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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 288 - Agosto 2008 - AÑO 27 |
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Un nuevo escenario económico |
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En las últimas semanas se observó una mutación
significativa en la naturaleza y la amplitud del conflicto que involucró,
originariamente, al Gobierno nacional y al sector agropecuario. Un problema que
comenzó siendo de naturaleza tributaria -el nivel de las retenciones móviles a
la exportación de granos- se convirtió en un tema político, que excedió a los
actores iniciales para comprender al conjunto de la sociedad.
La magnitud y la duración del conflicto, por su parte, comenzaron a evidenciar efectos
colaterales sobre el comportamiento de la economía por dos vías, una de características
más directas y objetivas y otra más asociada al clima de incertidumbre que fue
gestándose ante la no resolución del conflicto.
Las consecuencias más directas y visibles se tradujeron en un menor flujo de
exportaciones agrícolas y consecuentemente, en una desaceleración de los ingresos
fiscales por derechos de exportación. Por cierto, ambos comportamientos deben ser
evaluados en términos relativos, ya que durante el corriente año se comercializa una
cosecha récord y a precios sensiblemente superiores a los vigentes un año atrás.
En el acumulado de los primeros cinco meses del corriente año se observa, por ejemplo,
que las exportaciones de productos primarios -donde predominan cereales y oleaginosas-
crecieron 52% con relación a igual período de 2007, pero casi exclusivamente por efecto
precio, dado que las cantidades embarcadas al exterior sólo aumentaron 2%. Igual
comparación para las manufacturas de origen agropecuario -donde predominan los aceites y
pellets de soja- muestra un incremento de valor del 44%, pero el volumen exportado se
redujo 3%.
En el caso de los derechos de exportación, se comprueba que la recaudación del primer
trimestre del corriente año superó en 113,5% a la de igual período de 2007, en tanto
que en igual comparación temporal durante el segundo trimestre -cuando ya regían
plenamente las retenciones móviles- el alza de la recaudación fue de 78,5%. La
explicación de tal disminución en el incremento está asociada, sin duda, a la
contracción de los volúmenes exportados.
Por otro lado, los efectos sobre la economía provocados por un incremento
generalizado de la incertidumbre se han manifestado, en el corto plazo y de manera muy
visible, en el sistema monetario y financiero. El retiro de depósitos del sector
bancario y su canalización hacia la compra de divisas, principalmente a escala minorista,
disminuyó el nivel de liquidez presionando la suba de las tasas de interés. Frente a tal
reorientación de las tendencias, el Banco Central vendió reservas, bajó la paridad
cambiaria e inyectó liquidez mediante la compra anticipada de sus propios títulos y
también incrementando los pases activos.
El mayor nivel de incertidumbre es posible que también haya retrasado decisiones de
inversión en el aparato productivo y postergado la adquisición de bienes de consumo
durable, aunque todavía no hay información fehaciente al respecto. En tal sentido, la
mayoría de las proyecciones económicas señalan la alta probabilidad de una
desaceleración del nivel de actividad en la segunda mitad del corriente año.
Bajo las nuevas condiciones en que se desenvuelve la economía argentina después del
conflicto con el sector agropecuario, parece impostergable una reorientación de la
política económica a partir del reconocimiento de una moderación del incremento en el
nivel de actividad, de la vigencia de un menor tipo de cambio real, de la existencia de
una dinámica inflacionaria que no cede y de márgenes fiscales más acotados para elevar
excesivamente el gasto público a través de subsidios.
El problema inflacionario -además de la necesaria reconstrucción de la credibilidad en
el Indec- requiere de una política específica, entre cuyos componentes la cuestión
fiscal tiene un papel relevante. El incremento permanente de los subsidios a la energía,
al transporte y a determinados productos alimenticios, financiados con sucesivos aumentos
de las retenciones a la exportación parece haber alcanzado un límite preciso, después
de los últimos acontecimientos. En tal caso, tiende a imponerse una corrección
tarifaria, aún cuando ello implique algún efecto inflacionario adicional. Pero, por otra
parte, una cierta desaceleración del nivel de actividad y en particular del
consumo, podría generar condiciones más propicias para suavizar el impacto sobre el
nivel general de precios.
