Botafogo
Gonçalves: La era de la supranacionalidad
José Botafogo Gonçalves, embajador del Brasil en la Argentina, sostuvo que
"se está creando (en la Argentina y el Brasil) una nueva cultura que conducirá a
una mayor institucionalización del Mercosur". Botafogo recordó que los presidentes
Lula y Kirchner están hablando de la constitución de un Parlamento Común por elección
directa. "Puede parecer muy ambicioso, pero esto va a permitir la politización, en
el buen sentido, de las ideas de institucionalización", señaló.
Los conceptos fueron vertidos en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el marco de un nuevo capítulo del Foro para el
Estudio de los Problemas Argentinos, que la Institución organiza desde el año 2001.
"Botafogo, durante su gestión en la Argentina, ha sido y es un vocero incansable del
objetivo de integración de las naciones sudamericanas". Así fue presentado en la
apertura de su disertación por el Dr. Humberto A. Gussoni, vicepresidente 1° del Consejo
y coordinador del Foro.
Para el diplomático, "el Mercosur es una experiencia novedosa: vamos testeando a ver
hasta dónde caminamos. Casi el 50% de las normas aún no fue internalizado. Ir más allá
de lo que se logró obtener del Mercosur en estos 12 años significaba que las sociedades
nacionales pagaran un precio en términos de reducción de su libertad de tomar
decisiones".
Sin embargo, destacó: "hoy hay una conciencia de que hace falta dar pasos más
importantes hacia alguna forma de supranacionalidad". Y agregó: "en la etapa
actual, cuando la Argentina y el Brasil hemos superado algunos obstáculos importantes,
como la política de cambios, tenemos una precondición para la profundización del
Mercosur".Globalización y soberanía
"Muchas veces, cuando se habla de Mercosur, sólo se piensa en lo económico y se
olvidan otros aspectos sociales y culturales. Esto no es correcto", sostuvo Botafogo
en otro pasaje de su conferencia.
Los temas globalización e integración regional a veces parecen conceptos opuestos, y
esto no es así. Al contrario: los dos fenómenos se complementan y es indispensable que
estén asociados.
Como "con una perspectiva histórica se pueden sacar mejores conclusiones para saber
cómo podemos actuar mejor hoy", el diplomático brasileño dedicó buena parte de su
exposición a repasar una perspectiva histórica del proceso de globalización.
"En el caso de Portugal, su ventaja para expandirse se debió a una tecnología
específica: la carabela, un barco que podía navegar por mares desconocidos. Y buscó
conservarla de manera monopólica. Los secretos relacionados con la actividad naval eran
secretos de Estado, equivalentes hoy a las multinacionales que patentan desarrollos y no
quieren compartir con nadie", explicó.
Para Botafogo, lo que distingue a las formas de globalización anteriores de la actual se
encuentra en la velocidad extraordinaria del proceso, dada la revolución de la
información y la circulación de los flujos financieros, que se volvieron incontrolables.
¿Poco ambicioso?
Botafogo repasó el proceso de integración de América del Sur: "El Mercosur fue una
respuesta de cuatro países de cómo adaptarse a un multilateralismo con sus
imperfecciones. Eso no es una tarea fácil; por eso el Mercosur tiene una evolución llena
de problemas".
Si bien el Mercosur aún no cuenta, por ejemplo, con instituciones supranacionales y
también es criticado por haber sido "poco ambicioso", Botafogo cree que
prevaleció el pragmatismo: "Los latinos tenemos la tendencia a dibujar proyectos
ambiciosos; firmamos y luego no se llevan a la práctica; esta vez no fue así".
"Con el Mercosur fue la primera vez que se combinó en la región una mayor ambición
conceptual, característica de la Península Ibérica, con el pragmatismo
anglosajón", dijo. "Por primera vez, sostuvo, se está hablando del tema
financiero. ¿Quién paga la actividad productiva, los proyectos de infraestructura
indispensables para materializar la integración? Cuando se concreten estas instancias, se
logrará que el Mercosur tenga más importancia en el mundo."
Chile y el regionalismo
abierto
Gracias a los acuerdos comerciales, y una vez que el Parlamento Europeo apruebe una serie
de convenios con Chile, el país trasandino tendrá un mercado de 1.200 millones de
personas para colocar sus exportaciones. Actualmente, ese universo ya abarca 858 millones
de consumidores.
El pronóstico lo hizo embajador de la República de Chile, Dr. Juan Gabriel Valdés
Soublette, quien disertó en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, durante el Foro para el Estudio de los Problemas Argentinos.
Valdés Soublette, que fue canciller de Chile en 1998 y 1999, fue enviado a destinos
diplomáticos de la más alta responsabilidad. Así lo informó, al presentar al
expositor, el Dr. Humberto A. Gussoni, director del Foro y vicepresidente 1° del Consejo.
El Embajador expuso acerca de la política exterior de Chile y sobre la inserción de
Chile en el sistema de globalización "La esencia de la política exterior de Chile
ha sido el comercio, mucho más que cualquier visión de estrategia geopolítica. Hay que
tener en cuenta que Chile tiene un mercado interno relativamente pequeño, de 15 millones
de personas, y en consecuencia requiere de manera imprescindible un vínculo con la
economía internacional", afirmó.
