Informe Económico de Coyuntura

Nº 292 - Diciembre 2008 - AÑO 27

 SECTOR AGROPECUARIO

SITUACION

La política de desvinculación de los precios internos de los productos agropecuarios, de los vigentes en los mercados internacionales, parece estar dando los resultados buscados, al menos en el corto plazo.
Ninguno de los temas pendientes de resolución obtuvo solución, a los ojos del sector agropecuario, que luego del ¨lock-out¨ realizado un mes atrás, no fue convocado por las autoridades. Tampoco se apreciaron avances en la definición de una estructura para la recientemente creada Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar.

La situación granaria

La oferta de granos se mantuvo en muy bajos niveles, contradiciendo las expectativas de una fuerte corriente vendedora que se produciría una vez finalizado el paro de comercialización de granos. La caída de los precios internacionales y la capacidad de autofinanciación del sector explican esa conducta. En efecto, se estima que aún continúan en poder de los productores alrededor de 15 millones de toneladas de granos, retenidos a pesar de la creciente escasez de crédito y de su encarecimiento, a la espera de un rebote de las cotizaciones que por ahora no da señales de producirse.

Las expectativas respecto de la oferta de trigo hablan de una baja producción, -entre 10,5 y 9,5 millones de toneladas, según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, frente a los 16 millones de la campaña pasada- y de bajos precios. A nivel del mercado interno, incluso más bajos de lo que se esperaría de liberarse las exportaciones para cubrir la tradicional demanda de Brasil por trigo argentino. El objetivo de contener el precio de los productos derivados de la harina, motivaría la continuidad de la política de lenta liberación de la oferta para exportación y consecuentemente, de altos volúmenes volcados a satisfacer la demanda interna.

Los precios de los granos de la cosecha gruesa, con algún movimiento de serrucho, han seguido una tendencia bajista, muy lejos de los célebres u$s 600 alcanzados por la cotización de la soja en julio y muy ligados a los movimientos del precio del petróleo. Los rindes de indiferencia han subido notablemente para todos estos granos. Si bien se observan bajas importantes de los precios de los insumos, lo que facilitará un repunte en su utilización, la Cámara Argentina de la Industria de Fertilizantes y Agroquímicos estima una caída de 33% en el uso de fertilizantes, a lo largo de la campaña 2008/09.

La baja de los precios y su consecuencia, el estrechamiento de la rentabilidad, genera un fenómeno económico y social adicional, al problematizar la posibilidad de supervivencia de los “rentistas”. De hecho, más de un pool de siembra debió reestructurarse y muchos contratos de arrendamiento están en vías de renegociación, con la intención de asociar a los propietarios a los resultados económicos futuros, en lugar de pactar un monto fijo de arrendamiento, como en campañas anteriores.

A pesar de la caída de su cotización, ahora ubicada en el rango de los u$s 350, la soja sigue siendo el cultivo más atractivo de los de verano. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima un incremento del área destinada a la oleaginosa, que pasaría de 16,9 millones de hectáreas en la campaña pasada a 18,2 millones de hectáreas en la actual. El menor costo del cultivo, comparado con el maíz y el girasol -más exigentes en la aplicación de agroquímicos-, significa un menor riesgo frente a la doble incertidumbre, la del comportamiento del mercado internacional y la de las reglas del juego que puedan regir en el orden interno al momento de la comercialización.

Los precios de la leche

A pesar de la firma de un acuerdo entre algunas empresas lecheras y entidades de productores en torno a la fijación de un precio de $ 1 por litro de leche, los precios abonados por la industria no fueron los pactados en ese acuerdo. Las dificultades para negociar un valor remunerativo se asocian a la caída de las cotizaciones internacionales y a las altas existencias internas de quesos y leches, que llegan al consumidor a los precios acordados con las autoridades. La política de contención de precios internos se muestra en este caso exitosa, aunque el perjuicio a los productores ponga en riesgo la producción futura.

Evolución del subsector ganadero

También en el caso de la ganadería, como en el del pan y en el de la leche, puede afirmarse que la política de precios diseñada por la Secretaría de Comercio e implementada por la ONCCA, ha tenido éxito. De hecho, luego de meses de haber resistido la tendencia descendente de los precios de la hacienda, se aprecian ahora bajas de los precios de la carne al consumidor.

La crisis internacional se aunó a las exuberantes existencias acumuladas en los frigoríficos, como consecuencia de la exigencia del mantenimiento de un elevado encaje como condición para la obtención de los ROE rojos, necesarios para exportar.

La demanda internacional de la carne experimentó una contracción que se expresó en los importantes descensos de las cotizaciones así como en el volumen exportado, descenso reforzado por las restricciones impuestas a la exportación. Según datos del SENASA, entre enero y septiembre de 2008 los envíos al exterior cayeron 21% respecto de igual período de 2007.

La crisis de la ganadería parece afectar fundamentalmente a los productores de ganado ¨a campo¨, sobre todo a aquellos que no pueden acceder, por el tipo de condiciones exigidas, a las compensaciones ofrecidas por la ONCCA. Son los productores en ¨feed lot¨ los que reciben ingresos compensatorios.

PERSPECTIVAS

Sólo la definición del presidente electo de los Estados Unidos en el sentido de continuar con la política de sustitución de petróleo por biocombustibles, ofrece alguna perspectiva alentadora respecto del comportamiento de los precios internacionales de los cereales.
En efecto, de concretarse esa política, la demanda de maíz se mantendría sostenida, provocando un incremento de las cotizaciones del grano y el desplazamiento, en ese país, de las áreas hacia ese cultivo, con la consecuente contracción de la producción de soja, dejando espacio para una mejor colocación de la producción argentina de la oleaginosa. El resto, en materia de precios, es incertidumbre.

Gráficos

Tablas