Informe Económico de Coyuntura

Nº 291 - Noviembre 2008 - AÑO 27

 ECONOMIA INTERNACIONAL

SITUACION

“Cometí un error al creer que los propios intereses de las organizaciones, específicamente los bancos, eran los más hábiles para proteger a sus accionistas y su capital. Estoy conmovido porque durante 40 años consideré que esta ideología funcionaba muy bien”, expresó Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal (banca central) de Estados Unidos (La Nación, 26.10.08).
La crisis financiera internacional se continúa desplegando intensamente, a pesar de las amplias medidas de los gobiernos. Luego de enormes inyecciones de dinero a los bancos, adquisición de carteras crediticias con problemas, suba de la garantía de los depósitos y coordinación de bancos centrales en la baja de las tasas de interés, los gobiernos de varios países desarrollados han comenzado a adquirir parcialmente el capital de bancos en dificultades.
A raíz de la crisis, el conjunto de las economías latinoamericanas ha visto gravemente afectados tres factores que impulsaron su crecimiento en los últimos años: se derrumbaron los precios de los productos básicos o commodities; desaparecieron las muy favorables condiciones de financiación externa, y cayeron significativamente las remesas de emigrantes a la región.

Expansión de la “crisis humana”

A principios de octubre, el presidente del Banco Mundial (BM) advirtió que además de una crisis financiera mundial, existe una “crisis humana” que implicará que la cantidad de personas malnutridas en el mundo aumente este año en 44 millones, debido básicamente a la fuerte alza anual que experimentaron los precios de los alimentos y los combustibles.

En consecuencia, el organismo estima que a fines del corriente año habrá 967 millones de personas malnutridas en el planeta.

El citado aumento anual de dichos precios impacta especialmente al continente africano y también, entre otros, a varios países de América Latina y el Caribe. Según las cifras estimadas por el BM, en todos los países más afectados la tasa de desnutrición es igual o superior al promedio mundial de 14% de la población.

Al respecto, el Banco Mundial recomendó que se amplíen los programas actuales de protección social, como los que vinculan la transferencia de dinero a que las familias atiendan la vacunación y asistencia escolar de sus hijos, y los programas nutricionales a mujeres embarazadas y niños.

La economía de China ante la crisis internacional

La gigante economía asiática ha comenzado a experimentar diversos efectos de la crisis financiera y económica con epicentro en los países desarrollados.

La desaceleración o recesión de la actividad económica en Europa y Estados Unidos habría empezado a disminuir el ritmo de aumento de las exportaciones chinas, lo cual constituye de por sí un importante factor para una reducción del rápido ritmo de crecimiento económico de China.

En los primeros ocho meses del año las exportaciones mostraron una suba de 22% interanual, lo que podría indicar que las ventas chinas suplantaron en cierta medida el menor aumento de las exportaciones a países desarrollados con mayores colocaciones en diversas economías subdesarrolladas en crecimiento.

En el plano financiero, la economía china no ha participado prácticamente de la vorágine de especulación con los derivados hipotecarios y otros valores, concentrándose en su habitual compra de bonos del Tesoro estadounidense, lo que la ha resguardado en cierta medida del cataclismo internacional.

Pero el promedio de las cotizaciones bursátiles en China igual se ha visto afectado, ya que ha caído aproximadamente 60% en lo que va del corriente año.

También se ha registrado un cierto grado de iliquidez, observándose que las empresas de menor dimensión han visto aumentar significativamente las dificultades en su acceso al crédito.

A fin de enfrentar el nuevo escenario económico, a mediados de septiembre último las autoridades decidieron flexibilizar la política monetaria, disponiendo una baja de las tasas de interés por primera vez en seis años, medida que repitieron posteriormente.

También se prevé aumentar la inversión pública, como política anticíclica, habiéndose decidido la puesta en marcha de obras paralizadas, así como incrementar la construcción en centros agrícolas, autopistas, trenes de alta velocidad y otras obras. En principio, las autoridades no son proclives a aumentar los salarios, temiendo que ello estimule la suba de los precios.

A mediados de octubre, las autoridades aprobaron una reforma de especial relevancia en el sector agrícola -constituido por 55% de la población-, donde la posesión de la tierra es de carácter colectivo, a diferencia de la propiedad privada aceptada para los residentes urbanos. Se avanzará en los actuales contratos de los agricultores, para que éstos puedan utilizar la tierra como si fuese de su propiedad. Los objetivos consisten en aumentar la producción y los ingresos del sector, lo cual redundaría en un incremento de la demanda agregada. Esto se persigue en un contexto en el cual se ha generado una “doble velocidad” de los ingresos entre la costa más rica y el interior rural empobrecido.

Por otra parte, el Estado comprará granos y algodón de producción local a precios superiores a los internacionales, mientras que se constituirá una reserva de soja de producción interna.

El producto interno bruto (PIB) de China creció 10,6% interanual en el primer trimestre del año, 10,1% en el segundo y 9,0% en el tercero, siendo este último el incremento más bajo registrado desde 2003. De este modo, la economía acumuló en los nueve primeros meses del año una tasa interanual de 9,9%, frente a 11,9% en todo 2007.

En el plano internacional, China presenta importantes superávit en su comercio con Estados Unidos, manteniendo el esquema en funcionamiento mediante su compra de bonos del Tesoro estadounidense, manteniendo una actitud de colaboración ante la crisis internacional.

La sustancial declinación del precio de los productos básicos ha beneficiado a la economía china, al reducir el valor de sus inmensas importaciones, a la vez que contribuye a disminuir las presiones inflacionarias y a favorecer su saldo positivo en la cuenta corriente del balance de pagos.

Otros factores favorables son sus fabulosas reservas internacionales por unos u$s 2 billones, su relativamente escasa relación con bancos extranjeros y un superávit de sus cuentas públicas que le da una mayor libertad para subir el gasto en la actual situación.

PERSPECTIVAS

En tanto que las previsiones sobre la crisis financiera internacional están cubiertas por un muy elevado grado de incertidumbre, se espera que la recesión que ya ha comenzado en varias economías centrales se vaya intensificando, a la vez que se desplieguen sus efectos sobre las economías emergentes con mayor o menor impacto.
La fuerte caída de los precios de los productos básicos en los meses recientes -junto con los menores niveles de demanda agregada-disminuiría significativamente las presiones inflacionarias, otorgando así mayores posibilidades de ejercer políticas monetarias y fiscales expansivas, si bien postergando las metas a lograr en los déficit públicos.
“La situación es excepcionalmente incierta y sujeta a riesgos considerables”, señala bien el FMI en sus previsiones de crecimiento para 2009, las cuales aparecen en principio como optimistas, al estimar 3,0% en el mundo (3,9% en 2008); 0,1% en Estados Unidos (1,6%); 0,2% en la Comunidad Europea (1,3%); 0,5% en Japón (0,7%); 9,3% en China (9,7%), y 6,9% en India (7,9%).

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