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Dentro del salto exportador que está viviendo la Argentina
en estos últimos años, las manufacturas de origen industrial (MOI) vienen jugando un rol
muy destacado. Las ventas externas de este tipo de productos ascendieron entre enero y
noviembre de 2006 a u$s 13.395 millones, cifra que marca un récord histórico superando
en 12% el total anual de 2005 y en 23% los 11 meses de ese año.
Este notorio dinamismo responde tanto a la evolución de los precios como a la de los
volúmenes despachados, que se encuentran hoy en niveles casi 60% superiores a los de dos
años atrás.
De hecho, las MOI han mostrado el mayor crecimiento entre los grandes rubros de
exportación. Su ritmo de expansión promedio del 24% anual desde 2003 se ubica por encima
del aumento del 16% de las ventas externas totales y del dinamismo de las manufacturas de
origen agropecuario. Como resultado de estas tendencias, la importancia relativa de las
manufacturas industriales en la canasta exportadora pasó del 25% en 2003 a casi 33% en
2006.
A diferencia de las anteriores experiencias de crecimiento de las exportaciones, el
proceso actual acontece en sincronía con una fuerte expansión del mercado interno. En el
presente esquema macro, el mercado interno resulta una plataforma de lanzamiento para la
conquista de mercados externos, en la medida que la buena performance interna permite
lograr aumentos de la capacidad y mejoras en la calidad. Estos factores acercan a las
firmas a las posibilidades de abrir mercados fuera de nuestras fronteras.
La demanda externa de productos industriales ha aumentado en forma sustantiva en los
últimos tres años. Una medida que sintetiza este comportamiento es la relación entre
los envíos de este tipo de manufacturas y el propio producto bruto del sector industrial.
Así se observa que el ratio actual del 35% duplica el promedio de 15% para el período
1993-2001.
Este fenómeno contribuye a consolidar la fase expansiva de la producción industrial, en
la medida en que la diversificación de la demanda desde economías que enfrentan
distintos contextos económicos garantiza una mayor estabilidad de los envíos al
exterior, asentando el desarrollo productivo sobre bases más sólidas.
Adicionalmente, la diversificación de destinos permite ganancias de productividad, no
sólo por los efectos de escala generados por una demanda mayor, sino por otro tipo de
efectos derivados de las características propias de cada mercado, como la suavización de
efectos estacionales.
La
difusión sectorial
La ampliación de la oferta productiva local desde todos los segmentos industriales
permite una sostenida y creciente colocación en el exterior de producciones diferenciadas
con mayor valor agregado. Es así que desde 2003, todas las ramas de la industria muestran
importantes incrementos acumulados de sus exportaciones.
Inclusive, son varios sectores que se ubican en niveles récord de envíos. El rubro más
dinámico es el de Piedras y minerales preciosos, cuya evolución aparece
fuertemente determinada por el inicio de la explotación del complejo minero de Veladero,
en San Juan. Pese a su fuerte crecimiento relativo, este ítem sólo da cuenta del 4% de
las exportaciones MOI de 2006 y de 6 puntos porcentuales del incremento total de las
mismas desde 2003, que alcanza el 92%.
Recuperando su importancia en la proyección externa de la producción nacional, el
segmento de Material de Transporte Terrestre es el que más ha aportado al aumento
acumulado de las MOI. No obstante, el logro de una mayor integración productiva en el
sector manufacturero ha implicado una fuerte presencia de otras ramas como la química, la
siderurgia o la metalmecánica.
Esta elevada difusión sectorial entre las MOI es consistente con la ampliación
de la base exportadora. La consolidación del esquema productivo sobre un
horizonte macroeconómico más previsible ha alentado a un número creciente de empresas a
diversificar sus actividades en operaciones de exportación. Entre 2003 y 2005 hubo un
incremento neto de más de 750 empresas exportadoras, a las que se habrían sumado otras
470 en 2006, según los datos preliminares de este año.
Es interesante observar que casi ocho de cada diez empresas exportadoras de la Argentina
son productoras de Manufacturas de Origen Industrial. En tal sentido, la producción de
MOI es una actividad particularmente favorable para la proyección exportadora de las
empresas de menor tamaño. La participación de los pequeños y medianos exportadores
alcanza el 15% del total de ventas externas de manufacturas de origen industrial, mientras
que para el promedio general tal segmento ronda el 8%.
En la evolución de los últimos tres años también las PyMEs se destacan por una
importante dinámica, con un crecimiento del 55%, promediando una tasa anual acumulativa
del 16%.
Otro rasgo auspicioso es la tendencia hacia una diversificación de destinos. En la
actualidad el total de naciones compradoras de nuestros productos industriales supera las
190, ubicándose por encima del promedio de 157 destinos de mediados de la década pasada.
Ello deriva en una menor concentración, ya que los 10 principales países importadores de
estas manufacturas redujeron su participación de 80% a 75% entre 1996 y 2006.
Brasil, que recibía casi la mitad de estos envíos en el trienio 1996-98, hoy no llega a
concentrar un tercio de las mismas, al tiempo que ha crecido notoriamente la importancia
de otros mercados como el Nafta (de 10% a 19%) o el resto de América Latina (7% a 11%).
(1) Extracto del artículo publicado en Síntesis de la economía
real, revista del Centro de Estudios para la roducción (CEP) de la Secretaría de
Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa; Buenos Aires, diciembre de 2006. |
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