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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 286 - Junio 2008 - AÑO 26 |
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Mayor incertidumbre en el corto plazo |
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De acuerdo a la información recientemente suministrada por
el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), la economía argentina continuó
mostrando, a lo largo del primer trimestre del corriente año, un fuerte dinamismo
productivo, dado que dicho indicador experimentó un crecimiento de 8,8% con relación a
igual período del año 2007.
Sin embargo, el conflicto con el sector agropecuario provocado por la aplicación de
retenciones móviles a partir del 11 de marzo último, tiene incidencia en el
comportamiento de la economía -especialmente en el interior del país-, aún cuando
todavía no se tengan registros que permitan cuantificar la magnitud del impacto.
Los efectos del conflicto agropecuario y lo que es más importante, la percepción
generalizada de que el proceso inflacionario tiende a acelerarse, han conformado un
escenario de mayor incertidumbre, en el cual ganan importancia relativa las
decisiones coyunturales o de muy corto plazo, en algunos casos con poco sustento en la
racionalidad económica. El reciente incremento de la demanda de divisas, como una actitud
defensiva, es una evidencia al respecto.
Más allá de la vigencia de los principales fundamentos macroeconómicos -esto es,
superávit fiscal primario, superávit del sector externo y elevado nivel de reservas
internacionales de divisas-, han crecido los interrogantes sobre el desempaño de la
economía en los próximos meses. Es que en la medida que el Gobierno no reconoce
explícitamente la existencia del problema inflacionario y por lo tanto, no adopta una
política integral de contención de los precios, las tensiones sobre tales fundamentos
macroeconómicos tienden a agudizarse.
Así, por ejemplo, la falta de una política antiinflacionaria obliga a un
incremento permanente de los subsidios estatales a la energía, a los
combustibles, al transporte y a determinados productos alimenticios, presionando la suba
del gasto público. Por otro lado, las dificultades para acceder a la financiación
internacional -salvo el caso de Venezuela- inducen un mayor uso de recursos
oficiales para hacer frente a los compromisos de amortización y pago de intereses de la
deuda pública.
Por lo tanto, en la medida que la maximización del superávit fiscal primario no es ya
sólo una cuestión destinada a mostrar solvencia macroeconómica, sino también una
necesidad que impone la realidad coyuntural, se torna más difícil bajar las retenciones
a la exportación, ya que también es complejo el proceso de desaceleración del
incremento del gasto público como instrumento antiinflacionario.
La información fiscal correspondiente al primer cuatrimestre del año en curso señala
que el superávit fiscal primario aumentó 73,5% con respecto a igual período de 2007.
Ello se originó en un significativo incremento de los ingresos corrientes (44%), en
particular por la suba de las retenciones a la exportación (110%). Es más, la
recaudación por derechos de exportación del primer cuatrimestre es prácticamente
equivalente al superávit fiscal primario de tal período.
Por otra parte, los gastos corrientes también crecen en una magnitud importante (37%) en
los primeros cuatro meses del año y entre ellos se destacan las transferencias al sector
privado -básicamente subsidios-, con una expansión de 63,5%. Estas cifras, tanto de
ingresos como de egresos, demuestran, entonces, cierta rigidez en el comportamiento de las
cuentas públicas y en definitiva, las dificultades para reducir las retenciones a
la exportación o los subsidios al sector privado.
Por cierto, el problema inflacionario y la carencia de una medición confiable tienen
otros efectos adicionales, tales como la erosión del tipo de cambio real -tema analizado
en nuestro Informe anterior-, el eventual impacto sobre decisiones de inversión para
ampliar la capacidad productiva o la mayor dureza de la discusión salarial frente a la
incertidumbre sobre la evolución de su poder adquisitivo. En definitiva, la lucha contra
la inflación debería constituir la principal preocupación de la política económica en
los próximos meses, si se pretende evitar consecuencias más severas sobre el escenario
económico y social. |
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Evolución de los complejos exportadores |
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Para la definición de criterios sobre la inserción
internacional del país en materia comercial, constituye un requisito ineludible
el conocimiento de la actual realidad exportadora, a la cual se puede aproximar en
principio a través de los principales agrupamientos o complejos exportadores
de bienes. En este sentido, es importante su estructura o composición relativa,
así como su dinámica o ritmos de evolución.
