Informe Económico de Coyuntura

Nº 289 - Septiembre 2008 - AÑO 27

 MONEDA Y FINANZAS

SITUACION

La masiva caída de las cotizaciones de los títulos públicos, provocada entre otros factores por una operación venezolana de carácter especulativo y la abrupta baja de los precios de productos básicos, obligaron a instrumentar una operación de recompra de bonos.
Ante el incipiente proceso de fuga de capitales, que tuvo su epicentro durante el conflicto con el sector agropecuario, las autoridades trataron de compensar la situación destrabando transitoriamente el ingreso de divisas de corto plazo.

Nuevamente el riesgo-país

La cotización de los títulos públicos venía en declive en los últimos tiempos debido a una serie de cuestiones, entre las cuales se podría citar un cierto deterioro de la situación fiscal ante el incremento del gasto público en general y de los subsidios en particular y la merma en la credibilidad de las mediciones oficiales ante la intervención del INDEC y el no reconocimiento de un preocupante proceso inflacionario.

A esto se le sumó en los últimos meses, el conflicto con el sector agropecuario y sus consecuencias en términos de deterioro económico. Pero, más recientemente, se produjeron dos situaciones que golpearon de manera fuerte y directa sobre el precio de los títulos públicos locales:

la caída de la cotización de los productos básicos en general y de la soja, en particular, con una baja del 30% con respecto a los valores máximos que se habían registrado en julio último, con su incidencia vía retenciones sobre las cuentas de la Tesorería, y

una operación de carácter especulativo realizada por el gobierno y algunos bancos de Venezuela.

Durante la primera semana de agosto Venezuela volvió a adquirir títulos públicos argentinos, en este caso BODEN 2015, por unos u$s 1.000 millones y con una tasa de retorno de casi el 15% anual, muy elevada en términos internacionales y regionales, ya que más que duplica los rendimientos de bonos similares emitidos por países vecinos.

El gobierno venezolano vendió estos títulos en dólares a los bancos de su país, que los pagaron en bolívares al tipo de cambio oficial. A su vez, los bancos procedieron a revender inmediatamente estos bonos al tipo de cambio paralelo, obteniendo una abultada ganancia cambiaria que rondó el 50%, sin interesarles la caída de la cotización de los bonos en 10%.

Como consecuencia de ese panorama, el riesgo-país implícito en los rendimientos de los bonos argentinos alcanzó un nuevo récord para los últimos años, al superar los 700 puntos básicos.

Pago y recompra de deuda pública

Cabe mencionar que en momentos en que se registraban estas circunstancias de incertidumbre financiera, la Tesorería hacía frente al mayor pago de deuda de todo 2008.

En la primera semana de agosto se pagaron u$s 2.345 millones por vencimientos del BODEN 2012 (u$s 2.178 millones de amortización de capital y 167 millones de intereses), el título público que se transformó en símbolo del ¨corralito¨ financiero instalado a fines de 2001 y que recibieron los ahorristas por sus depósitos confiscados.

A pesar de esta demostración de capacidad y de voluntad de pago de las acreencias, los títulos públicos continuaron mostrando cotizaciones con una declinación cada vez más pronunciada. En este contexto, las autoridades decidieron instrumentar una operación de recompra de deuda que totalizaría, según los anuncios, unos u$s 1.000 millones.

En la primera jornada de esta operativa, el Banco Nación apuntó a la adquisición de bonos con fuertes vencimientos durante 2008 y 2009, como el BODEN 2012 y el PRE 08, por un total cercano a los u$s 150 millones, logrando en principio revertir parcialmente la caída de las cotizaciones.

Salida de capitales

El clima de incertidumbre generado por el conflicto con el sector agropecuario provocó la profundización de un proceso de cambio hacia posiciones en activos externos, según lo reconocido por el propio Banco Central.

La fuga de capitales sobrepasó los u$s 8.400 millones durante el segundo trimestre del año, cifras no vistas desde 2001.

Esta situación pudo ser compensada sólo parcialmente por el balance positivo que lograron el sector público y el Banco Central, que alcanzaron un superávit de u$s 1.200 millones en ese período.

Cabe mencionar, con el objetivo de poder comparar magnitudes, que en el tercer trimestre de 2007 -en momentos de turbulencias internacionales por la crisis de las hipotecas en EE.UU. y las elecciones locales- la huída habría sido de u$s 4.100 millones.

En todo 2007, el egreso de dólares del país fue de u$s 4.700 millones. Ante esta situación, hacia fines de julio el Banco Central denunció la suspensión por 30 días de los requisitos para el ingreso de capitales del exterior.

Esta medida, que se aplicaba desde el año 2005, restringía la entrada de capitales financieros especulativos o de corto plazo, al imponerles un encaje de 30% del total de la operación, obligándolos a realizar un depósito intransferible, no remunerado y por un plazo de 365 días.

PERSPECTIVAS

Ante la operación especulativa venezolana, las autoridades revisarían la estrategia de financiación, recostándose al menos en el corto plazo en la plaza local, buscando inversores tales como la ANSES y las AFJP.
El panorama de vencimientos de títulos públicos aparece relativamente despejado para lo que resta de este año, aunque ya habría que comenzar a diseñar la estrategia para enfrentar un complicado 2009.