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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 278 - Septiembre 2007 - AÑO 26 |
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Los problemas surgidos en el mercado de hipotecas en EE.UU.
provocan un cimbronazo en las finanzas internacionales y particularmente, en el mercado de
bonos de países emergentes. |
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El nuevo clima financiero se hizo sentir en nuestra
economía no sólo en las cotizaciones de títulos públicos y acciones, sino también en
el mercado cambiario, debiendo intervenir el Banco Central, en esta oportunidad vendiendo
divisas. |
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Mercados
alterados |
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El mercado financiero argentino volvió a sufrir en carne
propia una crisis que se desata más allá de sus fronteras, como corresponde en un
contexto de finanzas internacionales completamente globalizadas.
En esta oportunidad, se trata de un problema en el mercado inmobiliario y
especialmente en el de hipotecas de segunda línea, de Estados Unidos, donde el temor a
una caída abrupta de los precios de las propiedades podría llevar a la incobrabilidad a
muchas deudas hipotecarias, afectando de este modo al sistema financiero norteamericano.
Esto provocó, una vez más, el llamado "vuelo hacia la calidad"
de inversores financieros y especuladores internacionales, que venden títulos y acciones
de mercados emergentes y compran bonos del Tesoro de EE.UU., tratando de disminuir sus
riesgos, aún a costa de una menor rentabilidad.
Este sacudón externo, al que pueden sumarse algunas cuestiones locales no desechables,
como el tema del Indec, produjo un cierto cimbronazo en el mercado financiero argentino
que se plasmó en varios frentes.
Con respecto al tema cambiario, se produjo una especie de mini-corrida
compradora de dólares que varió completamente el panorama con respecto a lo observado en
los últimos años, y especialmente, durante el primer semestre de 2007, período en el
cual el Banco Central había adquirido u$s 9.000 millones para mantener la cotización de
la divisa.
En este nuevo escenario, hacia fines del mes de julio la autoridad monetaria, por sí y a
través de la banca oficial, debió salir a vender dólares para abastecer la demanda en
momentos en que la cotización tocaba los $ 3,20, lo cual no se observaba desde principios
de 2003. En este contexto, cabe señalar que al momento de la intervención del BCRA, las
reservas de divisas superaban los u$s 44.200 millones.
Otros mercados que también sintieron el sacudón fueron el interbancario
y el de bonos de deuda pública como veremos a continuación. |
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Tasas
interbancarias |
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La avidez para comprar dólares para girar al exterior
durante esas jornadas, provocó una caída en la liquidez del sistema
bancario. Ante la escasez de pesos en circulación, y con el Banco Central tratando de no
financiar la corrida, el mercado de préstamos interbancarios comenzó a
recalentarse.
La tasa de interés del "call money", representativa de estas
operaciones, había ido subiendo de 8% a 12% anual durante el mes previo a la crisis, y
alcanzó al 28% para algunas operaciones con bonos de segunda línea en el peor momento.
Ante esta situación en el mercado bancario, la autoridad monetaria adoptó una
serie de medidas, entre las cuales se pueden destacar las siguientes:
las entidades podrán efectuar un cómputo bimestral
(julio-agosto) para cumplir con las exigencias del BCRA en lo referido a la integración
del efectivo mínimo; en la práctica, tienen un mes adicional para acomodar sus números,
evitando el cuello de botella que se estaba generando hacia fines de julio;
el Banco Central inyectó liquidez al recomprar LEBAC y NOBAC
utilizándolos, de hecho, como un instrumento de regulación monetaria;
autorizó a los bancos a que estos títulos, LEBAC y NOBAC, sean
contabilizados a valor técnico, evitando de este modo reflejar la caída nominal en sus
cotizaciones que producía su liquidación en el mercado. |
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Emisión
de deuda pública |
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Si bien los acontecimientos descriptos impactaron sobre
todos los frentes del mercado financiero local, las cotizaciones de los títulos de deuda
pública fueron uno de los más afectados.
Cabe señalar que en una semana el precio del bono cupón PBI en dólares cayó 12,5%; el
de Descuento en pesos, 10,8%, y el Par, también en pesos, 8,4%.
Esto ocurrió en momentos en que la Tesorería debe hacer frente a la amortización de
capital y pago de intereses del BODEN 2012, lo cual totaliza unos u$s
2.500 millones.
Si bien las autoridades en materia económica afirman que ya se cuenta con el monto
necesario para enfrentar esas obligaciones, aún resta cubrir compromisos en el último
trimestre del año, lo cual podría cumplirse de mantenerse el actual contexto financiero
internacional.
A principios del mes de agosto, el gobierno de Venezuela compró u$s 500 millones en BODEN
2015, a precio de mercado, con una renta de 10,6% anual. Con esta operación se ha
sobrepasado los u$s 5.000 millones en bonos adquiridos por ese país en los últimos tres
años. |
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El nivel de reservas de divisas en poder del Banco Central
permite hacer frente a los coletazos de crisis financieras externas, aunque no deben
desatenderse las cuestiones internas a corregir. |
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El mercado financiero internacional continuará siendo de
difícil acceso para nuevas colocaciones de títulos representativos de la deuda soberana. |
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