Pensar
en competitividad es pensar en superación, calidad y excelencia para lograr un objetivo
que, según sea el caso, podrá ser un récord, una marca, una victoria, un
reconocimiento, un contrato, un premio, la vida, el reconocimiento.
Por ejemplo, en el terreno deportivo podremos tener récords nacionales, olímpicos,
mundiales, etc. Allí, la excelencia y el esfuerzo de años se ven reflejados o no en
apenas unos segundos de competencia y, muchas veces, la diferencia entre el primero y el
segundo puede llegar a ser imperceptible a simple vista, pero decisiva a la hora de
subirse al podio. Esa es la diferencia competitiva. La Argentina la conoce bien en
deportes en los que, con mucha frecuencia, consigue performances destacadas y
reconocimiento internacional.
Pero, ¿qué sucede con las empresas?, ¿es aplicable esta idea de competitividad?
El elemento intrínseco e indiscutible en relación con la competencia es que existan
competidores con deseo de destacarse positivamente, lo que, traducido a los negocios,
sería: empresas con vocación de liderazgo en calidad, en participación de mercado, en
innovación, en reconocimiento de las marcas, entre otras variables, y, por supuesto, que
tengan también la necesidad de obtener rentabilidad sobre el capital invertido.
Hipótesis
Según la idiosincrasia dominante en cada país en un momento dado, esta vocación
empresarial será mejor o peor vista en la sociedad y estará alentada en mayor o menor
medida desde las políticas del Estado. En situaciones óptimas, las empresas, la opinión
social y el Estado se orientan en la misma línea. Sin embargo, no siempre es así, y en
ciertos momentos las políticas del Estado pueden alentar o desalentar el desarrollo de
los elementos necesarios para la competitividad empresarial.
Así, en los últimos tiempos se ha insistido en que el tipo de cambio y el
"cierre" de la economía constituirían factores decisivos para alentar la
competitividad argentina. Sobre el particular, el trabajo de investigación realizado en
el verano 2002/2003 no muestra que las empresas adjudiquen una importancia claramente
relevante al tipo de cambio como factor de competitividad (aunque en algunos sectores sí
sea muy favorable). Y, por su parte, el concepto de "cierre" de la economía
merece un comentario especial. En una economía "cerrada" no se importan bienes
extranjeros, pero tampoco se exportan productos industriales (solo commodities primarios),
ya que la industria, generalmente de bajo desarrollo, se vuelca a un mercado interno chico
pero protegido. No se destaca, no hay competencia y el resultado, paradójicamente, es una
baja en la calidad y la superación tecnológica, que generalmente disminuye la calidad de
vida de los habitantes.
Los comentarios indicados surgen de otra lectura sobre los amplios y diversos resultados
obtenidos en la investigación sobre la competitividad empresarial argentina, que incluyó
un trabajo de campo efectuado sobre más de 120 empresas argentinas de diferentes sectores
y tamaños.
Las variables empleadas para fijar el escenario más o menos competitivo de desarrollo de
las empresas argentinas fueron elaboradas por nosotros a partir de la encuesta de
competitividad de las naciones que realiza el International Institute for Management
Development para la ONG World Economic Forum, ambas instituciones de Suiza, y una de las
más importantes del mundo.
Población
muestral
Como las preguntas permitían evaluar cada variable en 6 grados de relevancia, podemos
ordenarlas de acuerdo con las respuestas recibidas. Elegiremos las respuestas más
sesgadas que los 120 empresarios dieron durante nuestra investigación. Obtuvimos así un
mapa de opinión aproximadamente objetivo acerca de las debilidades y fortalezas que ellos
consideran indiscutiblemente importantes para el desarrollo de la competitividad de sus
empresas.
Siempre ordenados en forma decreciente en importancia del sesgo de la respuesta,
encontramos:
Sesgos
más negativos en la opinión de los empresarios:
1º. La imagen externa del país afecta para que su empresa
desarrolle negocios en el exterior.
