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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 289 - Septiembre 2008 - AÑO 27 |
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Durante el mes de julio se produjo un importante descenso
de los precios internacionales de los productos básicos en general y de los granos en
particular, caída esta última que se extendió hasta el cierre de esta edición. |
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El conflicto del sector que se prolongó durante los cuatro
meses en los que tuvieron vigencia las cotizaciones récord de los principales productos
de exportación, impidió que la Argentina se beneficiara plenamente de las mismas, con
pérdidas para el agro y también para el fisco. |
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Baja
de las cotizaciones de los granos |
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A lo largo del mes de julio los precios del maíz,
la soja y el trigo sufrieran bajas del orden de 17%, 12%
y 12%, respectivamente. Varios factores confluyeron para dar lugar a ese descenso:
La mejora de las condiciones climáticas
que modificaron las expectativas de producción de los Estados Unidos, afectada durante
junio por fuertes inundaciones. Las nuevas condiciones generaron un estado del suelo
óptimo para la evolución de la cosecha gruesa, a tal punto que las estimaciones del USDA
del mes de agosto elevaron las estimaciones tanto de rendimiento como de área cultivada
de maíz y soja.
La caída del precio del petróleo, que cambió la
relación de precios petróleo- biocombustibles y desalentó la demanda de granos para la
producción de agrocombustibles.
La retirada parcial de los capitales especulativos de
los mercados agrícolas ante el inicio del proceso de caída de los precios, amplificando
sus efectos.
La apreciación del dólar en relación con el euro y el
yen, que contrae el poder adquisitivo de los más importantes bloques demandantes de
productos agrícolas. China ha reducido su demanda de granos de soja para
producción de aceite, como consecuencia de un cambio en su política ambiental cuya
duración es dudosa, ya que podría no extenderse más allá de las olimpíadas.
La caída de los precios y la derogación de la resolución 125 implicaron menores
ingresos fiscales por alrededor de u$s 1.200 millones en relación a lo
proyectado en el pico de precios y con la vigencia de esa resolución. Obviamente,
también los productores se vieron perjudicados por la reducción de las
cotizaciones, que difícilmente vuelvan a ubicarse en los niveles de junio para la venta
de los enormes volúmenes aún no comercializados de soja y maíz. Vale como ilustración
la comparación entre la cotización vigente en el mercado disponible de Rosario el 16 de
agosto, de $ 820, con el pico del 6 de febrero último, de $ 1.163.
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Algunas
medidas para el sector agrícola |
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Con posterioridad a la derogación por la vía del Senado de
la resolución 125, cambió la titularidad de la SAGPyA y se nombró al titular de la
Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar.
Las trabas a las exportaciones, uno de los reclamos persistentes del sector, se han
mantenido por el momento. Sin embargo, fue modificada una de las normas operativas
más restrictivas: la resolución 543 de la ONCCA firmada en el mes de mayo, que redujo de
360 a 45 días el plazo entre la autorización de la declaración jurada y la fecha de
embarque. La reemplazó ese organismo, a mediados del mes de agosto, luego de que su
vigencia contribuyera a mantener un muy bajo nivel de actividad en el mercado de granos,
contrayendo precios al productor e ingresos fiscales. Su reemplazante, la resolución
2846, crea un régimen especial y optativo que otorga a las declaraciones juradas 90 días
para el trigo, 120 para el maíz y 180 para la soja y otros granos, a cambio de
efectivizar el pago de los derechos de exportación dentro de los dos días hábiles
posteriores a la aprobación del llamado ROE Verde (Registro de Operación de Venta al
Exterior administrado por la ONCCA).
Sólo a fines de julio la ONCCA liberó las exportaciones de 900.000 toneladas de
trigo. La medida estuvo acompañada de un incremento de los derechos de
exportación de harina que pasaron de 10% a 18%.
Cuando aún se está instrumentando el acuerdo lácteo que dispuso que
durante julio y agosto el precio del litro de leche a pagar por la industria fuera de 94
centavos, al que se agregaría una compensación de 10,2 centavos, la Secretaría de
Comercio Interior dispuso la prohibición de exportar quesos. |
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Los
mercados de carne vacuna |
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Presumiblemente a costa de la contracción futura de la
oferta de carne, el precio del ganado continuó el proceso de baja
iniciado a partir de la regularización de la comercialización, una vez finalizado el
paro agropecuario. Es éste un éxito de la medida de contracción de las exportaciones
que, trabas mediante, están muy por debajo de las 550.000 toneladas autorizadas,
orientando la oferta al mercado interno y reduciendo la tasa de inflación.
El achique estacional de los campos contribuyó a acrecentar la faena,
compuesta en casi 50% por hembras, es decir por capital reproductivo. Vale destacar que la
caída de los precios del ganado fue proporcionalmente muy superior a la
baja de la carne al consumidor.
Demás está decir que la ausencia de la Argentina en los mercados a los
que deja de abastecer -como es el de exportación de vacas a Rusia, por ejemplo-, pone en
riesgo la anterior conquista de mercados, los cuales reemplazan la oferta argentina a
través de otros proveedores, como Brasil y Uruguay. |
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El Gobierno procura el logro de un fino equilibrio -a través
del grado de apertura del grifo de las exportaciones- entre el efecto deseado de mantener
bajos los precios volcando la oferta hacia el mercado interno, y las necesidades de
ingreso de divisas. El resultado, sin embargo, es sólo parcial, ya que si bien los
precios al productor se mantienen contenidos, los precios al consumidor no se movieron en
similar proporción. |
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El reclamo de los ruralistas, que amenazan con la adopción
de nuevas medidas de fuerza, apunta a la apertura de las exportaciones y a la
segmentación de los derechos de exportación por escala productiva. |
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