Informe Económico de Coyuntura

Nº 296 - Mayo 2009 - AÑO 27

 MONEDA Y FINANZAS

SITUACION

A pesar de los controles cambiarios sobre grandes transacciones, continúa la salida de capitales y paralelamente se observa una profundización del proceso de dolarización de los depósitos.
El acuerdo financiero con China, lo proveniente de la capitalización del FMI y el ingreso de los dólares por la venta de la soja, llegan para reforzar la capacidad de hacer frente a la demanda de divisas.

Proceso de dolarización

La salida de capitales que acumuló unos u$s 20.000 millones en el último año, tuvo un nuevo capítulo en marzo pasado.

La fuga hacia la divisa, calculada en unos u$s 2.500 millones en ese mes, se constituyó en el tercer hito del último año, después de lo observado durante la prolongada crisis con el sector agropecuario y el traspaso de los fondos jubilatorios al Estado con la consiguiente eliminación de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP).

El desarrollo de la crisis internacional, sumado a cuestiones locales tanto de índole económico-financiera como política (en esta oportunidad el anuncio del adelantamiento de las elecciones nacionales), han contribuido a esta mayor demanda de divisas.

Este contexto llevó la cotización del dólar en marzo a $ 3,74, lo que implicó un aumento del 4,4% en el período.

Las reservas de divisas del Banco Central, que en febrero habían cerrado en u$s 47.020 millones, descendieron a u$s 46.634 millones a fin de marzo.

En el mes de abril se produjo una serie de acontecimientos que sirvieron, no para evitar que sigan cayendo las reservas de divisas, pero sí para morigerar esta situación y aplacar el precio del dólar.

Por un lado, se puede mencionar el comienzo de la liquidación de divisas por parte de los exportadores de soja y por otra parte, cabe consignar el efecto sobre nuestras reservas de la anunciada capitalización del Fondo Monetario Internacional, decidida en la reunión del Grupo de los 20 en Londres.

El G-20 decidió que sus socios más poderosos aporten unos u$s 750.000 millones y, además, unos 250.000 millones de DEG (derechos especiales de giro), que es la cesta de monedas que funciona como unidad de cuenta del FMI. A nuestro país le corresponderían unos u$s 2.500 millones por este motivo, sin entrar en las condicionalidades de la línea de Crédito Flexible.

Acuerdo monetario con China

A comienzos de abril el Banco Central anunció que se había avanzado en tratativas con la autoridad monetaria de China en torno a una operación de ¨swap¨ o intercambio de monedas entre ambos países.

Este acuerdo confidencial, que equivale a unos u$s 10.200 millones, implica que China pone a disposición de nuestro país hasta 70.000 millones de yuanes (moneda china) en contrapartida de $ 38.000 millones.

Según las autoridades del BCRA, este acuerdo es estrictamente financiero, por lo que no podría ser utilizado comercialmente para financiar el comercio exterior entre ambos países -en especial de importaciones desde China-, lo cual había generado algunas suspicacias y temores en sectores industriales locales.

El ingreso de los yuanes no podría ser destinado a engrosar nuestras reservas, ya que no es una moneda considerada como divisa internacional, pero podría ser utilizada para triangular operaciones financieras con otros países y otras monedas, asumiendo cada parte el riesgo cambiario correspondiente.

El país asiático viene realizando estos acuerdos en distintas regiones, con el objetivo de que su moneda se utilice cada vez más en transacciones financieras y comerciales a nivel internacional.

A nuestro país le sirve para reforzar su situación financiera, en momentos en que los mercados internacionales se encuentran cerrados para las colocaciones de bonos y sólo se está accediendo a una restringida financiación de organismos multilaterales de crédito.

Evolución de los depósitos

Dentro del contexto de incertidumbre económica y política señalada, se inserta la constatación de un paulatino proceso de dolarización de los depósitos en entidades financieras.

Hacia fines de marzo los depósitos en dólares alcanzaban ya a unos u$s 9.000 millones, con un crecimiento de 13% durante el primer trimestre del año.

De esta manera, estas imposiciones pasaron a representar 19% del total, cuando hace un año explicaban sólo el 10%. Cabe destacar que una tercera parte de los depósitos a plazo fijo del sector minorista está dolarizada. Como contrapartida de esta situación, se verificó un descenso de los depósitos en pesos que pasaron a totalizar unos $135.000 millones, de los cuales 59.000 son a plazo fijo.

Para evitar el descalce de monedas que hizo furor durante la convertibilidad, hoy los bancos sólo pueden prestar pesos a personas o actividades locales (por ejemplo el crédito al consumo), en tanto que pueden prestar dólares a empresas ligadas directa o indirectamente al sector exportador.

Como los préstamos en moneda extranjera no crecen en la misma proporción que los depósitos, los bancos mantienen una abundante liquidez en dólares, situación que ha llevado a analizar la posibilidad de colocar un bono en dólares para absorber esta capacidad prestable.

PERSPECTIVAS

Cabe esperar nuevas presiones sobre el mercado cambiario aunque el Banco Central cuenta con los instrumentos necesarios para llegar sin grandes sobresaltos al acto eleccionario.
Con respecto a la financiación internacional, deberá decidirse, a mediano plazo, si se habrá de recurrir a la línea de ayuda flexible del FMI, con los riesgos que esto implica en términos de condicionalidades.