Con fecha julio de
2000, el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal aprobó y
publicó el informe conjunto de las comisiones de Actuación Profesional en Empresas
Agropecuarias (Informe N° 5) y el de Costos (Informe N° 4), titulado "Lineamientos
para la elaboración de información sobre costos en la empresa agropecuaria (en adelante,
LEICEA). La finalidad de la propuesta del informe es analizar las particularidades
operativas, los cambios fácticos, las pautas y los elementos relevantes de la actividad,
siendo los conceptos básicos de costos aplicables en forma genérica a toda empresa y
actividad, incluida la agropecuaria. No es el propósito de este artículo exponer el
mencionado informe, sino comentar algunos aspectos distintivos de la actividad para el
proceso de toma de decisiones. Generación de valor
Conviene señalar primero algunas definiciones.
Cadena de valor (Michael E. Porter 1985): es el conjunto interrelacionado de actividades
creadoras de valor, que se extienden durante todos los procesos, que van desde la
consecución de fuentes de materias primas hasta que el producto terminado se entrega en
las manos del consumidor. Este enfoque es externo a la empresa, considerando a cada
compañía en el contexto de la totalidad de la cadena de actividades creadoras de valor
de la cual la empresa es solo una parte. El asunto clave es maximizar la diferencia
(agregado de valor) entre insumos y ventas.
Se sostiene que la actividad agropecuaria tradicional no agrega valor y que deberíamos
como proyecto de país buscar un desarrollo a través de otras actividades que generan
mayor valor agregado. Es necesario analizar críticamente estos conceptos.
Si se considera que la nueva forma de empresa agropecuaria es un proceso de fuerte empleo
de insumos, adaptación de tecnología, gerenciamiento, tecnología de procesos,
desarrollo de mercados a término, etc., y se advierte no sólo el producto final, sino
que para la obtención del mismo se requiere la interacción de múltiples actores de la
economía (semillas híbridas, genética, biotecnologia, agroquímicos, fertilizantes,
maquinarias, fletes, puertos, combustibles, almacenamiento y acondicionamiento, etc.), se
llega a la conclusión de que el campo genera tanto valor como la construcción.
Vale presentar algunos datos publicados por la Fundación Producir Conservando, en agosto
de 2002, en un trabajo denominado "El Sector Agropecuario y Agroindustrial"
(Lic. Gustavo M. López - Ing. Agr. Gustavo Oliverio):
"Partiendo de una Población Económicamente Activa (P.E.A.) de 13.338.000 personas,
el sector agropecuario, en lo que hace a la producción primaria, tenía una ocupación de
967.000 personas, que representa el 7,2% de la P.E.A. total del país.
Al sector de la producción primaria hay que agregarle los sectores procesadores de
productos agrícolas y/o ganaderos, y otros sectores que suministran insumos y maquinaria
para el agro. Ellos tenían en 1999 una P.E.A. de aproximadamente 1.024.000 personas.
Tomando el total de la P.E.A. en 1999 como 13.338.000 personas, los sectores productores
de bienes participan con 3.018.000 personas, que representan un 22% del total de la
P.E.A., en tanto que los sectores de servicios involucraban un total de 10.320.000
personas, es decir, el 77,3% de la P.E.A.
Dentro de los sectores productores de bienes, los relacionados con el sector agropecuario
y agroindustrial ocupaban en el año 1999 un total de 1.991.000 personas, es decir, el
65,9% de la P.E.A. vinculada a la producción de bienes. Este dato muestra claramente que
la Argentina es un país agropecuario y agroindustrial en lo que a producción de bienes
se refiere.
Es muy difícil obtener cifras de participación de las actividades agropecuarias y
agroindustriales en la P.E.A. del sector de servicios, pero nadie puede dudar de la
importancia que tiene el complejo agropecuario en los servicios comerciales (que ocupan
2.852.000 personas), en los de transporte (667.000 personas) y en los financieros, de
seguros y conexos (233.000 personas), que totalizan aproximadamente 3.752.000 personas.
Según este trabajo, el sector agropecuario y agroindustrial en la Argentina tendría
P.E.A. de más de 5.7 millones de personas, representando así el 43% del total de
la P.E.A del país".
Dada la idea del párrafo precedente, se puede afirmar que este sector padece de problemas
comunicacionales dado que, a pesar de su importancia, tiene en general una "mala
prensa" por una visión antigua de lo que es la actividad.
