La complejidad del desarrollo de los negocios empresarios,
especialmente cuando involucran a PyME, requiere acciones confluyentes, coordinadas e
interrelacionadas. Para que estas acciones sean efectivas y eficientes deben contemplar un
alto grado de especificidad y automaticidad, y permitir abarcar soluciones de los
distintos planos del desarrollo empresario. En particular, el acceso al financiamiento y a
una mejora de la gestión, aumentando las posibilidades de actuar sobre factores
endógenos y exógenos a las firmas.
Para ello, se considera que, en toda intervención sobre el desarrollo empresario llevada
adelante por organizaciones públicas o privadas, o profesionales individuales, es clave
el proceso de evaluación de empresas y proyectos de inversión, a partir del cual se
obtiene información no sólo para aceptar o descartar iniciativas orientadas a la
obtención de financiamiento, sino también para diseñar acciones cuyo objetivo sea la
mejora del management empresario y/o la previsión de escenarios desfavorables (para
minimizarlos) o favorables (para aprovecharlos).
Las simulaciones de escenarios permiten estimar el impacto de diversas hipótesis
relacionadas con variables controlables y no controlables, posibilitando la toma de
decisiones pertinentes o prevenir situaciones no deseadas. Al definir la viabilidad
empresaria por causas, se cuenta, por un lado, con la posibilidad de introducir políticas
y acciones correctivas, y, por el otro, ampliar la visión interrelacionada de
causas-efectos en línea con el fortalecimiento y el desarrollo autosustentable de las
empresas.
Para que la evaluación de empresas y proyectos sea eficaz y eficiente, con su correlato
correspondiente en la especificidad y automaticidad de las acciones, y en la abarcabilidad
e interrelación de los resultados que se obtengan para conducir al desarrollo empresario,
se considera que el proceso de evaluación debe ser modular para contemplar los siguientes
componentes:
La visión en la cual
se inserta dicho proceso y que permite enfocar y precisar el alcance de la evaluación.
El análisis de:
- la situación actual para permitir, desde el inicio, contar con elementos
de juicio que se tomarán en cuenta en la acción que se emprende;
- la situación proyectada, que involucra tanto la operación de la empresa
evaluada sin proyecto de ampliación o inversión y el proyecto de inversión o
ampliación de los negocios, si lo hubiere, atribuyéndole los cambios incrementales
pertinentes.
La evaluación
propiamente dicha, en la que convergen los análisis de los componentes anteriores,
comprende una síntesis de las fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas que
enfrenta el negocio, la modelización de los escenarios consecuente y el análisis del
riesgo involucrado. La evaluación se realiza, según el caso, para la empresa sin
proyecto, el proyecto de inversión/ampliación y la empresa consolidada.
La
visión
En esta etapa se precisa el "qué" (Enfoque) y el "cómo" (Precisión
Metodológica) del proceso de evaluación.
En el subcomponente de Enfoque se determinan los objetivos que se desea obtener con la
evaluación y se precisan los componentes y subcomponentes del proceso general que habrá
que desarrollar para el caso en particular.
El subcomponente de Precisión Metodológica involucra: la profundidad del análisis
requerida por el objetivo de la evaluación, las categorías e indicadores de análisis y
evaluación que deberán ser empleados, los instrumentos para satisfacer la elaboración
de esos indicadores y los procedimientos para poner en funcionamiento esos instrumentos y
obtener los indicadores.
Análisis:
categorías e indicadores generales
Si bien, dependiendo del alcance de los trabajos que se encaran, pueden utilizarse
distintas categorías, indicadores e instrumentos para el proceso de análisis que
satisfagan la provisión de la información requerida por la evaluación y la toma de
decisiones para el desarrollo de los negocios, es pertinente agrupar y precisar
someramente estos conceptos a fin de poder apreciar la integralidad del enfoque general
que se propone.
Los indicadores y sus consecuentes instrumentos para obtenerlos pueden ser agrupados en
cuatro categorías:
1. La
Performance da cuenta del comportamiento de la empresa desde la perspectiva de la
dimensión de sus negocios y de sus resultados económico-patrimoniales.
