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La agenda de negociaciones comerciales internacionales de la
Argentina ha tenido un renovado ímpetu a partir de 2002. El país ha avanzado en la
negociación de varios acuerdos bilaterales entre los que se incluyen distintos países de
América Latina. En esta agenda sigue latente, en cierta medida, la posibilidad de
conformar un área de libre comercio entre todos los países del hemisferio (ALCA), aunque
desde hace ya más de dos años que las negociaciones se encuentran estancadas, debido a
fuertes diferencias entre el bloque MERCOSUR y los países del NAFTA, encabezados por
Estados Unidos.
Ante la imposibilidad de avanzar en el proceso ALCA (especialmente debido a la cuestión
agrícola con Estados Unidos), la Argentina decidió profundizar sus lazos comerciales con
países como México o regiones como la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Estos acuerdos
tienen diferencias sustanciales entre sí pero de todas formas han representado
oportunidades concretas de expansión de ventas externas para algunos sectores de la
economía local. Al mismo tiempo, los Estados Unidos han avanzado con una serie de
tratados bilaterales con países de la región latinoamericana (por ej., Chile, Perú y
Colombia) los cuales introducen una amenaza concreta al acceso preferencial que tiene
nuestro país en esos mercados.
La necesidad de nuestra economía de insertarse crecientemente en la economía global abre
el interrogante sobre cuál debería ser la mejor estrategia para lograrlo. La alternativa
ALCA ha sido planteada frecuentemente con el argumento de que la misma encierra al menos
un desafío y una oportunidad: competir con la economía más grande y competitiva del
mundo y tener acceso garantizado y estable a su mercado. Por su parte, los mercados
latinoamericanos podrían interponer al menos tres condicionantes relevantes respecto de
su potencialidad para las exportaciones argentinas: el tamaño que presentan, la
estabilidad de su demanda y la competencia de Estados Unidos.
Hasta el momento, en lo que se refiere a la integración en el continente, nuestro país
ha optado por privilegiar los mercados más cercanos y de similar desarrollo. Esta
política ha mostrado tener ciertas ventajas pero también en algún momento puede chocar
con algunas limitaciones como las señaladas más arriba, agotándose sin cumplir
acabadamente con los objetivos de mejorar nuestra inserción externa. Por su parte, la
integración en el ALCA puede significar riesgos para varios exportadores locales
(principalmente de manufacturas industriales) que se han iniciado en el negocio de la
exportación en el mercado sudamericano, como así también para aquellos que se verán
desplazados en el mercado local o regional por la competencia de los Estados Unidos.
Este trabajo plantea analizar escenarios de integración de la Argentina en el continente
americano teniendo en cuenta las implicancias que cada estrategia puede tener en la
inserción externa de nuestro país. En este sentido, propone cuantificar las
consecuencias de las distintas estrategias de integración sobre el bienestar de la
Argentina mediante una medida del bienestar.
A partir de todo ello, y teniendo en cuenta el modelo utilizado, se analizan los
siguientes aspectos: a) las consecuencias de las distintas estrategias de integración
comercial en el hemisferio sobre el bienestar de Argentina, b) la relevancia de los socios
comerciales de la región en las distintas alternativas de integración de nuestro país y
c) la confluencia de intereses de integración comercial con nuestros socios del MERCOSUR
y los demás países de la región (matriz de intereses de integración regionales).
Los resultados del análisis de equilibrio general brindan diversas sugerencias respecto
de la política de integración hemisférica para la Argentina. Según el modelo, la
estrategia dominante para la Argentina en el hemisferio es la profundización de la
integración comercial con los países de la ALADI. Dicha estrategia es preferible, ya sea
a través de acuerdos bilaterales con cada país, como en un contexto de liberalización
plurilateral.
Por otra parte, también se tuvo en cuenta la consecuencia de los acuerdos bilaterales de
los Estados Unidos con los países de ALADI, incluido el MERCOSUR. El primer aspecto
señalado fue que la pérdida de preferencias en los mercados de los países de
Latinoamérica tiene un impacto negativo relevante sobre el bienestar de la Argentina.
El segundo aspecto refleja las consecuencias de un acuerdo bilateral entre la Argentina y
los Estados Unidos. Al respecto, esto implica una pérdida de bienestar para la Argentina.
El resultado se debe a la asimetría en los aranceles aplicados por el MERCOSUR y los
Estados Unidos. Mientras que la reducción arancelaria del MERCOSUR significa sustanciales
ganancias en el acceso al mercado local y del Brasil para los productos de los Estados
Unidos, los bajos aranceles de este país no benefician de igual forma a los productos
locales.
Otra cuestión analizada es la importancia que tienen los mercados de México y la CAN en
la estrategia de integración de la Argentina en el hemisferio. En este sentido, las
simulaciones sugieren que los mercados de ambos países tienen una importancia similar en
la estrategia de integración de la Argentina. Asimismo, los resultados del modelo indican
que si el MERCOSUR acuerda con los Estados Unidos pero no profundiza su relación
comercial con la CAN o México, la Argentina soportaría un resultado negativo en su
bienestar.
Como consecuencia de estos resultados podemos señalar que la estrategia más conveniente
para la Argentina es la liberalización del comercio con los demás países de la
sub-región latinoamericana. Esto es cierto aún en un escenario donde los Estados Unidos
realicen acuerdos con los demás socios de la región. Lo más conveniente para la
Argentina es permanecer por fuera de dicha estrategia evitando un acuerdo bilateral con
los Estados Unidos y profundizar su integración con los países de ALADI.
Finalmente, nos preguntamos si a los demás países de la región (Brasil, CAN, México y
Uruguay) les interesa la integración entre los países de Latinoamérica con la misma
intensidad que a la Argentina. Podemos alcanzar las siguientes apreciaciones: a) los
países más grandes del MERCOSUR comparten plenamente sus intereses de integración en el
ámbito regional, b) México se beneficia de la integración con los demás países de
Latinoamérica, ya que disminuye su dependencia de los Estados Unidos aminorando los
efectos posibles de la erosión de preferencias, c) para Uruguay la estrategia más
beneficiosa es la integración a través del MERCOSUR en forma bilateral con los demás
países de la región, inclusive con Estados Unidos y d) la CAN muestra pérdidas en todos
los escenarios de integración simulados, las cuales se encuentran explicadas por la
conjunción de altos niveles del comercio intrazona, bajo comercio con el resto de la
ALADI y altos aranceles extrazona.
(1) Extracto del estudio de Tomás Castagnino, Martín Cicowiez y Fernando
Pioli, Estudios Nº 11, Centro de Economía Internacional (CEI), Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio Internacional y Culto. Ciudad de Buenos Aires, febrero de 2007. |
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