Objetivos
Se confunden objetivos y criterios macroeconómicos con los microeconómicos respecto de
los commodities. Podemos discutir si el desarrollo de la República Argentina se puede dar
sólo con los commodities, pero, de allí a inferir que en términos de microeconomía o
negocio los commodities van a desaparecer o, peor aún, que son la oveja negra que no
agrega valor y consecuentemente debe ser tratada discriminatoriamente para subsidiar a
otros sectores teóricamente más dinámicos, es un grave error. El desarrollo de un país
se hace con la suma de sectores y no discriminando a los más dinámicos y competitivos a
favor de otros que aún no logran demostrar su dinámica y competitividad con el falso
argumento de que agregan más valor u ocupan a más personas.
Planeamiento
El informe LEICEA en el capítulo IV 2.3 dice: "En lo que respecta al momento de la
determinación, no es posible efectuar una explotación racional y sustentable si no está
basada en una adecuada planificación, incluso en el mediano y largo plazo. Por ello la
elaboración de costos predeterminados es casi una consecuencia lógica de toda
explotación racional y sustentable, también a efectos de incluir en el costo todos los
insumos o recursos necesarios para la conservación de las condiciones ecológicas, aunque
su consumo o empleo no ocurra simultáneamente con el proceso productivo".
La empresa agropecuaria es sumamente compleja, dado que a los problemas propios de las
actividades industriales o comerciales, la globalización de los mercados y la irrupción
de nuevas tecnologías (biotecnología, riego, agricultura de precisión, etc.) se agrega
una característica distintiva, que es la presencia de procesos productivos biológicos
que se relacionan e interactúan en mayor o menor medida con el medio ambiente, agregando
un factor adicional en el ya de por sí complejo proceso del planeamiento.
Es frecuente observar, por la complejidad de variables que intervienen, que se tiende a un
proceso de simplificación (utilización exclusiva de información histórica, proyección
de estados contables en forma lineal, etc.). En esta actividad, la simplificación en el
análisis es sumamente riesgosa; el sistema de información debe reflejar la realidad
presente y futura. Los problemas técnicos en todos sus aspectos (económicos,
ecológicos, agronómicos, biológicos) deben ser analizados, cuantificados y/o ponderados
reflejando esa realidad económica y técnica sin importar la dificultad para su
determinación
Estrategia de negocios
Es importante establecer cuál será nuestra estrategia definiendo los objetivos de la
empresa y cuáles serán nuestras unidades estratégicas de negocios.
Se ha producido una fuerte evolución en la sociedad, que ha pasado de ser una sociedad
agrícola productora de bienes agrícolas comoditizados a ser una sociedad industrial, que
fue evolucionando a productos diferenciados o con trazabilidad. La mayoría de los autores
sostiene que en este momento se está ingresando en la sociedad de la información, donde
aparece un nuevo criterio de generación de valor que es el conocimiento o información
por sobre las inversiones en bienes (hard). Esto no significa la desaparición de los
productos agropecuarios tradicionales, sino que se adicionan a estas actividades nuevos
actores con otras formas de generación de valor.
Los cambios tecnológicos generan en la actividad agropecuaria nuevos criterios o formas
de determinar los costos unitarios o unidades de costo, como ser proteína, contenido
oleico, bacterias, criterios de calidad, etc. Son los tradicionales commodities
agropecuarios, que se miden con nuevos criterios de estandarización o determinación de
calidad, o nuevos criterios de determinación de valores unitarios.
Por otro lado, aparecen nuevas unidades de costeo para los commodities, que serán en gran
medida el futuro de gran parte de la actividad. Con esto no se pretende sostener que los
commodities tradicionales desaparecerán, sino que se adecuarán a nuevos criterios; de
acuerdo con ellos, los procesos productivos y de generación de valor no tendrán caminos
sustanciales. Así nacen las categorías: Denominaciones de origen, Orgánicos, Organismos
no modificados genéticamente, Etiquetado-identidad preservada, Trazabilidad, Specialities
(maíces colorados, pizingallo, girasoles alto oleico, etc.).
Por último, también aparecen
nuevos productos diferenciados o que se destinan a nichos de mercado; generan así
adicionales unidades de costeo:
Nuevos desarrollos a través de la biotecnología.
Nuevas alternativas de
productos destinados a nichos o segmentos de mercado (con el riesgo de diferenciar los
negocios "moda" con bajas barreras de entrada y ciclo de vida corto de los
productos de mayor ciclo.