El Indec viene elaborando desde el año 2001 información específica sobre las ventas
externas de un conjunto de complejos productivos, los cuales sumaron 17 y abarcaron en
conjunto 83,8% del valor total de las exportaciones argentinas en 2007,
lo cual muestra la elevada representatividad de los mismos. Esta se ha mantenido
prácticamente estable en los últimos seis años, variando entre un mínimo de 83,3% en
2006 y un máximo de 84,5% en 2004.
Con respecto a la estructura del conjunto considerado, sobresalen en
primer lugar los complejos oleaginosos con 25,8% de las exportaciones
totales en 2007, hallándose integrados casi totalmente por el subcomplejo soja
(24,4%), el que ha ocupado cómodamente ese lugar en los últimos años.
En segundo lugar, se ubicó el complejo petrolero-petroquímico, con 13,7%, integrado
principalmente por el subcomplejo petróleo y gas, con 10,0%.
Continúan en importancia relativa el complejo automotor (vehículos y
partes) con 10,8% de las exportaciones totales y el complejo cerealero
con 9,4%, principalmente trigo (4,3%) y maíz (4,1%).
Se puede apreciar así un alto grado de concentración, ya que por un
lado, sólo uno -soja- de los 30 subcomplejos o actividades presentados comprende casi una
cuarta parte (24,4%) del total de exportaciones. Asimismo, las cinco actividades
mencionadas (soja, petróleo y gas, automotor, trigo y maíz) concentran en conjunto más
de la mitad del total (53,6%).
Por otra parte, se puede aproximar a la dinámica del conjunto observando
las variaciones relativas del valor exportado en el último quinquenio. Tomando los
subcomplejos o actividades con valores más significativos, se destacan en un primer grupo
el automotor (210,0% de aumento), carne bovina (207,6%)
y cobre (200,9%).
Un segundo grupo estaría formado por las actividades de soja (170,1%), maíz
(143,4%) y petroquímica (137,9%).
EXPORTACIONES SEGUN COMPLEJOS
EXPORTADORES |
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2007
Millones de u$s |
2007
Participación % |
Variación % 2007/2002 |
Total exportaciones |
55.780 |
100,0 |
117,5 |
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Principales complejos |
46.719 |
83,8 |
118,0 |
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Complejo oleaginoso |
14.399 |
25,8 |
149,5 |
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Complejo petrolero-petroquímico |
7.657 |
13,7 |
50,3 |
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Complejo automotor |
6.008 |
10,8 |
210,0 |
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Complejo cerealero |
5.242 |
9,4 |
124,5 |
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Complejo de origen bovino |
3.234 |
5,8 |
113,5 |
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Complejo siderúrgico |
1.954 |
3,5 |
78,6 |
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Complejos frutihortícolas |
1.804 |
3,2 |
135,8 |
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Complejo cobre |
1.369 |
2,5 |
200,9 |
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Complejo pesquero |
1.107 |
2,0 |
51,6 |
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Complejos de origen forestal |
972 |
1,7 |
96,4 |
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Complejo uva |
768 |
1,4 |
247,5 |
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Complejo oro |
570 |
1,0 |
413,5 |
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Complejo aluminio |
535 |
1,0 |
46,2 |
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Complejo maní |
461 |
0,8 |
176,0 |
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|
Complejo tabacalero |
275 |
0,5 |
76,3 |
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|
Complejo ovino |
252 |
0,5 |
69,1 |
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Complejo algodonero |
112 |
0,2 |
75,0 |
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Resto de exportaciones |
9.060 |
16,2 |
114,7 |
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Fuente:
INDEC. |
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