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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 70 - Mayo 2004

Secretos para superar el "Síndrome de la desvalorización"
Revalorizando nuestra profesión

La autora reflexiona en este artículo sobre el "sindrome de la desvalorización", que afecta a buena parte de los profesionales en Ciencias Económicas, y en particular a la rama de los contadores. "Se tiende a manifestar cierta desvalorización sobre la profesión, imputándole limitantes tales como el de hacerlos muy estructurados y poco flexibles", sostiene. Secretos para superar esta sensación negativa.
Autora: Dra. Nora Fusillo
Consejera Titular y Docente de la Escuela de Educación Continuada

 

Esta vez elegí tratar sobre qué nos pasa a los profesionales en Ciencias Económicas a partir de la enriquecedora experiencia de dictar cursos para el desarrollo del potencial individual en nuestra Escuela de Educación Continuada desde 1997 y aportar la mirada que construí al incursionar en el campo del crecimiento personal.

En el comienzo, dentro del programa de reinserción laboral, los participantes eran colegas que estaban atravesando situaciones de crisis en su carrera profesional por hallarse subocupados, dejando una relación de dependencia de muchos años, y aun desocupados, que necesitaban reinsertarse y/o emprender actividades independientes.


Dentro de este marco, era lógico que los que acudían a mi curso de "Adecuación a los cambios en el contexto", como se denominaba en un principio, manifestaran cierta desvalorización sobre su profesión, imputándole limitantes tales como el de hacerlos muy estructurados, poco flexibles y hasta que, en algún caso, definieran su rol en forma descalificadora.


Por supuesto, en estos últimos años, el contexto ha contribuido a agudizar las dificultades y a demandarnos más y mejores respuestas.


En cuanto empezábamos a trabajar en los temas específicos de desarrollo personal, autoconfianza, creatividad, inteligencia emocional, entre otros contenidos, este panorama se superaba gradualmente fortaleciendo competencias y habilidades; se dejaba de trasladarle a la profesión temas imputables a las circunstancias de vida y características particulares.


Con el correr de los años, comencé a dictar estos seminarios en forma abierta para todos los colegas. Se generó así un ciclo con distintas temáticas: Liderazgo para emprendedores; Autoestima y resultados; Calidad de vida y Calidad de servicio, hasta llegar al grupo actual de cursos:

Expansión del potencial profesional.

Inteligencia emocional.

Pensamiento creativo.

Sincronicidad y liderazgo.

Me sorprendió mucho el hecho de que los profesionales que asistieron y asisten a estos cursos, en su gran mayoría en actividad, tanto en relación de dependencia como independientes, también hayan manifestado en un 80% este sentir desvalorizante respecto a su profesión. En este punto cabe hacer una diferenciación respecto a los Licenciados en Administración y en Economía, que en general no presentan este síndrome.

Entonces, esta situación, que en el contexto del programa de reinserción podría hasta justificarse asociada a la situación de vida que atravesaban, no es un dato menor cuando persiste en casi todos los grupos hasta la actualidad.

Creer en lo nuestro

Me propuse investigar sus causas y dar propuestas de solución, dentro de un panorama por demás positivo y alentador, dado que yo encuentro que mis colegas en relación con los demás alumnos procedentes de las más diversas profesiones, paradójicamente son los que, en el proceso de aprendizaje, responden con menores resistencias y con mayor ductilidad, entusiasmo, perseverancia y compromiso con su crecimiento.


¡Qué increíble bifurcación de la realidad! Creer que nuestra profesión es limitante frente al hecho de que respondemos menos condicionados que personas de otras profesiones.


¿Cuáles serán las causas de esta paradoja?


De hecho, quienes se relacionan mal con su carrera, cualquiera sea esta, son aquellos que la eligieron sin vocación, siguiendo mandatos familiares o porque creían que era un camino más fácil para encontrar trabajo y ganar dinero. Esta es una causa, que se reveló muy común, no solo en el grupo de reinserción laboral, sino en general, asociada a la fama de las Ciencias Económicas.


Sin embargo, aun algunos de los que optaron por la carrera siguiendo su afinidad también incurren en esta controvertida creencia negativa, asociada a la contabilidad en su base y a las rutinas laborales.


En realidad, proyectamos sobre la profesión nuestras limitaciones respecto a como relacionarnos con los otros en los distintos roles y posiciones, ciertas dificultades de comunicación y manejo emocional, sumadas a situaciones de vida que inciden negativamente en nuestra autovaloración, aspectos todos para los que no fuimos preparados formalmente en la Universidad, y creo que son la causa fundamental sobre la que se sustenta esta paradoja.


La buena noticia es que todos estos temas pueden ser superados fácilmente comenzando por tomar conciencia de ellos y por decidirse a enfrentarlos y revertirlos.


La formación profesional, por excelente que sea, es solo el piso sólido sobre el que vamos a desplegar estrategias de aplicación en múltiples campos posibles en función de nuestra vocación, intuición y creatividad.

El potencial por descubrir

En mi experiencia, comparando en los seminarios la evolución de nuestros profesionales respecto a los de otras profesiones, encuentro que nuestra formación nos aporta enormes ventajas, a las que no les damos el valor que tienen y que tal vez aún no hemos sabido aprovechar.


Estas son algunas de esas ventajas:

Trabajar con objetivos claros y sintéticos.

Encuadrarnos dentro de un marco tanto para analizar como para resolver problemas.

Facilidad para desarrollar planes de acción.

Organizarnos, redactar procedimientos y manejarnos con orden.

Saber fijar prioridades.

Decidir en función de costos y beneficios.

Desarrollar un análisis Foda.

