El Dr.
Armando De Angelis lo definió en la presentación como una "persona que piensa y que
da la vida por hacer". El Dr. Oscar Tangelson, secretario de Política Económica del
Ministerio de Economía, es una pieza clave en el equipo de Roberto Lavagna. El 11 de
agosto visitó el Consejo para dar una charla y conversar con los matriculados y el
público en general en el salón Dr. Manuel Belgrano.
¿En qué punto estamos y qué factores condicionan el desarrollo de la Argentina en estos
tiempos? Esta fue la pregunta que el Dr. Tangelson intentó responder a lo largo de su
disertación. "Los problemas económicos tienen solución económica, social, ética,
jurídica: son problemas de una naturaleza muy compleja", explicó.
"El presente forma parte de la historia: los problemas que estamos enfrentando hoy
son producto de decisiones que se tomaron o no se tomaron en el pasado, y el futuro no es
aleatorio", sostuvo. Para Tangelson, la generación del 2000 tiene responsabilidades
similares a las de la generación del 80 en el siglo XlX.
En un documento que Tangelson trajo al Consejo, el funcionario afirma que la Argentina se
enfrenta, contemporáneamente, con cuatro desafíos: recuperar el crecimiento económico
después de la década perdida de los años 80 y de la recesión de estos años, concretar
y consolidar el proceso de integración del MERCOSUR, definir la forma de su inserción en
un mundo en profunda transformación como consecuencia de la revolución tecnológica y
productiva que se está desarrollando en nuestros días, y, simultáneamente, lograr la
reconstrucción de principios de justicia social que hagan partícipes a sus habitantes de
la riqueza que contribuyen a generar.
Procesos de
transformación
Tangelson afirmó que en la época actual confluyen grandes procesos de transformación.
Uno es el de la globalización, "que es fundamentalmente una globalización
financiera. No es una globalización económica, porque, de serlo, no habría subsidios al
agro en Europa o subsidios al acero en los EE.UU.".
El segundo gran fenómeno que se está produciendo -un hecho histórico- es que en los
últimos tiempos, por primera vez desde el imperio romano, hay un continente con moneda
única. "El euro culmina un proceso de 50 años en el que los países europeos
estructuraron mecanismos de asociación que confluyen en 1995 en el Tratado de
Maastricht", explicó Tangelson.
A este fenómeno se le suman otros componentes importantes: el bloque de las Américas y
el de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), al que el año pasado se
sumó China. "Ante esta realidad, resulta indispensable un proyecto regional que
involucre a toda Sudamérica", opinó, y agregó: "estamos asistiendo a la
construcción de una cierta visión estratégica de la región".
"Construir un proyecto de país implica debatir sus lineamientos y
prioridades, determinar la forma de su integración continental y, para incorporar los
cambios de los tiempos, actualizar los valores permanentes que no sólo no han perdido
vigencia, sino que resultan más actuales que nunca en esta etapa de transformación que
está experimentando la sociedad humana."
El tercer gran fenómeno es el de la recuperación de lo local como eje de desarrollo.
"Hay un profundo cambio de lógica en el desarrollo de las actividades empresarias,
sostuvo. Se está dando un cambio de paradigma del proceso de producción. Una cosa eran
los viejos seminarios de control de calidad, donde se controlaba el producto final, y otra
muy distinta es la implicancia de un proceso de calidad integral. Esto no es solamente ISO
9000, es una filosofía de la interrelación empresarial."
"Si para sobrevivir a estos desafíos las empresas deben recurrir a su programación
estratégica, resulta inconcebible que los países se limiten a un activismo irreflexivo
en la coyuntura. Se pretende justificar con la urgencia de los problemas inmediatos la
falta de elaboración de proyectos cuando, por el contrario, es la falta de un proyecto lo
que nos hace esclavos de las urgencias", destacó el funcionario de Economía.
La era de la
liquidez extrema
Otro eje central de la presentación de Tangelson pasó por advertir los peligros de la
"superliquidez" en los mercados internacionales y los riesgos que esto implica
para los países emergentes, "porque este contexto origina una pérdida de
responsabilidad por parte de deudores y acreedores".
No dejó de mencionar el tremendo deterioro en la distribución del ingreso que sufrió la
Argentina con la crisis. "Este no es sólo un tema de justicia social, sino
principalmente un tema de viabilidad del proceso económico."
¿Qué posibilidades se abren de aquí para adelante? Para Tangelson, la nueva
configuración productiva abre perspectivas alentadoras. Para resolver la cara más
dramática de la mala distribución del ingreso, que es el desempleo, el funcionario fijó
en su documento una serie de conceptos para tener en cuenta:
La importancia social del empleo ha
determinado que no sólo se hayan diseñado políticas, instrumentos y medidas dirigidas
expresamente a dar respuesta a los requerimientos de la emergencia ocupacional, sino que,
más aún, se haya orientado el programa de gobierno para que cada política, cada
organismo, cada responsable de una acción, tenga como objetivo su contribución a la
generación de empleo actual y futuro.
Esto significa responder a las urgencias sociales del presente y,
paralelamente, consolidar nuestras posibilidades de crecimiento y justicia social en el
mundo en transformación que caracteriza al tercer milenio.
Esta propuesta requiere también reconocer la existencia de un país
heterogéneo con fuerte conciencia federal y, en consecuencia, la
necesidad de aplicar, con total convicción, instrumentos de modernización y
participación de las provincias y los municipios para la construcción de un
país equilibrado regionalmente mediante el aprovechamiento de las nuevas
opciones productivas, el incremento del valor agregado a las materias primas de origen
agrícola, ganadero, ictícola, minero y forestal, y la construcción de la
infraestructura necesaria para la movilización y el aprovechamiento de nuestros recursos
productivos.
La decisión de asignar atención prioritaria a la política ocupacional,
de propender al crecimiento armónico del país interior, de promover la transformación
del sector público y la modernización de las empresas micro, pequeñas y medianas, no es
una propuesta circunstancial, sino un testimonio de la política que debe ser
instrumentada como objetivo de un país y una sociedad dispuesta a superar un presente
insatisfactorio y a construir un futuro digno. |