Informe Económico de Coyuntura

Nº 280 - Noviembre 2007 - AÑO 26

 ANALISIS GLOBAL

El proceso inflacionario y sus consecuencias
Evolución de los complejos exportadores

El proceso inflacionario y sus consecuencias

Más allá de los discutidos cambios metodológicos realizados por el Indec en el cálculo del Indice de Precios al Consumidor (IPC), se puede percibir una serie de efectos colaterales que se verifican con la manifestación del proceso inflacionario.

En primer lugar, cabe señalar que durante el año 2006 el Gobierno intentó moderar las expectativas inflacionarias a través de sucesivas medidas, tales como acuerdos de precios, cupos de exportación, etc. Y si bien su impacto inicial fue positivo, la persistencia en el tiempo demostró, una vez más, que la eficacia de tales medidas se reduce al corto plazo. Además, cuando a principios del corriente año comenzaron a cuestionarse los cálculos del Indec, las expectativas inflacionarias en lugar de moderarse se potenciaron, haciendo que la percepción de buena parte de la sociedad sea que el alza de los precios supera no sólo las cifras difundidas por el Indec, sino también la real magnitud del fenómeno inflacionario.

La falta de una referencia confiable de la suba de precios y la señalada percepción social, afectan el comportamiento de los agentes económicos con innegables consecuencias sobre el funcionamiento global del esquema macroeconómico.

Así, por ejemplo, el fuerte incremento del consumo -seguramente una de las principales variables explicativas del proceso inflacionario actual- obedece, en parte, a razones objetivas tales como el aumento de la ocupación laboral, las mejoras salariales y de las prestaciones jubilatorias y el crecimiento de los créditos al consumo. Pero, por otro lado, no es descartable suponer que existe un cierto comportamiento tendiente a anticipar la adquisición de bienes de consumo durable antes de que la suba de los precios reduzca la capacidad adquisitiva de los ingresos personales.

Además, también el gasto público primario está creciendo aceleradamente -a un ritmo superior a 40% anual-, lo cual significa un estímulo adicional, directa o indirectamente, sobre la demanda de bienes de consumo. Por otra parte, esta circunstancia también reduce el superávit fiscal primario -sin computar la transferencia de fondos desde las AFJP al Estado- y con ello se debilita uno de los pilares esenciales que garantiza la solidez del esquema macroeconómico imperante.

Desde el punto de vista de la oferta de bienes y servicios, se han observado problemas en la producción de ciertos rubros industriales por restricciones energéticas durante el invierno y en la provisión de algunos productos estacionales, como es el caso de frutas y verduras. En términos más generales, puede señalarse que el incremento del nivel de producción está cada vez menos asociado al creciente uso de capacidad instalada ociosa -como fue evidente en los primeros tiempos posteriores a la crisis de 2001- y más vinculado al aumento de la capacidad instalada, es decir a más inversiones.

En tal sentido, la inversión bruta interna fija ha crecido fuertemente en los últimos cinco años -ascendiendo a 21,8% del PIB en el segundo trimestre del corriente año y en valores constantes-, pero se considera que debería continuar incrementándose hasta alcanzar una proporción del orden de 25 puntos del PIB aproximadamente.

El proceso inflacionario, junto con las insuficiencias de la oferta energética, sin duda, afectan o retrasan determinadas decisiones de inversión. En el ínterin, el desbalance entre oferta y demanda de algunos rubros, se compensa con mayores importaciones, lo que está provocando un menor superávit de comercio exterior -disminuyó 26% en los primeros ocho meses del año en curso con respecto a igual período de 2006-, a pesar de la cosecha récord de la última campaña y del significativo aumento de los precios internacionales de los productos agrícolas.

Por último, también corresponde considerar que la falta de precisiones sobre la magnitud real del alza de los precios genera un contexto de tensión en las discusiones salariales. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que compila el Banco Central, prevé un aumento salarial del orden de 20% para todo el año 2007, porcentaje que supera -aunque moderadamente- el tope sugerido por el Gobierno de 16,5%, y pueden reaparecer nuevas demandas salariales en el corto plazo.

