Informe Económico de Coyuntura

Nº 284 - Abril 2008 - AÑO 26

 ANALISIS GLOBAL

La significación del conflicto agropecuario
Expectativas de las grandes empresas industriales

La significación del conflicto agropecuario

Transcurrido el primer trimestre del año, la economía argentina no aparece especialmente afectada por la crisis financiera internacional y continúa mostrando un fuerte dinamismo productivo. Las cifras -recientemente difundidas- sobre la evolución del producto interno bruto (PIB) a lo largo de 2007 así lo confirman, por un lado (ver cuadro adjunto), mientras que por el otro, las proyecciones recogidas por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que difunde el Banco Central, sugieren un crecimiento esperado superior a 7% para todo 2008.

Pero al mismo tiempo continúa incrementándose la preocupación sobre la trayectoria del proceso inflacionario, tanto por sus efectos sobre el poder adquisitivo de la población como por la incertidumbre que se genera sobre ciertas decisiones económicas relevantes -salarios, inversiones, etc.-, frente a la desconfianza que provocan los datos sobre la evolución de los precios que suministra el Indec. En tal contexto, las expectativas inflacionarias se potencian, creando las condiciones para un proceso de aceleración en el ritmo de incremento de los precios.

Por otra parte, la cotización internacional de los principales bienes que la Argentina exporta -productos básicos agrícolas- crece sostenidamente, generando efectos contradictorios sobre la situación económica local. Por un lado, permite incrementar las retenciones a la exportación, con un impacto importante sobre la recomposición del superávit fiscal. En tal sentido, corresponde señalar que el superávit fiscal primario del primer bimestre del corriente año resultó 82% más alto que en igual período de 2007, aun cuando el gasto público se elevó a un ritmo del 37% interanual.

Por otro lado, ese crecimiento de las cotizaciones provoca tensiones entre el Gobierno y el sector agropecuario, con eventuales efectos negativos sobre la fluidez de la oferta de productos alimenticios y con las consiguientes repercusiones en los precios al consumidor, en particular sobre carnes y lácteos.

El aumento de las retenciones procura, por una parte, ponerle un límite al incremento de los precios agrícolas en el mercado interno y por otra, generar recursos fiscales que pueden ser aplicados al otorgamiento de subsidios para evitar mayores subas de precios en otras producciones del sector rural. Desde ese punto de vista, las retenciones tienen efectos antiinflacionarios y redistributivos que están en línea con determinados objetivos políticos y económicos del Gobierno.

Sin embargo, la política impositiva y consecuentemente la política de precios relativos hacia el sector agropecuario, no parece encuadrarse dentro de una concepción más amplia, más estratégica, sobre la evolución futura del complejo agro-alimenticio, con todo lo que ello significa para la satisfacción de los requerimientos del mercado interno, por un lado, y la dinámica de las exportaciones del país, por el otro.

Además, otra fuente de conflicto está dada por la distribución espacial o jurisdiccional de los recursos generados por el agro. En primer lugar, porque en la medida que las retenciones no son coparticipables con las provincias -e indirectamente con los municipios-, se margina a actores políticos -los funcionarios locales- que podrían ser claves en la construcción de consensos con los productores rurales y las sucesivas etapas de la cadena de valor asociadas a los mismos.

En segunda instancia, porque el desaliento que afecta en particular a los productores más pequeños, puede acentuar el proceso de concentración en el uso de la tierra, con el con siguiente despoblamiento de zonas del interior del país. La significativa ampliación del área cultivada con soja en los últimos años -en detrimento, sobre todo, de la ganadería y la lechería- operan también en tal sentido.

En definitiva, el conflicto con el sector agropecuario pone de manifiesto las dificultades que enfrenta la política económica para armonizar un sendero de fuerte expansión productiva, sin generar presiones inflacionarias significativas en el contexto de un escenario internacional que determina elevados precios de los productos básicos agropecuarios.

OFERTA Y DEMANDA GLOBALES (*)

Concepto

2005

2006

2007

Producto Interno Bruto

9,2

8,5

8,7

Importaciones

20,1

15,4

20,7

Oferta y Demanda Globales

10,2

9,2

9,9

Consumo Privado

8,9

7,8

9,0

Consumo Público

6,1

5,2

7,4

Inversión Bruta Interna Fija

22,7

18,2

14,4

Exportaciones

13,5

7,3

8,9

(*) Variaciones porcentuales con respecto al año anterior. Estimaciones preliminares. // Fuente: Dirección Nacional de Cuentas Nacionales.

