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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 283 - Marzo 2008 - AÑO 26 |
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En medio de un complicado panorama financiero
internacional, con la principal economía del mundo desacelerando su nivel de actividad,
el Banco Central ha presentado su programa monetario para el año 2008. |
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Si bien en el plan dado a conocer por la autoridad
monetaria no se anuncian grandes cambios con respecto a lo registrado durante el año
anterior, parece notarse una mayor moderación en la expansión monetaria. |
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Contexto
y anuncios
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Las autoridades estadounidenses vienen anunciando en los
últimos meses una serie de medidas tendientes a morigerar los efectos, sobre la economía
real, de lo que comenzó como una crisis en el mercado de las hipotecas de segunda
categoría.
Las sucesivas bajas dispuestas por la Reserva Federal de su tasa de interés
de referencia, sumadas al paquete de subsidios presentados a nivel
presidencial, no han logrado hasta el momento ahuyentar el fantasma de que la primera
economía del mundo ha entrado en un período de franca desaceleración
de su nivel de actividad o de lisa y llana recesión.
Si a este panorama internacional se lo completa con lo que viene ocurriendo a nivel local
con la aceleración de la tasa de inflación, puede concluirse que no era el momento más
propicio para presentar el programa monetario para 2008 por parte del Banco Central.
Al anunciar que prevén una expansión de la emisión monetaria del orden de 18%, las
autoridades expresaron su intención de que la política monetaria no contribuya a una
aceleración del proceso inflacionario.
En ese sentido, durante los últimos años el Banco Central ha tratado de mantener un equilibrio
entre tres objetivos básicos como eran el mantenimiento de un tipo de cambio
competitivo, tratando de evitar, simultáneamente, una aceleración de la inflación y un
aumento de las tasas de interés de la economía.
Ya en el año 2007 se vio claramente cuán complicado podía ser el logro de estos fines,
muchas veces contrapuestos.
Si bien la autoridad monetaria pudo sostener la cotización de la divisa norteamericana,
en un momento en que se apreciaban las monedas de otros mercados emergentes -tal el caso
del real en Brasil-, su accionar terminó convalidando un crecimiento de los precios
de la economía por encima de lo pautado y con tasas de interés en
niveles superiores a lo previsto.
Durante el año pasado el Banco Central cumplió con lo pautado en cuanto a expansión
monetaria, medida según la evolución de M2 (circulante más depósitos a la vista)
gracias al traspaso de más de $ 7.000 millones de depósitos públicos desde cuentas
corrientes a plazos fijos.
Para morigerar la posibilidad de estos artilugios contables, para 2008 la autoridad
monetaria fija también pautas para la expansión del M2 privado, en el
cual no intervienen los movimientos de las cuentas públicas en su cálculo.
En ese orden, cabe resaltar que tanto el circulante en poder del público como los saldos
en cuentas a la vista (cuentas corrientes y cajas de ahorro) del sector privado
registraron importantes crecimientos durante 2007. |
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Objetivos
y coordinación
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El objetivo de mantener un tipo de cambio
competitivo puede complicarse no tanto en términos de sostener una determinada
cotización nominal de la divisa, sino por la evolución de los precios
que puedan deteriorarlo en términos reales.
En ese aspecto, como en otros fines expresados, aparece como decisivo avanzar en una mayor
coordinación entre la política monetaria y la política fiscal.
Desde el Ministerio de Economía ya han anunciado la intención de que la Tesorería
aporte unos $ 10.000 millones durante 2008 para colaborar con el Banco Central en la
adquisición de dólares, atenuando el impacto monetario de esta operatoria en el mercado
cambiario.
Además, las esperanzas del ente financiero se centran en que un mejor comportamiento en
el orden fiscal, con un superávit cercano a 3,8% del PBI, morigere las
expectativas inflacionarias, contribuyendo no sólo a sostener la política cambiaria,
sino a bajar las tasas de interés activas.
Hacia fines de 2007, el malestar financiero internacional, sumado a nivel
local a la incertidumbre electoral, la aceleración inflacionaria y el incremento
estacional de la demanda de dinero, habían generado una mezcla explosiva que llevó a un
sostenido aumento de las tasas de interés tanto pasivas como activas.
En el caso de la remuneración de los depósitos a plazo fijo, se habían alcanzado
niveles de 14% anual para imposiciones millonarias en pesos, lo cual no evitó mostrar un
cierto estancamiento del stock de depósitos a plazo fijo del sector privado.
Ya en la segunda mitad de enero se verificó un descenso en las tasas pasivas,
volviéndolas a ubicar en un nivel claramente negativo en términos reales.
Con respecto a las tasas de interés que pagan particulares y empresas,
se registra una menor velocidad para acomodarse en una senda descendente luego del pico de
diciembre. |
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De continuar el ingreso de divisas en niveles similares a
los de los últimos años, que han llevado a que las reservas se ubiquen por encima de los
u$s 47.000 millones, se complicaría la estrategia del Banco Central de sostener la
paridad cambiaria tratando de evitar una expansión monetaria excesiva. |
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La Tesorería apunta a cubrir sus necesidades de
financiación durante el año 2008 principalmente con la colocación de bonos en
organismos públicos, a lo que se sumarían préstamos del gobierno venezolano. |
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