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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 75 - Junio 2005

Nota de Tapa
El aniversario del Consejo: 60 años junto a los matriculados

Es un ejemplo de institución por varios motivos. El principal, tal vez, es que es sinónimo de tradición democrática a lo largo de sus 60 años de vida: nunca fue intervenido ni dejaron de realizarse las elecciones previstas en la ley. Si bien es cierto que muchos de los logros ya venían de principios del siglo XX y hasta desde el siglo XIX (desde la época colonial), otros fueron conseguidos en las últimas décadas. El avance de las Ciencias Económicas por mejorar las reglamentaciones de actuación y el rol del Consejo Profesional de Ciencias Económicas son un ejemplo en ese sentido. Puede decirse que las Ciencias Económicas se encuentran en la actualidad con un cuadro inimaginable hace 60 años.
Fuente:
Universo Económico
Número 75

 

La Argentina encara la segunda mitad de la actual década con el desafío de recuperar el tiempo perdido. En 2010 se cumplirá el bicentenario de la Revolución de Mayo y seguramente se escucharán y leerán numerosos ensayos al respecto. Suponiendo que todo siga como en los últimos tres años después de la pasada crisis (así lo indica al menos el optimismo actual de los economistas), el país cumplirá sus primeros doscientos años con algún problema de identidad. Como el Dr Jekyll y Mr. Hyde, la Argentina también sufre de doble personalidad. En los primeros cien años, todo fue crecimiento y progreso. En el segundo siglo, derrumbe y decadencia.

Sin embargo, en la segunda mitad del siglo pasado se pudieron construir firmes pilares institucionales que pueden servir de sostén para el futuro. El Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es un ejemplo de ello por varios motivos; entre ellos, uno de los más importantes es que es sinónimo de tradición democrática, ya que, durante sus 60 años de vida, nunca fue intervenido ni dejaron de realizarse las elecciones previstas en

la ley.

También durante ese tiempo se lograron importantes mejoras en la cantidad y calidad de los profesionales en Ciencias Económicas. Si bien es cierto que muchos de los logros ya venían de principios del siglo XX y hasta desde el siglo XIX (desde la época colonial), otros fueron conseguidos en las últimas décadas. El avance de las Ciencias Económicas por mejorar las reglamentaciones de actuación y el rol del Consejo Profesional de Ciencias Económicas son un ejemplo en ese sentido. Puede decirse que las Ciencias Económicas se encuentran en la actualidad con un cuadro inimaginable 60 años atrás: más de medio centenar de casas de estudio en toda la Argentina se reparten la enseñanza de la disciplina en la actualidad. En la Argentina del bicentenario, dentro de unos años nomás, podrá decirse entonces que las Ciencias Económicas descansan sobre bases sólidas como pocas otras disciplinas en este país lo hacen.

Los primeros profesionales

Hagamos un poco de historia. El primer proyecto de ley reglamentario de la Profesión que tuvo estado parlamentario fue presentado el 27 de junio de 1919 por los diputados Ricardo Lavel y Jorge Rodríguez. Su discusión no terminó de prosperar y sus autores volvieron a la carga, sin éxito, en 1921 y 1923. En 1936, el Poder Ejecutivo elaboró un proyecto general de reglamentación de las profesiones liberales. Sin embargo, las Ciencias Económicas tuvieron su primera reglamentación exclusiva en la provincia de Santa Fe en 1939.


Finalmente, en 1945, se dictó el Decreto Ley 5.103, que reglamentó las profesiones de Ciencias Económicas en todo el país. Ese mismo año, el 12 de marzo, se creó el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal. En 1973 se sancionó la Ley 20.476, que reglamentó el funcionamiento del Consejo, y también la Ley 20.488, que regló el ejercicio de las Ciencias Económicas en el ámbito nacional. Fue una respuesta directa a la creciente complejidad de la problemática profesional, pues articuló la autonomía de los Consejos adheridos con la creación de un instrumento de coordinación y de intercambio de experiencias que, puesto al servicio del bien común, posibilita ejecutar con autoridad y jerarquía la política profesional a nivel nacional.


