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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 292 - Diciembre 2008 - AÑO 27 |
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La evolución de la crisis económica |
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En un contexto en el cual la volatilidad de los mercados
financieros internacionales continúa siendo una constante, los efectos sobre la economía
real se hacen sentir fuertemente en los países desarrollados. En Estados Unidos
la producción industrial en octubre cayó al nivel mensual más bajo de los últimos 26
años, en tanto que las ventas minoristas de ese mismo mes se redujeron 2,8% con
respecto al mes anterior.
En la Unión Europea, por su parte, ya se registran dos trimestres consecutivos
con caídas del PIB, lo que técnicamente puede calificarse como recesión e
igual comportamiento evidencia la economía japonesa. Las proyecciones del FMI para 2009
señalan que las economías desarrolladas experimentarán, en conjunto, una contracción
de 0,3%.
En las economías emergentes, en términos generales, el impacto sobre el nivel de
actividad todavía no se ha hecho sentir con igual intensidad. No obstante, la
contracción del valor de los activos financieros, la salida de capitales y la baja de la
cotización de las materias primas -principal fuente de exportación- hacen prever la
aparición de serias dificultades en el futuro próximo. Las proyecciones del FMI para
2009 sugieren que las economías emergentes mostrarán una expansión del orden de 5%,
nivel que se sostiene en los todavía importantes crecimientos esperados para China (8,5%)
e India (6,3%).
La economía argentina, a su vez, también transita una situación compleja, comenzando
por las dificultades para enfrentar los vencimientos de la deuda pública en 2009 -que
ascienden a un monto aproximado de u$s 20.000 millones- y sin acceso a fuentes de
financiación internacional. Anuladas las posibilidades, dada la crisis financiera
mundial, de obtener recursos frescos a través de la reapertura del canje con los
holdouts y de la refinanciación de los préstamos garantizados, el Gobierno
decidió la estatización del régimen previsional privado de capitalización que se
había instaurado en 1994.
Con esta decisión, el Gobierno recibe un stock de capital acumulado equivalente a unos $
90.000 millones -aunque no todo de libre disponibilidad, por cierto- más un flujo anual
-entre aportes previsionales e intereses del capital- del orden de $15.000 millones. Está
claro que, en el corto plazo, el sector público nacional aleja los riesgos de
incumplimiento de sus compromisos financieros, aunque también deben computarse la mayor
desconfianza sobre el sistema jurídico institucional, las eventuales demandas judiciales
y, a más largo plazo, la sustentabilidad del nuevo régimen previsional unificado.
Otro de los temas que demanda especial atención es el vinculado con el sector externo.
Por un lado, está la evolución del comercio exterior, la cual, según la última
estimación del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que difunde el Banco
Central, podría pasar de un superávit proyectado de u$s 12.000 millones en el
corriente año a uno de 5.700 millones en 2009. La razón de tal disminución
obedece, básicamente, a un cierto deterioro del flujo de exportaciones. Las menores
ventas al exterior se asocian con precios en baja de los productos básicos agrícolas,
con una menor cosecha de la campaña 2008/2009 -especialmente en trigo y maíz- y con
crecientes dificultades para la exportación de bienes industriales en un contexto
recesivo internacional.
Tales problemas en materia de comercio exterior sumados a la permanente demanda de divisas
en el mercado interno por razones preventivas, han colocado a la política
cambiaria en un terreno de intenso debate. El Banco Central está siguiendo una
trayectoria de suba gradual del tipo de cambio, pero tanto los exportadores como los
industriales que venden en el mercado interno presionan por una paridad cambiaria más
elevada, basados en las significativas devaluaciones registradas en muchos países -en
especial, los del cono sur- y en el menor efecto inflacionario que hoy tendría la
depreciación de la moneda local.
En cuanto al nivel de actividad económica, comienzan a observarse indicadores que
demuestran una desaceleración en varios sectores productivos. El Estimador
Mensual de Actividad Económica (EMAE) -que anticipa el comportamiento del PIB- creció
6,8% interanual en septiembre y, de acuerdo al REM, se anticipa una expansión de 7,1%
para todo 2008 y de 4,1% para 2009. Tales tendencias también se verifican tanto en el
sector industrial como en la actividad de la construcción.
La demanda interna (consumo más inversiones) está siendo afectada por las restricciones
crediticias y el alza de las tasas de interés, al tiempo que empeoran las expectativas de
los agentes económicos. Así, por ejemplo, el Indice de Confianza del Consumidor -que
elabora la Universidad Torcuato Di Tella- cayó en noviembre último al nivel más bajo
desde diciembre de 2002.