En definitiva, en las próximas semanas debería quedar más visible si el Gobierno
modifica sus principales orientaciones económicas para adecuarse a un nuevo escenario con
márgenes más acotados en materia fiscal, cambiaria e inflacionaria o si, por el
contrario, persiste en las políticas de estímulo a la demanda agregada con el propósito
de sostener un elevado nivel de actividad. |
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Evolución de los términos del intercambio |
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Las exportaciones argentinas de 2007
alcanzaron a u$s 55.933 millones, superando en 20,4% el nivel del año anterior, según el
informe del Indec sobre Indices de precios y cantidades del comercio exterior.
Este aumento reflejó subas de 11,5% en los precios y de 8,0% en los volúmenes físicos.
El alza de los precios promedio de exportación respondió a subas de
todos los grandes rubros, destacándose especialmente los aumentos de 24,2% en los precios
de las manufacturas de origen agropecuario (MOA) y de 21,3% en los productos primarios. A
nivel más desagregado, se destacaron las subas de precio en aceite de soja (41,6%) y
leches preparadas (40,9%). La principal excepción fue el rubro de pescados y mariscos sin
elaborar, cuyos precios cayeron 18,8%.
El citado incremento de los precios de exportación se inscribe -dada la composición de
las ventas externas argentinas- en la tendencia mundial que vienen mostrando en los
últimos años los precios de los alimentos, incluyendo los insumos de su
producción. Esta tendencia se funda básicamente en la demanda excedente (con respecto a
la oferta) que presentan esos mercados, influidos en gran medida por el acceso de cientos
de millones de personas al consumo de diversos alimentos (carnes, leche, etc.) en países
de alto crecimiento como China, India y otros.
El aumento de las cantidades exportadas en 2007 estuvo asociado
principalmente a las subas de los productos primarios (19,4%), las manufacturas de origen
industrial, MOI (14,1%) y en menor medida las MOA (1,5%), que contrarrestaron los menores
volúmenes de combustibles y energía (-20,0%).
Las importaciones argentinas de 2007 sumaron u$s 44.780 millones,
implicando un incremento de 31,1% respecto del año precedente, como resultado de subas de
21,9% en las cantidades y de 7,6% en los precios.
Mostraron aumentos de valor todos los grandes rubros, entre ellos, los de bienes
intermedios (30,4%) y bienes de capital (28,3%).
También se observaron en todos los casos subas de importancia en las cantidades
importadas, en tanto que los precios fueron superiores especialmente en
combustibles y lubricantes (15,7%) y bienes intermedios (13,2%), influidos en gran parte
estos últimos por los mayores precios del petróleo crudo y sus derivados.
El índice de los términos del intercambio es de gran importancia, ya
que mide la relación entre los índices de precios de exportación e importación. Su
evolución fue positiva en 2007, ya que tuvo un alza de 3,6% con
relación al año anterior, debido a los mayores incrementos de los precios de
exportación (11,5%) que los de importación (9,0%).
El denominado efecto de los términos del intercambio es un
cálculo hipotético que determina la ganancia o la pérdida en el intercambio comercial
si se observaran en un período determinado los precios de las ventas y compras externas
de otro período elegido como referente.
Ahora bien, de acuerdo a lo arriba expuesto, el saldo del balance comercial de 2007 fue
positivo en u$s 11.153 millones. Si en ese año se hubieran registrado los precios de
exportación e importación de 2006, el superávit habríase reducido a unos u$s 8.500
millones, con lo cual el país obtuvo en 2007 una ganancia en los
términos del intercambio cercana a los u$s 2.500 millones.
Existe cierta concordancia de las expectativas sobre la firmeza de la tendencia, al menos
a mediano plazo, de los precios internacionales de los alimentos, por lo cual resulta
probable una evolución favorable al país de los términos del intercambio.
INDICES DE PRECIOS DEL COMERCIO
EXTERIOR
Y DE TÉRMINOS DEL INTERCAMBIO
(base 1993 = 100) |
Año |
Indice
de precios
de exportación |
Indice
de precios
de importación |
Indice
de términos
del intercambio |
2004 |
109,1 |
93,8 |
116,3 |
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2005
|
111,1 |
97,4 |
114,1 |
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2006 |
120,6 |
99,7 |
121,0 |
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2007 |
134,6 |
107,3 |
125,4 |
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Fuente:
INDEC. |
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