2º. El desarrollo y la aplicación de tecnología no son
apoyados por organismos gubernamentales.
3º. El riesgo de inestabilidad política afecta de manera muy
alta a la empresa.
4º. El soborno y la corrupción pesan más que en otros
países.
5º. La ayuda del Estado es irrelevante para desarrollar nuevas
empresas o mercados en el exterior.
Sesgos más positivos en la opinión de los empresarios:
1º. No existen problemas de discriminación racial, de sexo o
religiosa.
2º. Existe una fuerte cultura hacia la satisfacción de los
clientes en las empresas.
3º. Las prácticas éticas son implementadas en las empresas.
4º. El acoso y la
violencia no afectan seriamente el lugar de trabajo.
5º. El nivel de destreza y de preparación técnica de sus
empleados alcanza a cubrir las necesidades competitivas.
6º. La educación profesional universitaria alcanza a cubrir
las necesidades competitivas.
7º. La flexibilidad y la adaptabilidad de la gente son altas
cuando se enfrenta a nuevos desafíos.
Una mención especial sobre el tipo de cambio:
Es curioso el resultado obtenido de la pregunta que relaciona el tipo de cambio con la
competitividad. Como dijimos, habitualmente esta relación es vista como la única o la de
incidencia más importante en el desenvolvimiento de nuestras empresas respectos a sus
competidores. Nuestro trabajo de investigación arrojó un resultado sorprendente. A la
pregunta sobre si "el tipo de cambio alto no mejora o mejora la competitividad de su
empresa", la respuesta dio un resultado neutro, o sea, en la escala de 0 a 6, el
resultado fue 2.97, ubicándose muy por debajo de los problemas de seguridad física o de
propiedad privada (3.50), o en relación con "la reducción de la evasión fiscal
mejorará la competitividad de la empresa" (4.47), o "el riesgo de inestabilidad
política afecta seriamente a la empresa " (3.81), o "la pesificación resultó
una medida desfavorable" (4.50).
De las 76 preguntas formuladas a los 120 empresarios en la encuesta de competitividad, el
tipo de cambio se ubica en la mitad del ranking de factores que afectan la competitividad
de las empresas del país.
Gráficamente:
Tabla de valores
|
Sesgo
respecto
al tipo de cambio |
Descripción |
|
-1.78 |
El soborno y la corrupción pesan más que en otros países. |
-1.5 |
La
pesificación resultó una medida desfavorable. |
-1.47 |
La
reducción de la evasión fiscal mejorará la competitividad de la empresa. |
-1 |
La
globalización está afectando la economía del país. |
-0.87 |
La
imagen externa del país afecta para que su empresa desarrolle negocios en el exterior. |
-0.81 |
El
riesgo de inestabilidad política afecta seriamente a la empresa. |
-0.78 |
La
ayuda del Estado es irrelevante para desarrollar nuevas empresas o mercados en el exterior. |
-0.5 |
Seguridad
física o de propiedad privada no está garantizada. |
0 |
El
tipo de cambio alto no mejora o mejora la competitividad de su empresa. |
1.16 |
El
entrenamiento de los empleados es de alta prioridad en la empresa. |
1.13 |
La
flexibilidad y la adaptabilidad de la gente de su empresa son altas cuando se enfrenta a
nuevos desafíos. |
1.34 |
La
educación profesional universitaria alcanza a cubrir las necesidades competitivas de su
empresa. |
1.53 |
Los
valores de la empresa apoyan la competencia. |
1.59 |
El
nivel de destreza y de preparación técnica de sus empleados alcanza a cubrir las necesidades
competitivas de su empresa. |
2.03 |
La
actividad productiva de su empresa no afecta seriamente el medio ambiente. |
2.31 |
La
satisfacción de los clientes está enfatizada en su empresa. |
2.41 |
La
discriminación (raza, sexo, etc.) no es un problema en su empresa. |
|
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