La trayectoria de los profesionales en Ciencias Económicas se realza aún más cuando se observa el entramado económico y normativo de la Argentina, que se fue haciendo cada vez más complejo en las últimas décadas. Por lo tanto cabe esperar que en un país con mayor estabilidad, como se desea para el futuro, la tarea de los especialistas se destaque todavía mucho más.


La carrera de Contador Publico fue reconocida por Rosas, por primera vez, el 12 de julio de 1836, con las limitaciones antes mencionadas. No había una escuela de formación de técnicos, sino una prueba de aptitud para el ejercicio de la Profesión: bastaba con unos pocos exámenes (derecho, contabilidad y aritmética) y tener la ciudadanía argentina.


En 1900, el Censo Municipal realizado en Buenos Aires determinó la existencia de unos 200 contadores. Hoy, según la matrícula del Consejo, se encuentran reunidos 50.000 profesionales.


En la actualidad, los contadores no están más solos: conviven con los graduados de las carreras de Actuario, Licenciado en Administración, Licenciado en Economía y la recientemente incorporada de Licenciado en Sistemas de Información.


El profesional en Ciencias Económicas ha ganado mucho valor en los últimos 25 años. De hecho, su importancia está creciendo en otros campos. Por ejemplo, en la mayor difusión del derecho comercial (fusiones de empresas). Décadas atrás, suelen señalar los memoriosos, existía una zona de rozamiento entre los graduados en Ciencias Económicas y los abogados. Pero hoy en día muchas de esas asperezas parecen haberse limado (parte, al menos), ya que ahora es imprescindible la convivencia entre dos profesiones de las denominadas de "pesos pesados". En la mayoría de los casos, sin los profesionales en Ciencias Económicas, los jueces se verían en dificultades porque no tendrían la formación contable necesaria para terminar de evaluar los casos que se les presentan.

Qué es un Consejo

La Corte Suprema de Justicia tiene una definición sobre los Consejos Profesionales. La sostuvo en el fallo número 41.005 del 8 de abril de 1957, donde señala que los Colegios no son personas de derecho privado y que, por su función y sus fines de interés público, constituyen "organismos integrantes de la gestión gubernativa", dotados de ciertas prerrogativas de poder de imperio. En otro pronunciamiento judicial se califica a los Colegios como "corporaciones de interés público a las que el Estado encomienda ciertas funciones administrativas, entre ellas, el contralor de la matrícula profesional".


Las personas encuentran en las asociaciones profesionales un género de representación más inmediato y una vía de comunicación más eficiente que la que tradicionalmente ofrecen otras formas. Según el Dr. Abog. Luis Pérez Colman, de la Asesoría Letrada del Consejo, el espíritu que subyace detrás de esta idea es el pensamiento del premio Nobel de Economía de 1974, el sueco Gunnar Myrdal: "El Estado entrega a sus ciudadanos el manejo de cuerpos para que sean administrados por ellos mismos, que están mucho más calificados para ello".


Myrdal planteó la cuestión de la naturaleza de los estados en el Tercer Mundo como posible obstáculo para el desarrollo: cuestionó el riesgo que suponía la existencia de estados que fueran demasiado "blandos" para emprender políticas de desarrollo eficientes, o demasiado autoritarios, o demasiado corruptos para llevar a buen término las políticas necesarias para redistribuir los frutos del crecimiento.


"Los Consejos resultan el ejemplo básico de la descentralización de la función del Estado. Se crean cuerpos y se entregan a sus propios interesados –explica Pérez Colman; de igual forma debería ser con las obras sociales y las cajas previsionales."

