Los
licenciados en Economía han sufrido cierto desgaste durante la década pasada. Sin
embargo, el panorama laboral se abre día tras día a medida que ya no sólo es el sector
público su ámbito natural de empleo, sino también las empresas privadas. Julio Rotman y
Julio César Bastarrechea, ambos egresados de la UBA, cuentan su experiencia en la
Comisión de Actuación Profesional Licenciados en Economía -del Consejo- y
explican por dónde pasan las claves para ser un profesional en Economía. Una carrera que
vuelve a despertar interés entre los jóvenes y que ofrece nuevas perspectivas.
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Autora:
Dra. Celina Boccazzi
Coordinadora Periodística de Universo Económico |
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La entrevista fue en
el edificio del INDEC y el eje giró en torno a la idea de la sección "Ventana
profesional": un espacio de reflexión y análisis más descontracturado e informal,
con un eje temático que siempre gira en torno a la relación de los profesionales en
Ciencias Económicas con alguna determinada área de incumbencia. Como sucedió en el
último número de Universo Económico
(y seguirá en los próximos), aquí se
sumaron los puntos de vista de dos representantes de las comisiones de estudio del Consejo
que contaron con entusiasmo sus experiencias y qué ideas tienen para el futuro.
En esta oportunidad, Universo
Económico conversó con los
licenciados en Economía Julio Rotman y Julio César Bastarrechea. La vida de ambos se
entrelaza por varios costados y similares pasiones: los dos fueron al Colegio Vieytes,
estudiaron en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y son
reconocidos hinchas de Boca.
Julio Rotman trabajó 22 años en el Banco Central, en la gerencia de Investigaciones
Económicas, donde se desempeñó como subgerente. Allí cumplió tareas junto a Julio
Nogués, José Luis Machinea, Julio Piekartz, Fernando de Santibáñez y Ernesto Gaba.
"Economistas de primer nivel todos ellos, con posgrados en el exterior, lo que nos
vino muy bien a los que veníamos atrás". En 1994, logró ingresar en el Ministerio
de Economía, donde, gracias a un concurso que ganó, se convirtió en el máximo
responsable de la Dirección Nacional de Estadísticas de la Producción, Precios y
Comercio del INDEC. Inició en 1979 su actuación en el Consejo, donde pasó por diversas
etapas hasta el día de hoy en que es integrante del Tribunal de Ética Profesional y
presidente de la Comisión de Actuación Profesional Licenciados en Economía
("es la que más me gusta porque creo que es donde podemos servir más a nuestros
colegas").
Bastarrechea comenzó su actuación profesional en 1978. Venía de la militancia
universitaria y pudo entrar a trabajar en la Universidad Argentina de la Empresa, en el
instituto de Investigaciones Económicas. Luego ingresó a un programa del Banco Mundial
para el Ministerio de Obras Públicas, donde trabajó en un estudio sobre el sistema de
transportes en la Argentina. "Era un conjunto de profesionales muy destacados y otros
aprendices, como yo", recuerda. Entre 1989 y 1990 viajó a España a estudiar y
terminó quedándose por un año y medio. Cuando regresó a la Argentina, se desempeñó
en la Auditoría General de la Nación, en la Gerencia de Deuda Pública, de la cual hoy
es el responsable.
Lo que sigue es un resumen de la conversación, que se desarrolló en la oficina de
Rotman:
UE: ¿Cuál creen ustedes que debe ser el
rasgo más importante de un economista?
Bastarrechea: Yo creo que el economista que resume un poco las
principales condiciones es el inglés John Maynard Keynes. Él planteaba que un buen
economista debe conocer muchos temas: teoría, historia, matemáticas, y además debe ser
alguien que observe todos los aspectos que ahora se llaman institucionales, de tal manera
que aquel que se dice economista debe cumplir un papel central como científico, como
persona que crea que las ideas pueden mover la historia o el comportamiento de la gente
que toma decisiones. Los economistas deben tener en cuenta el sistema socioeconómico que
involucra a todos. Keynes tenía todo esto en la cabeza, y esa es la forma de ser un buen
economista. ¿Ahora, un buen economista para qué cosa? Para tomar buenas decisiones que
lleven bienestar a la población. Ahí está la clave.
Rotman: A diferencia de lo que la gente cree, cuando uno escucha
decir que los economistas tienen una visión economicista de algo, en realidad lo que no
se dice es que para ser economista hace falta tener una vocación por lo social. Cuando
uno decide estudiar Economía en lo que menos piensa es en el futuro profesional ligado a
su crecimiento económico.
UE: ¿Cuál es el principal ámbito de trabajo
de un economista?
Rotman: En los primeros tiempos, la profesión estaba ligada muy
fuertemente al sector público. Pero hoy en día está evolucionando y el economista ya no
es requerido solamente en el sector público; en parte porque el Estado ya no es un
tomador de empleo significativo, al menos en las áreas metropolitanas, sino también
porque el sector privado está encontrando en el economista a un profesional que puede
tener, además de su visión económica, una visión general casi enciclopédica que lo
lleva a influir en las decisiones que tome la empresa o los agentes económicos.