Expectativas de las grandes empresas industriales

En enero último, el Centro de Estudios para la Producción (CEP) de la Secretaría de Industria, Comercio y de la PyME difundió los resultados preliminares de su 8ª Encuesta Cualitativa a Grandes Empresas Industriales.

Con el objetivo de revelar problemáticas y prospectivas de las más de 100 grandes empresas encuestadas en todo el país -pertenecientes a los diversos rubros manufactureros-, el relevamiento se llevó a cabo en octubre y noviembre de 2007, por lo cual los resultados incluyeron estimaciones firmes para 2007 y proyecciones para 2008.

Con respecto a los niveles de producción los resultados son promisorios, ya que la proporción de empresas que prevé un aumento interanual pasó de 68% para 2007 a 81% para 2008, con una reducción de las firmas que estiman una baja de la producción, de 19% a 6%, respectivamente.

En cuanto a las expectativas para las ventas al mercado interno, el porcentaje de empresas que espera un incremento se mantuvo en 83% para 2007 y 2008. Sin embargo, se observó una ligera mejora, ya que disminuyó la proporción de firmas que anticipa una caída, subiendo en igual medida -cuatro puntos- el porcentaje de las que no aguardan cambios.

En 2007, sólo 14% de las empresas relevadas vio reducirse su participación en el mercado local a manos de las importaciones, en tanto que el 86% restante no acusó una pérdida de participación.

En lo referente a las exportaciones los datos son positivos, pues las estimaciones de crecimiento subieron de 50% de las firmas en 2007 a 61% en 2008, mostrando una caída -de 28% a 14%- en la proporción que prevé una disminución.

Entre los principales factores explicativos del crecimiento de las exportaciones previsto para los próximos años -a partir de 2008-, se destacaron los siguientes:

el mantenimiento de un tipo de cambio real competitivo y estable (24% de las empresas encuestadas);

el aumento de la demanda en mercados de destino (23%), y

la realización de inversiones tendientes a ampliar la capacidad productiva y/o reducir los costos (16%).

Asimismo, las empresas estiman que en los próximos años los mercados de exportación con mayor potencial serán los del Mercosur (59% de menciones), México y resto de América Latina (38%) y Chile (31%).

Con respecto a las inversiones para aumentar la capacidad productiva, 75% de las firmas prevé realizarlas en 2008.

Las previsiones para 2008 apuntan a una proporción de aumento de la capacidad productiva de 9,0% en promedio, similar al 8,5% correspondiente a 2007.

La financiación de las inversiones continuaría haciéndose principalmente con capital propio de las empresas, lo cual se observó en 2007 para 54% de las firmas, proporción que descendería a 48% en 2008. En cambio, el porcentaje de empresas que financia sus inversiones mediante crédito bancario se incrementa de 27% en 2007 a 35% en 2008.

En materia de empleo, 65% de las empresas relevadas espera aumentar en 2008 su dotación de personal, mientras que 6% estima una reducción y el resto no prevé cambios.

El personal a incorporar durante el corriente año está compuesto mayormente por operativos calificados (37%) y técnicos y profesionales (34%), participando en menor medida los operativos no calificados (16%), administrativos (10%) y cargos gerenciales (3%).

En cuanto a las actividades de innovación, 60% de las firmas realiza gastos en inversión y desarrollo, 74% en mejora de procesos y 70% en desarrollo de nuevos productos.

Sin embargo, el gasto promedio de las empresas como proporción de las ventas es relativamente bajo, llegando en 2007 sólo a 0,34% en investigación y desarrollo y a 0,55% y 0,51% en las otras actividades, respectivamente. Para 2008, las proyecciones apuntan a una estabilidad de estos niveles.


El relevamiento de la cooperación entre empresas muestra que 24% de las firmas participa en alianzas estratégicas focalizadas en asuntos específicos y 22% en alianzas estratégicas sobre toda la cadena de valor, entre otras formas detectadas.