Análisis
de costos no cuantificables o de difícil cuantificación
En el informe LEICEA, en el capítulo V Algunos criterios y técnicas de costeo
útiles, punto 1.2 Evaluación del riesgo, dice: "el riesgo es uno de los
factores a considerar en todo emprendimiento de negocios. Los factores de riesgo son
muchos y variados estando presentes -como dijimos en todo tipo de proceso de
generación de valor. La empresa agropecuaria está expuesta a todos los factores de
riesgo comunes al resto de los negocios, pero a ellos se suman los específicos de esta
actividad, según lo enunciado en el punto 2.2 Ciclo productivo de este capítulo.
Los costos incurridos o a incurrir, como consecuencia de verificarse acontecimientos
adversos cuya magnitud no exceda de los parámetros de riesgo normal, deberán formar
parte del costo normal de producción; y aquellos que excedan de dichos parámetros
deberán ser considerados resultados no previstos o extraordinarios.
La evaluación del riesgo requiere la aplicación de técnicas específicas y variadas,
con base científica, y en modo alguno debe ser entendida como simple estimación, porque
de su adecuada determinación dependen muchas de las decisiones que significarán el
éxito o el fracaso de los emprendimientos".
Cuando se habla de riesgo en la actividad agropecuaria se deben tener en cuenta dos
factores: las características de una empresa o empresario y la faz subjetiva del factor
riesgo. La definición de objetivos de la empresa y la forma de encarar la actividad va a
estar seriamente condicionada por la actitud que tiene el individuo frente a determinados
riesgos. La actividad y forma de desarrollarla depende en gran medida de las concepciones
particulares del riesgo.
La dependencia con el medio ambiente se refiere a dos aspectos:
La dependencia
con las características ecológicas (clima, suelo, sanidad, etc.) normales de cada zona.
Las variaciones posibles de
estas características normales.
El factor
climático es determinante de la producción y agrega una condición de riesgo adicional a
la actividad. En la actualidad, los mercados agropecuarios globalizados responden a
condiciones económicas y climáticas. Los términos "Mercados Agroclimáticos"
generalmente aceptados sintetizan la importancia que tiene el clima en la fijación de los
precios de los productos.
La crítica que se suele hacer a este planteo es que se pierde objetividad en la
información debido a la ponderación subjetiva, o bien, se afecta el criterio de
prudencia (debe entenderse que éste es propio de la contabilidad financiera y, por lo
tanto, ajeno a la contabilidad de gestión). La información debe reflejar la realidad
económica por compleja que ella fuere. En la toma de decisiones ignorar una parte de la
realidad de las explotaciones es sinónimo de decisiones incorrectas, sobre todo en
explotaciones condicionadas fuertemente por la naturaleza. Pero, como se ha dicho, el
criterio de objetividad y prudencia en la información puede ser válido en información
para terceros que requieren objetividad y comparabilidad, pero nunca para la toma de
decisiones internas.
Es fundamental en el análisis de este tipo de información considerar que existen
distintas estrategias para minimizar los riesgos. Se sostiene que el empresario
agropecuario, aparte de ser un adaptador de tecnología, debe ser un experto en el manejo
del riesgo de los componentes físicos y monetarios de la actividad. Considero que este
factor es en estos momentos el principal condicionante de la renta agropecuaria y su
estabilidad.
Es fundamental replantear la actual forma de análisis de las carteras de riesgo
crediticio, decisiones de inversión, emergencia agropecuaria, etc., reformulándolas
mediante la inclusión en dichos análisis de este factor.
Relación
insumo producto
Tal como se expresa en el informe LEICEA en el punto 2.4 Correcto devengamiento de los
cargos: "los cargos deberán ser analizados bajo la óptica del o de los períodos
que benefician, o que los ocasionaron para que incidan en dichos períodos
independientemente del momento en que se hayan producido las erogaciones".
En la actividad agropecuaria se presenta una serie de cambios fácticos al criterio de
apareamiento de ingresos con egresos y relaciones insumo - producto.
Se debe considerar todo costo devengado o imputado que deba aparearse con la relación
insumo - producto presente.
Es decir que no sólo se analizan los insumos y el producto que se obtiene, sino que
también se considera: cómo se afecta al ambiente, el nivel de riesgo, la sustentabilidad
en términos físicos y económicos de la actividad a lo largo de un horizonte de
planeamiento definido, la utilización de recursos no renovables, etc.
En resumen, se puede considerar que los criterios teóricos son válidos para la actividad
y se presentan características fácticas de aplicación para temas como:
Análisis de utilización de bienes abundantes en la
naturaleza.
Suelo como un insumo más y análisis de su empleo.
Cambio en el paradigma tradicional de la producción: búsqueda de
sistemas sustentables.
Análisis de la afectación al ambiente.