2. Los indicadores de Mercado proveen la información del
escenario externo en el cual se inserta la empresa y con el cual se deben cotejar y
relacionar las otras categorías de análisis, ya sea para la situación actual de la
misma como para la proyectada. Asimismo constituyen un insumo crítico para la
realización de los análisis de sensibilidad.
3. La categoría Infraestructura se entiende en un sentido
amplio, abarcando información tanto en relación con los sistemas de gestión que emplea
la empresa como con los activos fijos que compromete para la producción.
4. La categoría Management califica el desempeño gerencial
de la empresa, desde sus procesos de toma de decisiones hasta los modelos e instrumentos
para administrar los recursos humanos y físicos.
Indicadores
por componente del proceso de análisis
Como se expresó previamente, las categorías de análisis e indicadores presentados son
utilizadas parcial o totalmente dependiendo de las circunstancias del proceso de
evaluación, en especial de los objetivos definidos en la etapa de visión de los
trabajos.
En este sentido, pueden concebirse los siguientes componentes:
Situación actual: prediagnóstico
Se considera conveniente diseñar un componente destinado a contar con elementos de juicio
para calificar de modo preliminar el nivel de riesgo de las empresas y sus
emprendimientos; se tomarán como base en una primera etapa los indicadores mínimos
necesarios para ello y los instrumentos que requieran, de manera similar, el mínimo
esfuerzo para proveer los datos necesarios.
Situación actual: diagnóstico
Este componente tiene el objeto de completar el análisis anterior, profundizando la
caracterización de la situación actual para aquellos casos que satisfagan los criterios
mínimos de aceptación de los indicadores de prediagnóstico o que, por su criticidad,
merezcan su tratamiento en caso de no cumplirlos. En situaciones normales, los estudios
que en él se efectúen no deberían constituir causal de aceptación o rechazo, sino más
bien constituir la base para el análisis de la situación proyectada y proveer
información para la posterior elaboración de una síntesis FODA, modelizar escenarios y
analizar riesgos.
Situación proyectada: empresa sin proyecto
En esta etapa del proceso de análisis se introduce el impacto de situaciones futuras
sobre las categorías analizadas antes. La diferencia principal, en relación con la
lectura de los indicadores, está en la respuesta de la empresa a las perspectivas del
entorno.
Situación proyectada: proyecto de
inversión/ampliación
Ya sea por iniciativa de la empresa sujeto de la evaluación como por el resultado de los
análisis anteriores, puede surgir la decisión de encarar un proyecto de inversión para
el desarrollo de los negocios, el que puede comprender el desarrollo de la capacidad
institucional de la firma, su desarrollo de capacidad productiva o ambas.
La
evaluación
En la evaluación convergen los análisis de los componentes anteriores, y ella comprende
una síntesis FODA (Fortalezas y Debilidades, Oportunidades y Amenazas), la modelización
de los escenarios consecuente y el análisis del riesgo involucrado. La evaluación se
efectúa, según el caso, para la empresa sin proyecto, el proyecto de
inversión/ampliación y la empresa consolidada.
Los criterios que se adopten en esta etapa -y que deberán ser revisados periódicamente-
serán el eje para la toma de decisiones resultado del proceso y de su etapa intermedia,
representada por el componente de prediagnóstico. Estos criterios dependen de los
resultados de la etapa de Visión, en la cual se precisan los sujetos del proceso y sus
características, la profundidad del análisis requerido y las categorías e indicadores
que serán empleados en función de lo anterior.
De acuerdo con los análisis efectuados y la aplicación de los criterios de evaluación,
se sugiere la construcción de una matriz en la cual se vuelquen, por categoría e
indicador, las Fortalezas, Debilidades, Oportunidades y Amenazas y los Proyectos de
Desarrollo pertinentes, de manera de contar, por un lado, con una síntesis de los
resultados de la evaluación y, por el otro, con una visualización rápida de las
acciones que se deberían encarar para aprovechar las fortalezas y oportunidades y salvar
o minimizar las debilidades y amenazas.
