Informe Económico de Coyuntura

Nº 289 - Septiembre 2008 - AÑO 27

 TEMAS DE ACTUALIDAD

Estándares internacionales de calidad y desempeño exportador (1)

Estándares internacionales de calidad y desempeño exportador (1)

Una inserción externa sostenida requiere, entre otras cosas, de estructuras de producción que permitan competir de manera efectiva. Las certificaciones y los estándares de calidad tienen por objeto legitimar la calidad en los procesos productivos y, si bien no garantizan que las firmas que certifican cuenten con el sistema de producción ideal, son indicativos de que éstas cumplen con un nivel mínimo de calidad en la actividad que desempeñan. Asimismo, aunque la certificación no apunta directamente a señalar atributos externos de los productos (vgr. diseño), bien puede ser una medida aproximada de su calidad.

Una empresa puede tener distintas motivaciones a la hora de obtener una certificación. Al interior de la firma pueden citarse como ejemplos el deseo de ganar una ventaja competitiva (en este caso la certificación actúa como una señal que mitiga costos de transacción asociados a asimetrías de información entre el vendedor y el comprador) o la intención de ganar calidad en la producción (obliga a ajustar el proceso productivo a ¨sistemas de calidad total¨). Como determinantes externos a la firma suelen citarse los requerimientos en diferentes mercados (en cuanto a compras privadas o públicas) o la necesidad de mejorar la competitividad en determinados mercados ante la existencia de firmas competidoras que posean un estándar de calidad.

Además, como las barreras arancelarias en los últimos años han tendido a decrecer producto de los acuerdos de alcance multilateral y bilateral, hay un interés creciente en el impacto que tienen las barreras no arancelarias (BNA), en particular aquellas vinculadas a normas técnicas y estándares. Los acuerdos en la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) y Barreras Técnicas al Comercio (OTC) brindan el marco legal en el escenario multilateral. Estos acuerdos abogan, a grandes rasgos, por limitar el uso de BNA de manera que no se restrinja arbitrariamente el comercio, si bien se respeta cierta discrecionalidad en casos suficientemente justificados. No obstante la vigencia de esos acuerdos multilaterales, desde la mitad de la década de los noventa se ha incrementado el uso de estándares como forma de protección para-arancelaria, cuestión que se refleja en el creciente número de disputas que por ese motivo son elevadas por los miembros al órgano de solución de controversias de la OMC.

Dinamismo exportador

Siguiendo la tendencia global, en la Argentina la cantidad de empresas exportadoras que han certificado calidad se ha venido incrementando de manera casi continua de diez años a esta parte. La incorporación a la base de empresas exportadoras de firmas con ISO se aceleró en 1998, se estancó durante la crisis de 2001-2002, y retomó el crecimiento de ahí en adelante.

Si se discrimina según el tamaño de la empresa exportadora se encuentran también rasgos de interés. Mientras que en un principio, entre los años 1995 y 1998, algo más del 30% de las empresas exportadoras que certificaron calidad eran grandes exportadoras, de 1998 en adelante esta participación se reduce considerablemente hasta situarse en menos del 20%. Esto se debe a que a partir del año mencionado el incremento del total de empresas que certificaron ISO se explicó fundamentalmente por las certificaciones de las PyMEx, que paulatinamente desde entonces incrementaron su participación en el grupo hasta llegar en 2005 a representar casi el 50% del total.

Consideraciones finales

Las firmas que han certificado algún estándar de calidad internacional muestran en conjunto un relativamente mejor desempeño en los mercados internacionales. El fenómeno es independiente tanto del sector de que se trate como del tamaño de la firma exportadora, aunque las PyMEx registran un relativamente mejor desempeño.

La permanencia en los mercados internacionales está asociada al estado de certificación (las empresas que registran certificaciones de calidad llevan más años exportando), cuestión que se refleja con mayor fuerza en el caso de las empresas exportadoras de productos industriales y de las PyMEx.

Las empresas que cumplen con estándares de calidad internacional se encuentran en promedio más expandidas en el mapa exportador y tienden a registrar mayores avances en términos de participación en los mercados de destino. Este último punto se verifica más claramente para las PyMEx.

Pareciera que la depreciación del tipo de cambio luego de la crisis ha tenido su impacto positivo casi exclusivamente en las firmas que han certificado calidad, cuestión que se evidencia tanto en la diversificación de destinos como en los valores exportados. Esto sugeriría que las empresas más aptas son las que a la vez están más capacitadas para internalizar los beneficios de los nuevos precios relativos.

El relativamente mejor desempeño de las PyMEx vis-à-vis las grandes empresas exportadoras en todas las dimensiones evaluadas permite pensar que la certificación de calidad es tanto más determinante en el logro de competitividad externa para las primeras que para las segundas. Presumiblemente, estas últimas cuentan con maneras alternativas de transmitir calidad a los consumidores en los mercados foráneos.

Es cierto que del análisis precedente no se puede concluir taxativamente que la certificación de estándares de calidad internacionales es la causa última del mejor desempeño relativo de estas empresas exportadoras. Puede deberse a que aquellas empresas más aptas, en términos de productividad, competitividad y estructura organizacional, son las que pueden alcanzar los requisitos de certificación y que sean en realidad esos determinantes los que, en definitiva, están provocando el mayor dinamismo en los mercados externos.

No obstante, cualquiera de esas dos variantes nos lleva a una primera conclusión: una inserción externa creciente y la capacidad de captar cambios positivos en las señales de precios relativos, motivados en la mejoría en el acceso a mercados (reducción en los aranceles) u originados en movimientos del tipo de cambio, depende positivamente de la proporción de firmas de este ¨tipo¨ que componen la base de empresas exportadoras.

Sin desconocer el estímulo positivo sobre las exportaciones que tiene una política de tipo de cambio competitivo, aparece como una segunda conclusión que esa condición es necesaria pero no suficiente. Para que el proceso de inserción externa creciente que la Argentina ha iniciado sea sustentable se requieren esfuerzos adicionales.

La permanencia de las empresas recién iniciadas en el mercado internacional exige, entre otras cosas, avances en la competitividad que supongan actitudes positivas hacia la inversión y las reformas organizacionales, de alguna manera aspectos vinculados a la certificación de la calidad de procesos y productos. A su vez, las mejoras en los aspectos anteriores constituyen una condición determinante para contrarrestar la eventual erosión de preferencias en el mercado regional, escenario que puede tener lugar como resultado de la proliferación de tratados de libre comercio a los que estamos asistiendo. Por otro lado, también parecen ser fundamentales a los efectos de expandir geográficamente la oferta de exportaciones, sobre todo la de productos industriales no tradicionales, a mercados más exigentes en términos de calidad.

(1) Extracto del estudio de Tomás Castagnino, publicado en ¨Revista de Comercio Exterior e Integración¨, Nº 7, Centro de Economía Internacional (CEI), Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Buenos Aires, diciembre de 2006.