La experiencia de un histórico

Mario Lascala, Dr. en Ciencias Económicas y próximo a cumplir sus Bodas de Oro con la Profesión, es un testigo perfecto de cómo evolucionó y creció el Consejo desde 1945. "Esto arrancó desde cero y fue desarrollándose en torno al problema principal que tiene el Consejo, que es la administración de la matrícula", comenta.


Lascala menciona la ventaja de tener la matrícula y también habla de la vigencia profesional de quienes se encuentran inscriptos allí. Agrega que se toma registro cuando alguien se opone al desempeño de un profesional y que hasta puede llegar a suspenderse la matrícula. Para ello hay un Tribunal de Ética Profesional que controla las contravenciones a las normas profesionales. Según Lascala, "durante muchos años, digamos hasta fin de los años 70, el Consejo estuvo abocado principalmente a la administración de estas tareas".


En la primera época de vida, la labor fundamental de la entidad consistía en certificar la firma de los matriculados cuando el requisito era requerido. La Dirección Nacional de Aduanas fue el primer organismo que exigió, en 1959, que el Consejo legalizara las firmas de los profesionales intervinientes en la elaboración de los balances. Le siguieron la DGI y otras instituciones oficiales y bancos. Por esa razón, en 1965 se reglamentó el régimen de legalizaciones, trámites y aranceles. En 1973, el cuerpo de normas que rige la actuación de los profesionales en Ciencias Económicas alcanzó nivel legislativo. La ley 20.488 estableció la colegiación obligatoria a través de los Consejos de acuerdo con la jurisdicción en la que los profesionales desarrollen su actividad.


Los tiempos fueron cambiando y las demandas aumentaron. A fines de los años ‘70, el entonces presidente del Consejo, Dr. Horacio López Santiso, dijo:


"Comenzó una etapa signada por una significativa expansión de los servicios a los matriculados desde lo técnico-profesional hasta lo social, en el sentido más amplio del término".


Lascala recuerda que, antiguamente, "el Consejo funcionaba en una especie de petit hotel sobre la plaza Lavalle, un edificio de 500 metros cuadrados. Más tarde, dejó aquel lugar y se instaló en el edificio Mirafiori (que era de la Fiat). Allí se alquilaron más pisos y se terminó de dar un gran impulso a la que fue toda el área de información para el graduado. Mientras tanto, se iba preparando el desembarco en el actual edificio de Viamonte 1549. "Se le dio un gran impulso en temas como la actualización de los graduados; todos sabemos con qué velocidad van las normas, los aggiornamientos."


Lascala hoy integra la comisión "Estudios sobre registros contables, laborales, tributarios y sociales, y su documentación respaldatoria"(que organiza paneles de exposición y debates académicos a los que asisten unos 1500 colegas anualmente), cuyo objetivo es el asesoramiento y la divulgación de nuevas posibilidades de registración. Por ejemplo, menciona la opción contemplada en la Ley de Sociedades Comerciales de poder sustituir los libros (tradicionalmente llevados en los libros cocidos o foliados) por hojas de formulario continuo o incluso discos compactos. Para acceder a esto, informa que se necesita efectuar un trámite determinado y armar una presentación ante la Inspección General de Justicia. "Todo esto, cuenta Lascala, necesita divulgación". Y eso es lo que hace la Comisión donde él trabaja. "Para que tengan una idea, yo acabo de hacer una pericia que involucraba a cuatro empresas hidroeléctricas de primer nivel en el país, de las cuales sólo una estaba aprovechando estas facilidades; todas las demás, por supuesto, registraban a través de sus computadoras, pero las hojas registradas luego eran copiadas en libros foliados cocidos."

