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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 276 - Julio 2007 - AÑO 25 |
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El ritmo de la actividad productiva y la restricción
energética |
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Conocidas las cifras oficiales sobre el
comportamiento de la economía en el primer trimestre del año, se comprueba el registro
de una leve desaceleración en el crecimiento productivo, si se tiene en cuenta que el
producto interno bruto (PIB) aumentó el 8% interanual mientras que en igual
período de 2006 el incremento había sido del 8,8% (ver cuadro adjunto).
Al interior de la estructura de la producción de bienes se verifica un menor ritmo de
crecimiento en la industria manufacturera y en la actividad de la construcción y hasta un
descenso productivo en el sector de la minería, siempre al comparar el primer trimestre
del 2007 con igual lapso del año anterior. Por el contrario, fue más dinámica la
evolución de los sectores productores de servicios, donde se destaca el comportamiento de
la actividad financiera con un aumento de 19,5% interanual.
Analizando la evolución de las principales variables macroeconómicas en el primer
trimestre desde el lado de la demanda global, se destaca la trayectoria del
consumo privado cuyo incremento (8,2%) fue superior al del propio PIB,
seguramente a favor de los incrementos salariales y jubilatorios y de la expansión del
crédito al consumo. En cambio, se observó una relativa moderación en el ritmo de
crecimiento de la inversión (13,1%), impactado por el menor incremento de la
construcción.
Todo parece indicar, sin embargo, que en el segundo trimestre, que acaba de finalizar, la
actividad económica en su conjunto mostrará una dinámica superior, cuando se conozcan
los guarismos respectivos. El elemento de mayor incidencia para ello será la
campaña agrícola 2006/2007, que alcanzó niveles récord y en la cual su
principal componente, la cosecha gruesa, se comercializa preponderantemente en el segundo
trimestre del año.
La actividad de la construcción, a su vez, es factible que en el segundo trimestre
muestre mejores registros, por factores climáticos, que en el inmediato anterior, pero,
de todos modos, con una expansión productiva sensiblemente inferior a la verificada en la
primera mitad de 2006. Además, dada la relevancia que el sector de la construcción tiene
en la demanda de mano de obra, es probable que el menor dinamismo también modere la
caída de la desocupación.
En cuanto a la industria manufacturera, acumula en los primeros cinco meses del año un
crecimiento de 6,6%, proporción algo inferior a la del año anterior. La rama automotriz
continúa mostrando el mayor ritmo de expansión con 26,5%, en tanto que en sentido
contrario, la industria láctea presenta un retroceso de 7,3%, perjudicada principalmente
por razones climáticas.
Por otra parte, también cabe señalar que muchas ramas industriales pueden verse
crecientemente afectadas por restricciones en el suministro energético -tanto de
gas como de electricidad- frente a la decisión de no reducir, en la medida de lo posible,
la provisión domiciliaria de energía. Varias industrias han tenido que moderar su
actividad productiva -en algunos casos con suspensión temporal del personal ocupado- ante
el insuficiente acceso al suministro de gas o electricidad.
El problema se agrava en los meses más fríos del año por la mayor demanda energética a
nivel domiciliario y por las mismas razones, disminuye la provisión de electricidad
proveniente de Brasil y Uruguay y la de gas de origen boliviano. Además, por la falta de
lluvias suficientes, se prevén también inconvenientes en la generación de electricidad
por parte de las centrales ubicadas en la zona del Comahue.
La solución genuina del problema energético consiste en incrementar la
inversión para aumentar la oferta de gas y electricidad. Pero como dicha
solución requiere un tiempo hasta alcanzar su concreción, en lo inmediato el
desequilibrio solo puede ser enfrentado en base a restricciones de la demanda.
Las consecuencias que, eventualmente, dichas restricciones pueden tener sobre la tasa de
crecimiento de la actividad productiva son aún inciertas, por lo que habrá que aguardar
los registros estadísticos de los próximos meses.
OFERTA Y DEMANDA GLOBALES (*) |
Concepto |
I 06 |
II 06 |
III 06 |
IV 06 |
2006 |
I 07 |
Producto
interno bruto |
8,8 |
7,7 |
8,7 |
8,6 |
8,5 |
8,0 |
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Importaciones |
17,8 |
6,8 |
20,2 |
17,1 |
15,4 |
20,4 |
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Oferta
y demanda globales |
9,7 |
7,6 |
9,9 |
9,5 |
9,2 |
9,3 |
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Consumo
privado |
8,4 |
7,7 |
7,2 |
7,8 |
7,8 |
8,2 |
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Consumo
público |
8,3 |
5,8 |
3,1 |
4,5 |
5,2 |
6,4 |
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Inversión
bruta interna fija |
22,9 |
18,7 |
21,0 |
12,0 |
18,2 |
13,1 |
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Exportaciones |
6,4 |
4,0 |
6,2 |
12,8 |
7,3 |
7,4 |
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(*)
Variaciones porcentuales con respecto a igual período del año anterior.