UE: ¿Y cómo ven el futuro de la profesión?,
¿dónde habrá más posibilidades en el futuro?
Rotman: Creo que hay un nicho para los economistas casi virgen en
el mercado de capitales. Como está poco desarrollada, no hay buenos economistas en esa
área. Hay buenos técnicos que interpretan lo que sucede, pero sobre la base del software
que compran en economías desarrolladas que no tienen nada que ver con la coyuntura
nacional. Es un nicho que se va a desarrollar, creo yo. También hay una economía
ambiental en una etapa incipiente. El tema de Kyoto es un desafío importante para los
estados contables de las empresas y, a nivel macro, para poder captar buena información
respecto de cuentas nacionales.
Bastarrechea: El sector privado siempre cuenta con economistas. En
cualquier oficina de negocios, su tarea es muy importante como para sacar conclusiones y
tomar decisiones. En cargos gerenciales de grandes empresas, inclusive aplican el
conocimiento analítico que les da la economía.
Rotman: A diferencia de algunas posiciones técnicas donde la
posibilidad de crecimiento profesional es algo acotada, el trabajo del economista es como
un juego de ajedrez: tiende a infinito, se van abriendo nuevas ideas, nuevas corrientes.
Los fenómenos del mundo son tan cambiantes... ¿Quién hubiera pronosticado hace 20 años
que Europa iba a tener una única moneda? ¿Y la caída del comunismo? Son temas
apasionantes que van a traer nuevos desafíos a esta profesión para contribuir al debate
de la opinión pública.
UE: ¿Cómo ven el currículo de hoy en la
Facultad?
Bastarrechea: Es muy importante, pero me parece que tan
importante como este son los profesores que te toquen: ellos son quienes verdaderamente
abren la cabeza de los futuros economistas y los que arman las vocaciones. A mí me parece
que el tema del análisis económico en función de las matemáticas significó un avance
muy importante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la Economía es una ciencia
social donde las matemáticas y las estadísticas son útiles, pero no penetran en toda la
trama del ámbito socioeconómico. Hay una limitación ahí. Muchas veces uno se pierde en
la formulación econométrica y, cuando mira la esencia de lo que quiere decir, de repente
se encuentra con que está debatiendo temas secundarios no importantes. Me parece que se
ha perdido esa búsqueda por lo esencial. ¿Ahora, por qué me parece preocupante? Porque,
si la economía pierde la capacidad de debatir ciertas cuestiones, entonces las debatirán
otros. Y eso sería algo negativo. La Economía es una rama de la Lógica, un modo de
pensar, decía Keynes. No ofrece respuestas automáticas. Por ello es muy importante
conocer la historia, las instituciones, para modelizar la economía de forma correcta. Si
no, se puede llegar a provocar grandes errores.
UE: ¿En qué están trabajando hoy desde el
Consejo para los profesionales en Economía?
Rotman: Preparamos unas jornadas sobre las nuevas actividades del Licenciado en
Economía, que es un poco la remake de lo que estábamos haciendo en los 80, pero
aggiornado a estos tiempos. Ahí vemos cuáles son las nuevas tareas del economista como
profesional. Por ejemplo, tenemos integrantes en el plantel que son expertos en
mesoeconomía: una rama que está entre la macroeconomía y la microeconomía, y tiene que
ver con la regionalización, las cadenas de valor, los problemas de las economías
regionales. Desde el lado más científico, se relaciona con el conocimiento de las
matemáticas, de la lógica y de la econometría, aplicado a matrices que nos digan,
cuando tocamos una variable, cómo nos pegan en el resto. Por ejemplo, si se cambia el
tipo de cambio, cómo afecta a cada sector.
UE: ¿Por dónde pasa la ética de los
economistas en un país como la Argentina donde se ha visto hacer cosas tan distintas?
Rotman: Las decisiones debieran pasar por mejorar la equidad y el
bien común de la sociedad. Cuando alguien dice de forma peyorativa "esta persona
tiene una visión economicista", nosotros sufrimos porque precisamente debiera ser
todo lo contrario.
Bastarrechea: Si uno aplica el modelo equivocado, las conclusiones serán
erróneas. Un economista que no le plantea los riesgos a un líder político está
incurriendo en un error. Tenemos que ser consistentes con lo que decimos y lo que hacemos.
UE: ¿Qué mensaje les darían a todos
aquellos que quieren estudiar Economía?
Bastarrechea: Que estamos en una etapa muy especial, donde todas las
instituciones están en cuestionamiento y los economistas debemos participar en esta
reconstrucción con su conocimiento. El perfil que dan hoy las universidades habilita para
trabajar en un abanico muy amplio y, si uno tiene vocación, puede ser exitoso.
Rotman: Yo lo resumo en tres puntos: es una profesión apasionante, que
abre caminos a otras áreas y, además, hoy, a diferencia del pasado, existen
posibilidades de que el economista pueda vivir dignamente de su trabajo. |
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