución del balance de pagos |
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En el primer semestre del presente año, la
cuenta corriente del balance de pagos (comprende las transacciones de bienes,
servicios reales y servicios financieros) presentó un superávit de u$s 3.743 millones,
superior en 28% al registrado -tomando las cifras comparables- en el mismo período de
2005.
El saldo de la cuenta corriente constituye un indicador básico de la
solvencia de un país, razón por la cual es seguido con atención por los agentes
económicos, especialmente por los inversores externos. A diferencia de los años
anteriores, desde 2002 dicho saldo es positivo, habiéndose ubicado en 2005 en un nivel
equivalente a 2,6% del producto interno bruto.
El citado aumento del saldo positivo de la cuenta corriente respondió a las variaciones
siguientes:
un incremento de 7% en mercancías
(balance comercial), cuyo superávit fue de u$s 6.642 millones;
una reducción de 25% en el saldo negativo de servicios,
el cual alcanzó a u$s 660 millones, y
en las rentas, el egreso por mayores utilidades se
compensó con el menor débito neto de intereses.
La variación
positiva de la cuenta de mercancías reflejó distintos aumentos de sus
componentes:
las exportaciones de bienes valor FOB sumaron u$s 21.541
millones, o sea, un incremento de 13%, debido a alzas de 9% en los precios y de 4% en los
volúmenes físicos;
las importaciones valor FOB ascendieron a u$s 14.899, con una suba de
16%, a raíz de aumentos de 13% en las cantidades y de 2% en los precios.
Resulta de
interés señalar que en la comparación con la primera mitad del año 1998, mientras que
las exportaciones subieron 60% -impulsadas por las manufacturas de origen
agropecuario e industrial y por los combustibles-, el valor de las importaciones
prácticamente no presentó variación.
Con relación al crecimiento de las importaciones, se observó un
importante ritmo decreciente. El aumento trimestral interanual tuvo un máximo en el
primer trimestre de 2004 de 86%, el cual se redujo a 9% en el segundo trimestre de 2006,
implicando una disminución importante de la elasticidad de las importaciones con respecto
al producto interno bruto.
La cuenta de servicios presentó en el primer semestre de 2006 un
déficit de u$s 660 millones, inferior en 25% al del mismo lapso del año anterior,
reducción debida en buena medida al mayor ingreso de la cuenta de viajes, por influencia
del rubro de turismo.
En una perspectiva histórica, el déficit de servicios se encuentra en un bajo nivel -a
pesar del fuerte aumento del producto y del comercio exterior-, a raíz de que el
incremento de los ingresos por exportación de servicios superó al alza de los egresos
por importaciones.
A su vez, la cuenta de renta de la inversión registró un saldo negativo
de u$s 2.514 millones, del cual 1.827 millones correspondieron a débito neto de
utilidades y dividendos (renta de la inversión extranjera directa) y 687 millones a
débito neto de intereses.
La composición de esta cuenta varió notablemente luego del canje de deuda, ya que ahora
el egreso neto por utilidades y dividendos constituye la mayor parte del déficit.
Por otro lado, la cuenta financiera mostró en la primera mitad de 2006
un egreso neto de u$s 7.175 millones, frente a un ingreso neto de 947 millones en el mismo
período del año precedente. Este sustancial cambio reflejó la cancelación de la deuda
con el Fondo Monetario Internacional (FMI), efectivizada al comienzo de 2006 (y
contabilizada en la cuenta del sector bancario, subcuenta del Banco Central).
Importa señalar la cuenta del sector privado no financiero -que
constituye una aproximación al ingreso de capitales-, la cual registró
en el período un ingreso neto de u$s 970 millones, originado en la financiación
comercial de corto plazo y en la inversión extranjera directa. Este indicador se fue
recuperando en forma sostenida desde mediados del año 2002, cuando se registraban
importantes salidas de capital.
Agregados el ingreso neto de la cuenta corriente por u$s 3.743 millones y el egreso neto
de la cuenta capital y financiera por 7.123 millones (más 590 millones por "errores
y omisiones") se llega a una reducción de 2.790 millones en las reservas
internacionales del Banco Central, suma muy inferior al egreso por la
cancelación con el FMI, lo cual revela la progresiva recomposición de las mismas. A fin
de junio pasado, las reservas internacionales sumaban u$s 25.490 millones.
En el período analizado, la contribución de los diferentes sectores al balance de pagos
continúa la tendencia de los últimos años, es decir, un importante superávit del
sector privado -originado principalmente en el saldo de la cuenta corriente- que financia
tanto las salidas netas del sector público como el incremento de las reservas
internacionales. |
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