Alberto
Abad, titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos, se siente cómodo
visitando el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Suele aprovechar el auditorio Manuel Belgrano para explicar sus planes en la lucha
contra la evasión y en la mejora de la administración tributaria.
En su última disertación, Abad habló largo y tendido sobre los distintos desafíos que
enfrenta la oficina que dirige, a los que categorizó en: internacionales, nacionales,
institucionales y operacionales. "Son los cuatro ejes donde la administración
tributaria tiene que estar alerta, reflexionando y actuando", sostuvo Abad en el
Consejo.
En cuanto al eje internacional, el funcionario señaló que, dentro del proceso de
globalización, ya el 60% de las transacciones externas se realiza intrafirma, y esta es
una tendencia creciente.
Las dificultades de fiscalización aquí se multiplican. "México tiene identificados
a 92 países de baja tributación o paraísos fiscales; y los problemas con el fraude por
la devolución del IVA son una dificultad muy seria en todo el mundo", ejemplificó
Abad.
¿Cuál es la respuesta de la AFIP a este tema? Avanzar con la operatoria sobre los
precios de transferencia y controlar el uso abusivo de tratados internacionales. También,
una "marca cuerpo a cuerpo" sobre las grandes multinacionales que operan en la
Argentina. "Mientras la evasión y la elusión estén globalizadas y el control,
compartimentado, la batalla es muy difícil de ganar", explicó.
Desafíos
crecientes
Entre las tareas de cooperación entre fiscos, Abad destacó un programa reciente, por el
cual dos dependencias fiscales realizan inspecciones simultáneas en una misma empresa con
oficinas en dos países distintos.
"Tampoco, reconoce Abad, es cuestión de que estos controles terminen obstruyendo el
comercio exterior en un momento en que este segmento es tan importante para la Argentina a
nivel macroeconómico." Por eso la AFIP está trabajando en acortar los tiempos en la
Aduana para no lesionar la competitividad de las "expo". "Estamos
facilitando el control de frontera, y luego hay controles ex post en el mercado interno,
explica; también se está generalizando el control satelital."
En cuanto a los desafíos nacionales, Abad llamó a "superar un sistema fiscal
oscilante" y a darle respuesta a la "baja cultura tributaria", que termina
lesionando la solvencia intertemporal de las cuentas públicas.
El funcionario aseguró que el comportamiento tributario mejoró en los últimos meses con
relación al muy malo 2002. Le mostró al auditorio un gráfico elocuente en el cual se ve
cómo la recaudación por concepto de IVA cayó más que el consumo en el 2002, pero
aumentó por encima del consumo en el 2003. "Estamos en la fase positiva del ciclo,
hay menos evasión", dijo.
Para lograr un verdadero sistema de recaudación federal, el titular de la AFIP remarcó
que se está trabajando para actualizar los niveles de gestión en las provincias,
interconectar las bases de datos, transferir tecnología y asistir financieramente a los
fiscos que lo necesiten.
Sin embargo, el gran desafío pasa, sin dudas, por mejorar la cultura tributaria. Abad
habló de incumplimiento generalizado, escaso compromiso institucional y tratamiento
cortoplacista del problema de la evasión como tres de las barreras centrales para avanzar
en materia fiscal.
Para responder a la falta de cultura, en la AFIP piensan que hay que generar conciencia
del pago de impuestos desde la educación primaria, y se está presionando para que se
incluya una materia en el currículo nacional: "Hay que incorporar la ética de la
responsabilidad. Los argentinos tenemos que entender que el límite de todo desarrollo es
su financiamiento". Abad dejó trascender una novedad importante que luego tuvo
amplia repercusión en los medios nacionales: la AFIP cerró un convenio con la Facultad
de Filosofía y Letras para que el tema del aprendizaje y la ética quede a cargo de un
equipo multidisciplinario.
El flanco
institucional
En la arena institucional, el titular de la AFIP advirtió que la tan mentada
descentralización tributaria debe ir acompañada de una capacitación de excelencia; si
no es así, está condenada al fracaso: "Debemos pensar la lucha contra la evasión
como una política de Estado, aumentar el poder sancionatorio y consolidar el modelo de
agencia única".
¿Cómo avanza la AFIP en este campo? Ya hay tres juzgados que operan en el fuero Penal
Tributario (el financiamiento de este segmento fue una de las primeras decisiones
políticas de Néstor Kirchner al asumir), y hay una estrategia penal centralizada en el
organismo de recaudación.
Finalmente, en lo que hace a los desafíos operacionales, Abad sostuvo que hay que
aumentar los servicios para el contribuyente que paga y cumple con sus obligaciones.
"Se habla mucho de la evasión, pero yo quiero resaltar la enorme cantidad de
argentinos que cumplen con sus obligaciones. En el 2002 no había bancos, hubo quienes
hablaron de rebelión fiscal, y, sin embargo, la recaudación subió un 11% contra el año
anterior, y en el 2003 estuvimos un 50% arriba", remarcó.
Abad creó una "Dirección de Servicios al Contribuyente" para centralizar esta
estrategia. Entre otros logros, en el 2003 hubo tres millones de declaraciones juradas que
se tramitaron por Internet.
El funcionario concluyó su exposición en el Consejo con algunas pistas del Plan
Antievasión que viene desarrollando su oficina y que incluye un control estricto para
detectar sociedades ficticias, la creación de un Registro Único de Personas Jurídicas,
el desarrollo de un sistema de perfil de riesgo de evasión (similar al que usan los
bancos para el riesgo crediticio), un ataque a fondo a las "fábricas" de
facturas apócrifas.
"Sabemos que esto es una carrera en la que nunca vamos a estar por delante de los
evasores -eso no pasa en ningún lugar del mundo-, pero la idea es estar a 10 ó 20 metros
y no a 3 kilómetros. Al final del día, la administración tributaria es un 10% de
creatividad y un 90% de transpiración", concluyó. |