Los análisis que se realizan, junto con la síntesis FODA, permiten construir hipótesis
sobre el grado de sensibilidad de las distintas categorías e indicadores que reflejan el
comportamiento de la empresa ante situaciones de estrés. Estas situaciones de estrés
deben entenderse como provocadas no solo por escenarios pesimistas, sino también por la
insuficiencia que puedan presentar los diversos planos en que se manifiesta el
desenvolvimiento de los negocios ante escenarios optimistas. Por ejemplo, en el esquema
organizativo de toma de decisiones, la disponibilidad de información, la capacidad
productiva o la disponibilidad de garantías para financiar necesidades de capital de
trabajo ante coyunturas de mercado favorables.
Calificación
de riesgo
Las definiciones que se adopten en el componente de Visión impactarán sobre la
conceptualización de los niveles de riesgo y su consecuente calificación.
Los riesgos podrían calificarse, en general, de la siguiente forma:
Riesgo Bajo: la empresa (o su
proyecto de inversión) cumple con todos los criterios de performance aun en el marco de
una proyección de mercado pesimista; presenta un suficiente nivel de cumplimiento de
obligaciones, garantías satisfactorias, una suficiente disponibilidad de infraestructura
para la gestión y la operación, y un management adecuado para el nivel proyectado de
operaciones.
Riesgo Medio: la empresa (o su proyecto de inversión) cumple con los
criterios de performance aun en el marco de una proyección de mercado pesimista; presenta
un insuficiente nivel de cumplimiento de obligaciones aunque salvable; garantías
satisfactorias; una insuficiente disponibilidad de infraestructura para la gestión y la
operación, aunque salvable con la implementación de proyectos de desarrollo; y un
management inadecuado para el nivel proyectado de operaciones, aunque con posibilidades de
ser fortalecido con la implementación de proyectos para su desarrollo.
Riesgo Alto: la empresa (o su proyecto de inversión) cumple con los
criterios de performance sólo en el marco de una proyección de mercado normal; presenta
un insuficiente nivel de cumplimiento de obligaciones aunque salvable; garantías
satisfactorias; una insuficiente disponibilidad de infraestructura para la gestión y la
operación, aunque salvable con la implementación de proyectos de desarrollo; y un
management inadecuado para el nivel proyectado de operaciones, aunque con posibilidades de
ser fortalecido con la implementación de proyectos para su desarrollo.
Riesgo Muy Alto: la empresa (o su proyecto de inversión) no cumple con los criterios de
performance aun en el marco de una proyección de mercado normal; presenta un insuficiente
nivel de cumplimiento de obligaciones; garantías satisfactorias; una insuficiente
disponibilidad de infraestructura para la gestión y la operación; y un management
inadecuado para el nivel proyectado de operaciones.
Las
empresas o los proyectos de inversión que merezcan la primera y segunda calificaciones
deberían ser apoyados (o encarados) con las acciones previstas; en el último caso, bajo
la condición de implementar los proyectos de desarrollo pertinentes. Aquellas que se
califiquen en la tercera, deberían apoyarse sólo si son críticas o claves para los
objetivos de la acción que se emprende y sólo si se toman los recaudos necesarios para
su fortalecimiento y/o reconversión. Las calificadas en la cuarta categoría no deberían
ser apoyadas de ningún modo.
Obviamente se presentan situaciones intermedias que requerirán ser analizadas para
decidir su nivel de calificación de riesgo. En este sentido, sobre la base de los
criterios desarrollados para la evaluación de los indicadores por categoría de
análisis, es posible construir una matriz del siguiente tipo:
Donde:
RBA: Riesgo Bajo | RME: Riesgo Medio | RAL: Riesgo Alto | RMA: Riesgo Muy Alto | CU:
Cumple | NC: No Cumple | PE: Proyección Pesimista | NO: Proyección Normal | SP:
Suficiente para el nivel proyectado de operaciones | IA: Insuficiente para el nivel
proyectado, Adecuada/o para el nivel actual de operaciones | II: Insuficiente para el
nivel proyectado, Inadecuada/o para el nivel actual.
Finalmente, es de resaltar que, de lo expresado, se desprende que resguardar la
integralidad del proceso de evaluación de negocios permite intervenciones que
interrelacionan los diversos planos del desarrollo empresario y consecuentemente los más
eficaces y eficientes para su logro. |