Claro, todos estos aspectos son tan naturales para nosotros y casi obvios que no tomamos conciencia de la importancia que tienen justamente a la hora de enfocar nuestro desarrollo personal, que es determinante del éxito profesional.

A lo anterior, se suma el descubrimiento de que las normas que rigen la contabilidad pueden, por extensión y analogía, ser muy útiles para su aplicación en nuestras vidas. No olvidemos que Luca Pacioli, hombre del Renacimiento, contemporáneo de Leonardo da Vinci, tuvo una visión tan adelantada y libre como la de aquel, aún vigente en la actualidad.


Ni qué hablar de nuestras competencias técnicas únicas, disponibles para llevar adelante cualquier emprendimiento.


Simplemente con autorreflexión, centrándonos en un trabajo para superar nuestras debilidades personales y apoyarnos con confianza en nuestras fortalezas, producimos saltos notables de crecimiento en plazos cortos, que nos permiten disfrutar de los logros y sus resultados, y trasladarlos a nuestra labor, creando climas favorables al trabajo en equipo, consolidando la vinculación con nuestros clientes y, en definitiva, actuando con mayor excelencia en el alcance de nuestros objetivos.


A continuación, veamos, como flashes, algunos conceptos fuerza, como píldoras de capacitación a distancia.

Algunos conceptos para la autorreflexión

Desplegar el potencial interior es una cuestión independiente de la edad, del sexo y del origen; nace de un cambio en el nivel de conciencia individual.


El desafío de esta época de tantos cambios políticos y tecnológicos es poner en juego, sobre la formación técnica rigurosa e indispensable pero insuficiente, ese plus personal, aquello que es propio de cada uno y lo diferencia del resto.


Así entonces se van delineando aspectos sobre los que cada uno necesita trabajar intensamente:

Iniciativa y espíritu emprendedor, que nos permite entrever oportunidades, asumir riesgos y tomar decisiones. Existe un emprendedor dormido en nuestro interior al que necesitamos recurrir aunque estemos en relación de dependencia.

La construcción de la visión, que tracciona nuestras vidas y carreras, que nos da sentido de realización y propósito sin claudicaciones éticas.

El Foda personal, que surge de descubrir nuestras fortalezas, que son el capital fundamental; y, apoyándonos en ellas, podremos enfrentar las debilidades, teniendo presente el inventario de los logros alcanzados en los distintos planos, frente a lo que aún no hemos conseguido.

Aceptación de la realidad y flexibilización interna frente a la velocidad de los cambios externos y la incertidumbre que conllevan, dentro del marco de valores, único territorio sin concesiones.

Renunciar a la necesidad de tener razón, de buscar explicaciones, excusas y culpables cada vez que las cosas no salen como hubiéramos querido, y, en cambio, aprender continuamente de cada experiencia.

Escuchar a la intuición y apelar a la imaginación y la creatividad como fuentes para decidir acciones estratégicas.

Poner el foco en el desarrollo de nuestras competencias en lugar de competir con los otros.

Relacionarnos con los otros de la manera que nos gustaría que lo hicieran con nosotros, revisando nuestra forma de escuchar y expresarnos en función del eco de nuestras comunicaciones.

En este último aspecto me voy a extender dado que las relaciones humanas son claves para nuestra transformación individual y por supuesto también lo son tanto para la tan preciada transformación de nuestra profesión como de las organizaciones que integramos.

Considerando que todas las interacciones son una oportunidad para crecer, desde esta visión existen tres principios básicos:

1. No hay malas relaciones.

2. Una relación nunca termina totalmente.

3. Las relaciones están transformándose permanentemente.

Es bueno recordar que las relaciones se apoyan en tres llaves:
IGUALDAD – SENSIBILIDAD - COMUNICACION

Ejercicio sobre nuestras formas de comunicarnos

Preguntas a contestar por SI o NO

¿Se pone a la defensiva antes de que lo critiquen?

¿Suele tener opinión definida sobre otra persona a la que aún no conoce?

¿Tiende a estereotipar a los demás?

¿Siente que no lo entienden?

¿Pide la opinión a otro y si la respuesta no le gusta se molesta?

¿Completa las oraciones de los demás?

Sencillamente, cada uno, poniéndose en el lugar del otro y teniendo en cuenta de qué manera le gusta que lo traten, podrá ir sacando conclusiones que incidirán en su accionar.

En relación con el liderazgo profesional, aspecto muy importante a desarrollar, la habilidad está en crear el clima que enriquece y fortalece a sus participantes y los capacita para que traspasen sus límites, sean estos autoimpuestos o creados por las propias organizaciones.


Dentro de este marco de definición, la capacidad más importante del líder es: estar disponible para los demás y saber escuchar.


De esta manera pone el foco en liberar las posibilidades humanas a través de:

Inspirar al grupo.

Entusiasmarlos con la actividad.

Ayudarlos a rendir 100%.

Comunicarles lo importantes que son.

Tener confianza.

Este "liderazgo al servicio", como lo caracteriza Joseph Jaworsky, es el que nos permite disfrutar de hacer algo en lo que somos buenos o talentosos, sirviendo para aquello en lo que creemos.

Si tomamos la formación universitaria como base de preparación sobre la que estaremos permanentemente estudiando para actualizarla y ampliarla, si además el trabajo se inserta en nuestras vidas en el lugar que tenía el juego en la infancia, que sin lugar a dudas es la etapa más espontáneamente creativa, entonces la profesión se sumará a nuestra realización y plenitud.


Comprendemos así qué magnífica posibilidad nos ofrece nuestra profesión y cuánto más fácil es ejercer el liderazgo al servicio y lograr ese nivel de felicidad, de darle mayor sentido a nuestras vidas, siendo parte del crecimiento de nuestra sociedad.

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