Informe Económico de Coyuntura

Nº 283 - Marzo 2008 - AÑO 26

 ECONOMIA INTERNACIONAL

SITUACION

Con respecto a la actual crisis financiera internacional, se señala que en su origen han influenciado significativamente los déficit comercial y fiscal de Estados Unidos, cuya financiación ha aumentado sustancialmente la liquidez global, parte de la cual ha alimentado la burbuja inmobiliaria y el excesivo apalancamiento vinculado.
En ese contexto -caracterizado por sus enormes dimensiones e interconexiones, sus escasas regulaciones y su baja transparencia-, se apunta a la responsabilidad de los organismos de regulación, las entidades financieras y las calificadoras de riesgo, además de la falta de previsión que habría alcanzado inclusive a parte de la dirigencia política y económica global.
La crisis desencadenada en Estados Unidos hace unos siete meses -fines de julio pasado- prosigue actualmente su camino de despliegue desde los sectores financieros a los sectores reales, a la vez que desde los gobiernos de los principales países se intenta amortiguar los efectos de ese despliegue mediante diversas medidas monetarias y fiscales.

Desaceleración económica en Estados Unidos

En el cuarto trimestre de 2007 el producto interno bruto (PBI) de Estados Unidos aumentó sólo 0,6% respecto del mismo período del año anterior, mostrando una abrupta desaceleración luego de haber crecido 4,9% en el tercer trimestre.

La economía mostró así los efectos de la crisis en el mercado inmobiliario, la restricción del crédito y la declinación del mercado bursátil, con sus consecuencias negativas sobre las expectativas de consumidores y empresas.

En todo 2007 el crecimiento se redujo a 2,2% frente al año precedente, lo cual constituyó la tasa más débil desde 2002, cuando la suba había sido de 1,6%, tras la recesión de 2001. Cabe destacar los siguientes aspectos:

el consumo privado -principal motor de la actividad económica estadounidense- tuvo en 2007 la menor expansión desde 2003, desacelerándose en el cuarto trimestre, cuando se incrementó sólo 2,0% respecto de un año atrás;

el gasto en construcción de viviendas nuevas cayó 23,9% en el cuarto trimestre, luego de hacerlo en 20,5% en el tercer trimestre; en todo 2007 la contracción fue de 16,9%, el mayor descenso desde 1982.

Pronósticos para América Latina

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal-ONU) disminuyó recientemente su estimación de crecimiento de la región en 2008, llevándola de 4,9% a 4,5% respecto del año anterior, previendo los efectos de la crisis financiera internacional. En 2007 la región tuvo un crecimiento promedio de 5,6%.

Pero el organismo alertó que si la economía de Estados Unidos se desacelerara mucho más o pasara a una recesión, se estaría ante otro escenario, indicando el carácter provisional de dicha estimación.

La Cepal señaló que la región es actualmente menos vulnerable que cuando se registraron crisis internacionales en el pasado, pero no es invulnerable.

Un escenario más negativo implicaría, además de afectar la capacidad de endeudamiento de las economías, el peligro de que una menor actividad de la economía estadounidense impactara especialmente sobre aquellos países -como México y los de América Central- cuyas exportaciones dependen mucho de la demanda de Estados Unidos.

Panorama laboral en la región

A fines de enero pasado fue presentado por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) su “Panorama Laboral 2007” para América Latina y el Caribe.

La tasa de actividad regional o proporción de la población económicamente activa -la que trabaja o busca trabajar- respecto de la población total, se mantuvo en 59,1%, influenciada por las importantes alzas desde 2003 y por la probable existencia de una mayor retención de los jóvenes en el sistema educativo.

La tasa de desocupación urbana para el conjunto de América Latina y el Caribe promedió 8,5% en 2007, siendo el quinto año consecutivo de reducción del índice.

Asimismo, creció el empleo asalariado y cayó levemente el empleo no asalariado. Por otro lado, los aumentos de la productividad resultaron mayores a las subas de los salarios reales.

La citada tasa de desocupación es la más baja que se computa desde principios de los años 90. La favorable evolución fue el resultado de un incremento de la demanda laboral, que se tradujo en un aumento de la tasa de empleo, acompañado de la señalada estabilidad de la tasa de actividad.

La reducción de la tasa de desempleo fue generalizada en la región, destacándose en este sentido Panamá, la Argentina y Uruguay.

El director regional de la OIT sostuvo que la asignatura pendiente de la región en este campo es mejorar la calidad de los empleos, a la vez que el informe indica la necesidad de tomar políticas concretas para atender la situación de los sectores más vulnerables. Al respecto, cabe especificar lo siguiente:

la informalidad laboral abarca a 61,5% de la población urbana ocupada;

la tasa de desocupación juvenil está cerca de triplicar la tasa de las personas adultas;

el desempleo en las mujeres fue 1,6 superior que entre los hombres;

los más de 200 millones de indígenas y afroamericanos cuentan con empleos precarios y una mayor probabilidad de que sus ingresos se hallen por debajo de la línea de pobreza.

Así, el crecimiento económico regional de aproximadamente 4,8% en el último quinquenio no ha resultado suficiente para revertir el déficit de trabajo decente acumulado durante las décadas recientes.

La OIT estima que en 2008 la tasa de desempleo urbano podría caer a un nivel de 7,9%, si bien apunta “una alta dosis de incertidumbre” generada por los pronósticos de una desaceleración de la actividad económica. El impacto negativo podría ser mayor en aquellos países más dependientes de sus ventas a Estados Unidos y de la recepción de remesas, como México, América Central y el Caribe.

PERSPECTIVAS

Se estima que en los próximos meses continuaría prevaleciendo en los mercados globales un excepcional grado de incertidumbre, causado en gran parte por la ignorancia existente acerca del real “tamaño del iceberg” constituido por el monto de las pérdidas y los grados de insolvencia provocados por la crisis.
En principio, cabe prever que en el muy corto plazo se extenderían las medidas de flexibilización en materia monetaria tendientes a atenuar los efectos de la crisis, si bien existen dudas sobre el grado de efecto positivo, considerando la probable existencia de expectativas negativas por parte de los agentes económicos, además del rezago propio de esas medidas.
Con respecto a las economías en desarrollo, en general se estima que los efectos de la crisis internacional dependerán básicamente -por la vía financiera- de su solvencia en materia de endeudamiento externo y -por la vía real- de la dependencia de sus exportaciones respecto a los mercados de los países desarrollados más afectados.

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