Y agregó: "También buscamos proteger nuestra industria sin que esto se traduzca en
barreras al comercio. Fuimos activos en el multilateralismo, pero también hemos sido muy
activos en materia de acuerdos bilaterales". En los años 70 Chile llegó a tener
aranceles de más del 100%, los que luego fueron bajando progresivamente hasta llegar a la
actualidad, en que el arancel común es del 6%. Las autoridades del país trasandino
opinan que va a seguir bajando.
EE.UU., la prioridad
"Esta apertura negociada es lo que hemos denominado "regionalismo abierto".
Esta ha sido una estrategia acompañada por la enorme mayoría de los chilenos. Allá no
existe un debate sobre la naturaleza de la apertura, o sobre si deberíamos tener una
economía más protegida", aseguró Valdés Soublette.
En 2002 han concluido las negociaciones de Chile con la Unión Europea, con los EE.UU. y
con Corea del Sur. Junto con estos acuerdos comerciales se firmaron también acuerdos de
promoción de inversiones.
"El punto esencial fue consolidar nuestra estrategia exportadora y relacionarnos de
manera preferencial con economías más grandes que la nuestra", enfatizó el
Embajador en su visita al Consejo.
Gracias a esta gran cantidad de acuerdos, Chile tiene hoy en día una estructura de
exportaciones muy diversificada, con un total de 18.000 millones de dólares, y no tiene
concentradas las ventas en ninguna región geográfica.
Una política exterior
inconstante
"Una de las particularidades de la Argentina es su inconstancia internacional, que se
percibe en los cambios en ciclos muy cortos", afirmó el Dr. Juan Pablo Lohlé,
embajador argentino en la República Federativa del Brasil. Y añadió: "Esa
inconstancia está morigerada porque la aceleración de la situación internacional ha
permitido que esto se note menos. Pero cuando uno hila fino y trata de percibir cuáles
fueron las constantes de la política exterior argentina en los últimos años, lo que ha
primado ha sido la mutación de posiciones en los distintos gobiernos".
El embajador Lohlé hizo estas declaraciones en el Consejo, en el marco del Foro para el
Estudio de los Problemas Argentinos. El Dr. Humberto A. Gussoni, coordinador del Foro,
presentó al embajador como alguien que "está cubriendo una de las posiciones más
estratégicas en el marco de la política exterior argentina".
Durante su disertación, Lohlé se refirió al Mercosur y, en particular, a la relación
entre la Argentina y Brasil.
"Hoy hay una relación de carácter estratégico que va más allá de los gobiernos
circunstanciales de cada país", señaló el embajador en Brasil y agregó: "hay
en el fondo de los dos países una adhesión a que esto sea así. Lo que ha provocado la
relación de Lula con Kirchner es que nosotros hoy podemos contener entre los dos países
las coincidencias y las disidencias. Pero hay un marco de confianza con Brasil que no
tenemos con otro país".
Lohlé reconoció que "en el corto plazo, puede haber disidencias". Pero que el
consenso aumenta cuando se enfoca el largo plazo: "ahí vemos una sucesión de
generación de confianza recíproca".
Política de Estado
En el transcurso de su exposición, el embajador Lohlé realizó una breve introducción
sobre el papel de la Argentina en el contexto internacional. Y tuvo duras críticas para
la política exterior de los 90: "A veces en el exceso de pragmatismo se pierde
la ilusión de lo que se quiere ser, y eso tarde o temprano se termina sintiendo. Ese
pragmatismo nos llevó a decir: Si la moneda más fuerte es la norteamericana,
adoptémosla; si el país más fuerte es EE.UU, adhiramos a él ". Sin embargo,
para Lohlé, "esto no es tan fácil, porque toda adaptación supone una preparación
y un cambio en la identidad cultural, que en muchos casos lleva años. En el caso de la
Argentina, pensamos que era fácil, rápido, exitoso y rentable ser así de
pragmáticos".
¿Por qué nos ocurre esto a los argentinos? ¿Por qué desde el año 1850 la Argentina
saltó de una posición a otra?
La explicación de Lohlé es que "a los argentinos les cuesta mucho asumir la pobreza
y la decadencia, y no ser lo que fueron. El argentino permanentemente está haciendo una
demanda de lo que fue, y esa demanda en general la pone afuera. Esta contradicción genera
una confusión estratégica de los argentinos".
Y este punto no es menor en la relación con Brasil. "Históricamente, hay un
desarrollo en el cual los brasileros, que son hijos de Portugal, tienen una visión con
respecto a su país muy diferente de la nuestra, que somos hijos de España, de la cual
nos independizamos de manera más cruenta que ellos. Culturalmente, esto llevó a dos
naciones muy diferentes, con distintos procesos de decisión", sostuvo Lohlé en su
paso por el Consejo.
"Lo que estamos viendo hoy es cuál es el método con el que vamos a organizar la
integración. Hay una agenda positiva de la relación: colaboramos activamente para
impedir que se produzca un conflicto armado entre Perú y Ecuador. Hoy tenemos un plan de
infraestructura que está previendo hacer una carretera que una San Pablo con Buenos
Aires", dijo.
Los puntos de la agenda negativa se ven cuando no coinciden los ciclos, cuando un país
está en expansión y el otro, en recesión. "Debemos generar mecanismos preventivos
para que estos ciclos divergentes no afecten a ninguno de los dos países", concluyó
Lohlé. |