Por último y con referencia al mercado laboral, existen indicios de despidos y
suspensiones, que han llevado a la central sindical a proponer un incremento en las
indemnizaciones por despidos no justificados. Sin embargo, el Gobierno plantea, por el
momento, profundizar las acciones contenidas en los procedimientos preventivos de crisis,
que es un instrumento a disposición del Ministerio de Trabajo. |
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Evolución del balance cambiario |
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El balance cambiario comprende las operaciones realizadas
por el mercado único y libre de cambios (MULC) y el Banco Central,
constituyendo una descripción básica de la evolución del sector externo de la
economía.
En el III trimestre del corriente año, la cuenta corriente del balance
cambiario (mercancías, servicios y rentas) arrojó un superávit récord de u$s 4.953
millones, duplicando prácticamente el nivel de igual trimestre de 2007.
El aumento del superávit reflejó el comportamiento de las transferencias por mercancías,
destacándose los cobros de exportaciones por u$s 19.143 millones, un máximo histórico
que implicó una suba interanual de 39%. A su vez, los pagos de importaciones también
mostraron un nivel récord, sumando 13.649 millones, con un incremento de 28%. Por lo
tanto, se generó un ingreso neto de 5.494 millones.
Las operaciones registradas en concepto de servicios resultaron en un
superávit de u$s 254 millones, monto superior en 62% al observado en el III trimestre del
año anterior. Este incremento respondió a las mayores entradas netas por servicios
profesionales, empresariales y técnicos -que significaron un máximo histórico- y por
turismo y viajes.
Las operaciones por rentas presentaron una salida neta de u$s 1.145
millones, monto superior en 22% interanual, con la siguiente desagregación básica:
los pagos netos de intereses totalizaron
u$s 526 millones, 15% menos que en el III trimestre del año precedente, debido a las
menores salidas netas del sector público y el Banco Central;
los giros netos de utilidades y dividendos con acceso al
mercado cambiario sumaron u$s 619 millones, casi duplicando el nivel del III trimestre de
2007 y destacándose las empresas petroleras, automotrices y químicas.
La cuenta
capital y financiera presentó en el III trimestre un saldo negativo de u$s 5.003
millones, superior en 46% al verificado en igual lapso del año precedente e inferior en
30% al registrado en el II trimestre del año.
El déficit del trimestre bajo análisis respondió totalmente a la salida neta de
capitales del sector privado no financiero por u$s 5.389 millones, ya que
las operaciones del sector público y Banco Central, así como las del sector financiero,
tuvieron escasa significación. La mencionada salida se explica casi totalmente por la
demanda neta de activos externos de libre disponibilidad, cuya desaceleración con
respecto al II trimestre obedeció a la menor compra de billetes en moneda extranjera por
parte de residentes.
Cabe señalar que desde el desencadenamiento en Estados Unidos de la crisis internacional
a mediados de 2007 hasta el último registro cambiario -abarcando así el período del III
trimestre de 2007 al III trimestre de 2008-, la salida neta de capitales del sector
privado no financiero presentó flujos sumamente elevados, sumando un
total de u$s 20.942 millones. El 69% de ese total se verificó en los nueve primeros meses
del presente año.
Puede agregarse que en octubre último se observó una intensificación de la salida de
capitales que implicó un aumento de la cotización del dólar, la cual fue frenada y en
parte revertida por fuertes intervenciones cambiarias del Banco Central, que significaron
una reducción de sus reservas internacionales en aproximadamente u$s 3.500 millones a lo
largo del mes.
En concepto de préstamos financieros al sector privado, se registró en
el III trimestre un ingreso neto récord de unos u$s 1.200 millones, generado por nuevos
desembolsos -básicamente a mediano y largo plazo- por 2.400 millones y por pagos de
capital por 1.200 millones. Los sectores con mayores desembolsos netos fueron el
petrolero, minería, alimentos y bebidas, industria papelera y automotriz.
En el III trimestre del año continuó la clara tendencia ascendente de las inversiones
directas de no residentes en diversos sectores del sector privado, con un ingreso
neto de u$s 760 millones, significando un incremento interanual de aproximadamente 40%.
En síntesis, puede decirse que el superávit de la cuenta corriente fue totalmente
compensado por el déficit de la cuenta capital y financiera, observándose en el III
trimestre del año una reducción de sólo 0,8% en el nivel de las reservas
internacionales del Banco Central, que a fin de septiembre sumaban u$s 47.121
millones, implicando un incremento de 10% frente al nivel de igual mes de 2007. |
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