Las últimas décadas

Estos años en la vida del actual CPCECABA son los más ricos en cuanto a generación de servicios y beneficios para los matriculados. Ahí van algunas claves:

• Asesoramiento técnico-jurídico
"Ahora es posible enterarse de la posibilidad de nuevas técnicas y hasta cursos diversos sobre informática, idiomas y aplicación de normativa", explica Lascala. En lo que respecta al asesoramiento técnico y jurídico, en un principio tenía como objetivo la interpretación correcta de las normas y resoluciones de la entidad. Con la dinámica de las consultas, el servició comenzó a abarcar también cuestiones relacionadas con la regulación y la percepción de honorarios judiciales, tramitación de recursos, entre otros.


• Comisiones de estudios
La integración de más de 50 comisiones que trabajan hoy en día y que permiten tener un acercamiento con colegas que están interesados en los mismos temas. Estos grupos de trabajo se constituyen como permanentes o especiales. Los primeros son aquellos que tienen por objeto el estudio de un área o materia determinada en forma sistemática; en tanto que los restantes son los que se forman al solo efecto de analizar algún tema puntual. A su vez, las comisiones permanentes pueden adoptar tres modalidades: las institucionales (para el estudio e información sobre aspectos que hacen a la vida del Consejo), las profesionales (orientadas al análisis de problemáticas vinculadas con el ejercicio profesional y las respectivas incumbencias) y las académicas (aquellas constituidas para el estudio e información de aspectos académicos, científicos y técnicos relacionados con las disciplinas que responden a las incumbencias de las distintas profesiones de Ciencias Económicas).

• Información bibliográfica
El Centro de Información Bibliográfica "Doctor Juan Bautista Alberdi" fue inaugurado en 1990 y responde a modernos conceptos de investigación y difusión. Para facilitar la utilización de recursos electrónicos disponibles en Internet, el CIB habilitó un servicio de biblioteca virtual (UNIRED) que ofrece una selección de recursos informativos sobre variados temas, centrados en economía, contabilidad e información en general.

• Las minorías ahora también están en el gobierno
"Hasta hace poco tiempo el sistema político que tenía el Consejo era a todo o nada", comenta Lascala. ¿Qué quiere decir esto? Que el que se alzaba con la victoria se llevaba todas las posiciones en el Consejo. Y el que no obtenía la mayoría se quedaba sin nada. Las minorías no estaban representadas en ese entonces. Hubo esfuerzos por cambiar la ley, pero, como era una ley nacional, recién cuando apareció la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se pudo presentar un proyecto de ley que comenzó a regir hace dos elecciones. "Hoy la novedad es que ahora tenemos mayoría y minoría en el gobierno."

El futuro

Es difícil imaginar cómo será el país dentro de 60 años. Seguramente seis décadas atrás, aquellos que pusieron la primera piedra de este Consejo no imaginaban que la Argentina caería como finalmente lo hizo. "Todos estos altibajos políticos el Consejo los tuvo que soportar porque después de todo es una entidad semipública, es una entidad paraestatal. Haber mantenido su calidad institucional y la vida democrática hizo que los gobiernos no se metieran", explica Lascala. Cree que en el futuro la actual estructura irá reforzándose cada vez más, ya que es un proceso que no tiene vuelta atrás.


Pérez Colman opina que "el rol del Estado debería ser realzar a los Consejos porque cada vez más debería abrir paso a los profesionales". El doctor Mario Biondi participó durante muchas décadas: fue miembro en 1955 y luego presidió el Tribunal de Disciplina en 2000, dos etapas completamente distintas. Mirando hacia el futuro, cree "que lo principal sería consolidar todo lo que se logró y debería seguir creciendo si la matrícula sigue haciéndolo".


El Consejo, a lo largo de sus 60 años, no solamente fue acompañando la realidad económica y social del país. También enfrentó desafíos como la revolución tecnológica y la transformación económica que se produjeron en los últimos 25 años, ambas, sin lugar a duda, de alto impacto para los profesionales. Y las respuestas fueron dadas. Con la actual dinámica laboral, el rol de la entidad seguirá siendo fundamental para encuadrar las actividades de las Ciencias Económicas.

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