Estimaciones preliminares.
Fuente: Dirección Nacional de Cuentas Nacionales. |
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El comercio exterior de servicios |
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El comercio internacional de servicios posee
una significación de importancia en la determinación de la productividad y del
crecimiento económico de los países, a la vez que en diversos rubros contribuye
eficazmente a la generación de puestos de trabajo y de divisas genuinas.
Además, se observa empíricamente que la producción y la demanda de servicios acompañan
de cerca al desarrollo económico. Según un trabajo de la Organización Mundial de
Comercio (OMC) de 2006, en los países de elevados ingresos la participación de los
servicios en el producto interno bruto (PIB) promedia 71%, en tanto que en las economías
de ingresos medios la incidencia es de 55% y en los países de ingresos bajos de 47%.
En el caso argentino, las exportaciones de servicios tuvieron un período de estancamiento
que culminó con una fuerte reducción en la crisis de 2001-02. A partir del fuerte cambio
de precios relativos, provocado por la devaluación del peso en enero de 2002 -y
el lento traslado de la devaluación a los precios nominales-, se observó una firme tendencia
creciente de las exportaciones de servicios, que aumentaron desde 2003 a 2006
inclusive, a una tasa del orden de 20% anual.
También las exportaciones argentinas de servicios se han visto impulsadas por la vía
indirecta del fuerte incremento observado por las exportaciones de bienes, ya que éstas
arrastran a diversas exportaciones de servicios, como los de transporte y otros servicios
empresariales y técnicos.
En 2006, las exportaciones de servicios sumaron u$s 7.360 millones, incrementándose en
18% respecto del año anterior, mientras que las importaciones alcanzaron a 8.417
millones, con una suba de 11%.
Por lo tanto, el saldo comercial de servicios resultó negativo en u$s
1.057 millones, monto inferior en 22% al déficit registrado en 2005. Como señala el
Centro de Economía Internacional (CEI) de la Cancillería argentina, esa favorable
evolución contribuyó en 13% a la mejora en la cuenta corriente del balance de pagos.
El déficit de u$s 1.057 millones en el balance de servicios de 2006 se compara muy
favorablemente con el saldo negativo de 4.444 millones registrado en 1998, implicando una
reducción del déficit en 76%.
Dentro de las exportaciones de servicios, los principales rubros fueron
los de Viajes y turismo (45 % del total), Servicios empresariales, profesionales y
técnicos (22%) y Transportes (20%). Con menor significación relativa siguieron los
Servicios de informática e información (5%) y Servicios de comunicaciones (4%).
Cabe destacar que las exportaciones del rubro de Servicios empresariales, profesionales y
técnicos vienen creciendo sostenidamente, habiendo pasado de representar 4% del total en
1998 a un significativo 22% en 2006.
Pero la mayor contribución a la reducción del déficit comercial de servicios se
originó claramente en el comportamiento del rubro o cuenta de Viajes y turismo.
En el período 1994-2001 el déficit promedio del comercio de servicios había sido de
aproximadamente u$s 1.250 millones anuales. A partir de 2002 inclusive, el saldo negativo
se fue reduciendo en forma significativa y sostenida, para llegar en 2006 por primera vez
a arrojar un superávit.
El saldo positivo en concepto de turismo en 2006 alcanzó a u$s 176
millones, como resultado de exportaciones por u$s 3.309 millones (suba de 21% frente a
2005) y de importaciones por 3.133 (12%).
Es así que la Argentina se sitúa como el tercer país en América Latina en materia de
viajes y turismo, detrás de México y Brasil, según informara recientemente el Consejo
Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, sigla en inglés).
El positivo comportamiento del turismo receptivo ha estimulado la ampliación de la
capacidad instalada en la actividad, estimándose que actualmente están en proceso de
inversión 280 nuevos establecimientos turísticos -la mayoría inmuebles hoteleros de
categoría-, con desembolsos previstos por no menos de u$s 1.700 millones. |
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