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Informe Económico de Coyuntura |
Nº 300 - Septiembre 2009 - AÑO 28 |
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Endeudamiento público y nivel de actividad |
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La situación económica internacional tiende a mostrar una
desaceleración en el ritmo de caída de los principales indicadores, circunstancia que
podría estar preanunciando el inicio de una fase de recuperación,
posiblemente lenta, hacia fines del corriente año y comienzos del 2010. El panorama se
muestra más dinámico en Estados Unidos que en el resto del mundo desarrollado, pero ya
existen algunos datos positivos vinculados con el nivel de actividad en el segundo
trimestre del año en Inglaterra, Alemania, Francia e inclusive Japón.
La menor aversión al riesgo en los países desarrollados está provocando un
reflujo de capitales hacia las economías emergentes, fenómeno que sumado a las
propias medidas de estímulo a favor de la producción y el consumo interno en estas
últimas, están posibilitando una recuperación del crecimiento o una moderación del
efecto recesivo.
El ejemplo más contundente es el de China, que registró un incremento del PIB de 7,9% en
el segundo trimestre del corriente año, superando el crecimiento de 6,1% del primer
trimestre. Por otra parte, en Brasil -donde la evolución del PIB todavía muestra
números negativos en la comparación interanual- se observa una mejora mes a mes en lo
que va de 2009. Al mismo tiempo, ha logrado atraer nuevamente flujos de capital externo,
reducir la tasa de interés y controlar el proceso inflacionario, o sea, que ha generado
condiciones como para esperar un despegue productivo en el futuro próximo. Los casos de
China y Brasil son relevantes para nuestro país, dada la intensidad del comercio exterior
con los mismos.
En el ámbito local, la principal preocupación económica del Gobierno está vinculada al
tema fiscal, básicamente con relación a la capacidad financiera para hacer
frente a los vencimientos de la deuda pública en lo que resta de 2009 y muy
especialmente en 2010. En realidad, luego del pago del cupón del Boden 2012 por U$S 2.250
millones, efectuado a principios de agosto pasado, los compromisos para el resto del año
en curso parecen atendibles con los recursos propios del Estado.
Sin embargo, de cara a 2010, el Gobierno ha efectuado algunos anuncios que deberían
instrumentarse próximamente. En primer lugar, el canje de los bonos de la deuda de corto
plazo que ajusta por inflación -del orden de los $ 9.000 millones- por bonos que
rendirían una tasa de interés. Este mecanismo, a su vez, disminuiría los conflictos
potenciales derivados de la manipulación de datos por parte del Indec. En segundo lugar,
la posibilidad de retomar las negociaciones con los holdouts y el Club de
París y, por último, la eventualidad de someterse a una auditoría del FMI, aún cuando
no se solicitara un apoyo crediticio de dicho organismo en lo inmediato. Todas
estas acciones tendrían cono objetivo allanar el camino para acceder al financiamiento
internacional en 2010.
Otro aspecto en el plano fiscal también destinado a viabilizar el pago de la deuda
pública, está vinculado con el propósito de moderar el incremento del gasto público a
través de la reducción de las inversiones en infraestructura y de los subsidios. Sin
embargo, la reciente postergación de los incrementos tarifarios en gas y electricidad
significan una limitación para la política de disminución de subsidios, al menos
temporalmente.
En cuanto al nivel de actividad, de acuerdo a la información del Indec, en el primer
semestre del año se habría registrado una expansión de 1,1%, en comparación con igual
período del año pasado. Por cierto, las estimaciones de los analistas privados no
coinciden con estas cifras y plantean la existencia de un escenario recesivo en la primera
mitad del año. Observado el tema desde la demanda agregada, todos coinciden en una severa
caída, tanto de la inversión como de las exportaciones. En consecuencia, tendría
que haberse registrado un significativo incremento del consumo para explicar una mejora
del nivel de actividad, circunstancia que no coincide con una percepción más
generalizada y tampoco con algunos indicadores específicos de evolución del consumo,
particularmente en bienes durables.
En tal sentido, también corresponde señalar que en la economía argentina actual son muy
limitadas las posibilidades de aplicar políticas fiscales y / o monetarias destinadas a
expandir la demanda, tal como lo han hecho frente a la crisis la mayoría de los países
desarrollados y no pocas economías emergentes. Desde el punto de vista fiscal, por la
necesidad, señalada más arriba, de moderar el aumento del gasto público y, desde la
perspectiva monetaria, por el bajo nivel del crédito bancario al sector privado, por un
lado, y por el riesgo de estimular más aún la demanda de divisas o fuga de capitales,
por el otro.