Costos que se erogarán en el futuro, que corresponden a la relación
insumo - producto presente, como uso de nutrientes, futuro encalado originado en la
producción presente, planchado del suelo y consecuente mayor laboreo, mayor incidencia de
plagas con mayores costos de producción originadas en monocultivos, falta de rotaciones
adecuadas, etcétera.
Reformulación del concepto de costo de oportunidad: para la actividad
agropecuaria, costo de oportunidad no es solo la "Diferencia entre las utilidades que
se hubieran obtenido en la alternativa abandonada, y las utilidades obtenidas en la
alternativa elegida, siempre y cuando esta última fuera menor" (LEICEA), sino
además: a) lo que dejare de obtener en el futuro al implementar sistemas de producción
no sustentables que afectan la fertilidad futura; b) pérdida de capital por disminución
del valor venal debido a la degradación del recurso suelo.
Sistemas
de producción sustentables
En el informe LEICEA capítulo V punto 2 (criterios específicos) ítem 4 se establece
"El principio general aplicable a la misma (Tierra) es: El costo de la explotación
debe tender a incluir todos los insumos necesarios para mantener la tierra en sus
condiciones originales.
Este principio está relacionado con el concepto denominado "explotación
sustentable".
Existen distintos criterios y posiciones para definir los términos
"sustentabilidad" y "agricultura conservacionista".
El concepto de sustentabilidad fue evolucionando desde: a) lograr producciones que
permitan el mantenimiento de los rindes y la renta sin afectar el recurso suelo; b) lograr
producciones que permitan el mantenimiento de los rindes sin afectar el recurso suelo y el
ambiente; c) criterio presente de lograr producciones que permitan el mantenimiento de los
rindes y la renta sin afectar el recurso suelo y/o el ambiente permitiendo también el
desarrollo social de los individuos que se relacionan con la actividad o región (mayor
información en www.sigsa.com/ealmf).
En este punto, conviene llamar la atención sobre los serios riesgos que se están
generando por la mala (ingenua o intencionada) interpretación de estos fundamentales
conceptos que pueden ocasionar gravísimos perjuicios a los productores agropecuarios
argentinos por la aparición de nuevas barreras paraarancelarias encubiertas en estos
sanos principios.
Es así como, debido a interpretaciones en general interesadas, que responden a criterios
de países centrales que subsidian sus producciones agropecuarias y donde se han
desarrollado los principales problemas ambientales, comienzan a surgir requerimientos que
se transforman en barreras paraarancelarias que no solucionan el origen de los problemas y
en general no responden a probados criterios científicos. Para colmo de males,
ingenuamente avalados en el país por idealistas ecológicos y autoridades con
desconocimiento de la actividad agropecuaria. Es así como el sector se enfrenta a:
Aceptación del criterio de multifuncionalidad de la
agricultura por parte de la Comunidad Económica Europea.
Exigencias de trazabilidad en el lamentable y vergonzoso episodio de la
aftosa cuando el gran riesgo para la salud y la vida humana es el denominado mal de
la vaca loca, siendo la Argentina un país catalogado como de bajo riesgo.
Exigencias de cumplimiento de normas ISO 14000 para exportación de
determinados productos.
Obligatoriedad de etiquetado de organismos modificados genéticamente.
Exigencias increíbles
respecto del bienestar de los animales.
Prohibición de implantes en vacunos sin pruebas científicas.
Etcétera.
Conclusión
Los conceptos básicos de administración y costos son aplicables en forma genérica a
toda empresa y actividad, incluida la agropecuaria. Por lo tanto, debemos analizar
particularidades operativas, cambios fácticos, pautas y elementos relevantes de la
actividad para desarrollar estrategias que respondan a nuestros objetivos.
Por ultimo, respecto de la producción agropecuaria tradicional, se deben desarrollar
estrategias que concilien los siguientes factores:
Productividad (biológica y económica).
Maximización de beneficios.
Rentabilidad.
Riesgo.
Estabilidad de la renta.
Sustentabilidad.
Este es el
gran desafío del productor agropecuario. Los productores o, mejor dicho, empresarios
agropecuarios requieren de las siguientes características personales para el logro del
éxito:
Alto gerenciamiento.
Flexibilidad.
Baja resistencia al cambio.
Buenos manejadores del riesgo.
Racionales adaptadores de tecnología.
Deben aprender a aprender,
aprendiendo a olvidar y tomar decisiones simultáneamente con el aprendizaje.
Debemos
seleccionar múltiples alternativas entre las opciones estratégicas básicas de crear,
mantener, reducir y despojar, cuya predictibilidad sólo la dará el transcurso del
tiempo. |