Informe Económico de Coyuntura

Nº 290 - Octubre 2008 - AÑO 27

Siguen los problemas en el sector lácteo

Dos reuniones sucesivas de la SAGPyA con los productores no trajeron soluciones a los reclamos del sector lechero que arrastra problemas de larga data, vinculados con los precios que recibe por litro de su producto. El doble mercado de los productos lácteos es el origen del problema, dada la forma elegida por el Gobierno nacional para asegurar el abastecimiento del mercado interno, restringiendo el flujo de exportaciones, fijando un precio abonado por la industria y un subsidio que lo complete.

Contra la voluntad de los productores que aspiraban recibir $1,25 por litro, el Gobierno prorrogó, por el mes de septiembre, el acuerdo vigente desde hace tres meses con un precio muy por debajo del mencionado. Para alcanzar el precio requerido la producción propone la mediación del Estado en la cadena, para ampliar los márgenes de participación de la producción primaria en el valor del producto.

Por su parte, la industria subordina el pago de un mejor valor a una mayor apertura de las exportaciones a través de la simplificación de los trámites y al cobro de las compensaciones adeudadas por la ONCCA.

El malhumor de los distintos actores del sector se ve acrecentado debido a la pérdida de la oportunidad ofrecida por el mercado internacional -en circunstancias en las que el mercado interno estaba abastecido y la industria contaba con abundantes stocks de reservas, tanto de quesos como de leche en polvo-, y cuando el precio del producto en ese mercado estaba a u$s 5.000 la tonelada, para pasar a los actuales 3.500.

Conformación de una crisis ganadera

Distintas fuentes vienen alertando sobre los volúmenes y la composición de la faena de ganado para abastecer el mercado interno y pronostican una crisis ganadera que reduciría a mediano plazo la capacidad de abastecimiento de la demanda. Según un informe de AACREA, en el último año se habría incrementado significativamente la faena de ganado respecto de los últimos años, aún a pesar de la baja del volumen exportado, con disminuciones de los precios al productor, que permanecen en los mismos niveles que en 2005 y sin descensos equivalentes en el precio al consumidor. Asimismo, y lo que es más grave, en la composición de la faena la intervención de las hembras superaría ya el 50%.

Es indudable que la favorable evolución de los precios de los productos agrícolas en relación a los ganaderos, fueron desalentando la actividad ganadera a favor de la agrícola, aún allí donde las tierras son de baja aptitud para los cultivos, aprovechando avances tecnológicos. A ello se agregaron las políticas pecuarias que establecieron precios regulados y límites a la exportación que luego de fijarse en 550.000 toneladas anuales, culminaron con la exigencia a los frigoríficos de mantener un 75% de reservas en cámara para garantizar el abastecimiento interno de carnes. Esa exigencia, en combinación con la demora en la aprobación de los envíos al exterior y con la sequía, generó importantes excedentes que ampliaron aún más la desventaja relativa de la ganadería.

La pérdida de rentabilidad de la actividad condujo a una importante baja en la inversión en praderas y un incremento de envíos para faena de animales poco y mal terminados, hecho que se aprecia en el peso promedio de faena, que entre mayo de 2008 e igual mes de 2007 se redujo 2,6%.

La formulación e instrumentación de una política ganadera que aborde la coyuntura así como la elaboración de un programa estratégico, son un reclamo tanto de los productores como de las provincias productoras, en particular las del NEA, hacia las que la actividad ganadera se va desplazando y cuya productividad podría verse incrementada significativamente con la sola adopción de algunas medidas probadas y no muy sofisticadas. El incremento del porcentaje de destete y la mejora de la calidad son resultados accesibles en un plazo corto, si se lo refiere al ciclo ganadero.

La situación granaria

Las estimaciones de producción de maíz de la campaña 2008/09 se presentan desfavorables si se las compara con las vigentes antes del conflicto agrario. De hecho, una fuente externa como el USDA ajustó a la baja sus pronósticos anteriores, situando el volumen esperado del cereal argentino en 19 millones de toneladas. A su vez, elevó la producción esperada de soja a 50,5 millones de toneladas, que se obtendrían con el reemplazo del cereal por la oleaginosa.

La sequía, la incertidumbre respecto de los precios oficiales de venta, la dificultad para asegurar precios futuros y la elevación de los costos de los insumos, son los principales factores que contraerían el área sembrada que se desplazaría del maíz a la soja, cuyos requerimientos de insumos son muy inferiores.

Frente a este panorama y en procura, quizás, de corregir esa tendencia, el Gobierno dispuso, a través de un acuerdo con la principal fábrica argentina de urea, poner el fertilizante a disposición de los productores a la mitad de su precio. La medida tiene el inconveniente de que la entrega se realiza a granel y en cantidades no inferiores a las 30 toneladas, por lo que es difícil prever su alcance a los productores pequeños.

El nuevo instrumento de la ONCCA

Un nuevo instrumento, el “Registro General de Operadores” diseñado por la ONCCA y en el que habría participado la Subsecretaría de Comercio, está siendo impulsado para la inscripción obligatoria por parte de todos los actores de cuatro cadenas alimentarias: granos, carnes, lácteos y avícola. El texto de la resolución, aún no aprobada, dispone: ”Deberán inscribirse las personas físicas o jurídicas que intervengan en la producción, transporte, industrialización, comercialización y cualquier actividad contemplada en la presente resolución de las cadenas comerciales agropecuarias y alimentarias".