En definitiva, si bien la economía mundial comienza a mostrar los primeros signos de
recuperación, los cuales, gradualmente, podrían contribuir a mejorar nuestros flujos de
exportación, a nivel interno resulta imprescindible revertir las expectativas
negativas para reinstalar, vía aumentos del consumo y la inversión, un sendero
de crecimiento económico estable. |
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Los precios en el comercio exterior |
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Las exportaciones argentinas del primer
trimestre del corriente año alcanzaron a u$s 11.863 millones, valor inferior en 26,0% al
registrado en igual lapso de 2008 debido a caídas de 14,9% en los precios y de 13,0% en
los volúmenes físicos, de acuerdo al informe del Indec sobre Índices de precios y
cantidades del comercio exterior.
En el citado período se observó una baja de los precios internacionales
de los principales productos básicos, lo cual se reflejó en importantes bajas
interanuales de los precios promedio de los productos primarios (-22,9%), de las
manufacturas de origen agropecuario, MOA (-12,2%) y de combustibles y energía (-55,0%). A
su vez, las manufacturas de origen industrial (MOI) presentaron una escasa suba de 1,5%,
debido fundamentalmente al aumento de los precios de productos químicos y material de
transporte.
Asimismo, a nivel de rubros cabe mencionar las caídas interanuales de precios de 31,3% en
cereales, de 7,8 % en semillas y frutos oleaginosos, de 33,4% en grasas y aceites, de 9,2%
en metales comunes y sus manufacturas y de 60,6% en petróleo crudo.
Dentro de los cereales se destacaron las bajas de precio en trigo (-38,9%) y maíz
(-22,0%) y entre las oleaginosas la reducción en soja (-9,8%). Dentro de las grasas y
aceites, tuvieron fuertes disminuciones los precios de los aceites de soja (-33,4%) y de
girasol (-34,5%).
Asimismo, la reducción de los volúmenes físicos respondió
principalmente, por una parte, a la caída en las colocaciones de productos primarios
(-27,8%), afectadas por la sequía y por la demora en las ventas por parte de los
productores y por otra, a la disminución registrada en las MOI (-22,4%), bajo el efecto
de la menor demanda externa originada en la crisis internacional.
Las importaciones del primer trimestre sumaron u$s 8.307 millones, lo
cual representó una caída interanual de 35,3%, a raíz de reducciones promedio de 32,5%
en las cantidades y de 4,2% en los precios.
La baja de las cantidades reflejó principalmente la disminución de la
actividad económica, observándose caídas de -30,5% en las compras de bienes intermedios
-principalmente destinados a la producción industrial- y de 37,8% en los bienes de
capital.
Las variaciones interanuales de precios fueron negativas en todos los
grandes rubros, destacándose las reducciones de 17,1% en combustibles y lubricantes
(tanto en petróleo crudo como en sus derivados), de 7,3% en bienes de capital y de 7,2%
en bienes intermedios. Se observaron bajas menores en piezas y accesorios para bienes de
capital (-3,3%) y en bienes de consumo (-1,7%).
En el caso de los bienes intermedios, sobresalió la evolución de los precios de
productos vegetales y alimenticios (-11,8%), productos químicos (-18,1%), plástico y
caucho (-16,2%) y textiles (-1,4%). A su vez, los bienes de consumo mostraron reducciones
tanto en los precios de los productos no duraderos (-5,2%) como en los duraderos (-0,5%).
El índice de los términos del intercambio tiene una especial
relevancia, pues mide la relación (cociente) entre los índices de precios de
exportación y de importación. Su evolución interanual fue negativa en el primer
trimestre de 2009, ya que mostró una baja de los precios superior en las exportaciones
(-14,9%) a la registrada en las importaciones (-4,2%).
En consecuencia, los términos del intercambio del primer trimestre del presente año
presentaron disminuciones de 4,0% respecto del trimestre precedente y de
11,2% frente al primer trimestre de 2008.
Cabe señalar que después de varios años de evolución creciente de los términos del
intercambio, desde el segundo trimestre de 2008 se viene registrando una firme tendencia
negativa.
Dada la mayor importancia que dentro de los precios del comercio exterior tiene la
evolución de los precios agrícolas (especialmente de la soja), es de
interés observar su comportamiento reciente.
El precio internacional de la soja presentó en julio último una suba de 24,8% con
relación a fin de 2008, aunque aún se situó 21,5% por debajo del precio observado en
julio del año anterior. Las variaciones interanuales que mostraron en julio los precios
del maíz y del trigo fueron negativas en 41,0% y 30,4%, respectivamente, mientras que sus
cotizaciones son prácticamente iguales a las registradas a fin de 2008. |
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