En definitiva, el tema inflacionario es uno de los problemas que deberá enfrentar la futura administración con mayor énfasis. Estímulos a la inversión productiva, desaceleración en el incremento del gasto público y control de la puja distributiva tendiendo a que los salarios tengan aumentos nominalmente decrecientes, parecen ser algunos de los elementos que deberían formar parte de la política antiinflacionaria. En tal sentido, el ordenamiento macroeconómico vigente cuenta con los instrumentos -en particular, los superávit fiscal y externo- como para proyectar un efecto positivo de las medidas que se adopten.

Evolución de los complejos exportadores

El crecimiento de los sectores exportadores no tradicionales constituye, según expresiones oficiales, un objetivo de especial importancia que implicará el diseño e instrumentación de estrategias de mediano y largo plazo para su desarrollo.

En esta perspectiva, constituye una necesidad el conocimiento de los principales agrupamientos o “complejos exportadores” en los años recientes, tanto en su composición relativa (estructura), como en sus diferentes ritmos de evolución (dinámica).

Al respecto, el Indec viene elaborando desde el año 2001 información específica sobre las exportaciones de una serie de complejos productivos, los cuales representaron en conjunto 84,4 % del valor de las exportaciones totales del país en el primer semestre del corriente año, lo que evidencia la alta representatividad de los mismos. Ésta ha sido prácticamente constante en los últimos seis años, variando entre un mínimo de 83,3 % en 2002 y un máximo de 85,7 % en 2004.

En cuanto a la estructura del conjunto presentado, se destacan en primer lugar los complejos oleaginosos con 22,4 % de las exportaciones totales en la primera mitad de 2007, estando integrados casi totalmente por el subcomplejo soja (20,6 %), el cual ha mantenido ese primer lugar en los últimos años. Las respectivas ventas de aceite, porotos, harinas y pellets se han dirigido principalmente a China y otros países asiáticos, así como al Reino Unido y España.

Sigue en importancia relativa el complejo petróleo-petroquímico, con 15,2 %, conformado principalmente por el subcomplejo petróleo y gas (11,2 %).

A su vez, el complejo cerealero participó en 10,9 % de las exportaciones totales, destacándose los subcomplejos de maíz (5,0 %) y trigo (4,9 %).

Con un menor peso relativo dentro de las exportaciones se situaron en el primer semestre del año los complejos automotor, bovino, siderúrgico y otros, como puede observarse en el cuadro adjunto.

Por otra parte, para apreciar la dinámica del conjunto, interesa observar las variaciones registradas entre los primeros semestres de 2002 y 2007.

Tomando los agrupamientos con valores significativos, se destacan los sustanciales aumentos de los complejos oro (398,1 %), cobre (207,2 %) y uva (201,3%).

El desempeño de las ventas de oro y cobre evidencia el sostenido crecimiento de la actividad minera, notándose que en el caso del oro se lo ha incluido por primera vez entre los complejos exportadores, al aumentar su participación relativa de 0,4 % en 2002 a 1,1 % en 2007.

Con variaciones menores pero muy importantes, se ubican los subcomplejos petroquímico (137,5 %), soja (136,2 %), maíz (128,8 %), hortícola (115,7 %) y frutícola (111,4 %).

EXPORTACIONES SEGUN COMPLEJOS EXPORTADORES

I Semestre 2007
Millones de u$s

I Semestre 2007
Participación %

Variación % 2007/2002

Total exportaciones

24.838

100,0

98,9

Principales complejos

20.957

84,4

101,5

Complejos oleaginosos

5.558

22,4

113,0

Complejo petróleo-petroquímico

3.780

15,2

63,5

Complejo cerealero

2.701

10,9

81,9

Complejo automotriz

2.466

9,9

158,6

Complejo de origen bovino

1.447

5,8

111,4

Complejo siderúrgico

977

3,9

97,3

Complejo fruti-hortícola

962

3,9

112,7

Complejo cobre

703

2,8

207,2

Complejo pesquero

582

2,3

51,0

Complejos de origen forestal

473

1,9

106,6

Complejo uva

336

1,4

201,3

Complejo oro

280

1,1

398,1

Complejo aluminio

267

1,1

50,7

Complejo ovino

140

0,6

98,4

Complejo maní

138

0,6

169,5

Complejo tabacalero

98

0,4

43,1

Complejo algodonero

49

0,2

51,6

Resto de exportaciones

3.882

15,6

85,9

Fuente: INDEC.