En junio continuó el debate social, político y económico
en el Consejo. Dos especialistas participaron del "Foro para el Estudio de los
Problemas Argentinos", una idea que el CPCECABA se propuso organizar en el 2001
cuando el país estaba en plena crisis para liderar la discusión de una agenda de más
largo plazo.
Esta vez el tema que se trató fue "Educación, Ciencia y Sociedad" y disertaron
los profesores Gregorio Klimovsky y Guillermo Jaim Etcheverry. La coordinación del panel
estuvo a cargo del Dr. Luis María Ponce de León.
El profesor Klimovsky, considerado uno de los mayores especialistas en epistemología de
Latinoamérica en la actualidad, comenzó hablando de las implicancias de la ciencia y la
tecnología en el bienestar de una sociedad. Cómo se obtiene en general ese desarrollo
económico fue una de las primeras cuestiones que dilucidó. "Puede depender de
muchas cosas, pero hay una que es segura: el desarrollo tecnológico", dijo. Explicó
que este factor favorece el crecimiento económico por una serie de razones: "Los
ingleses tienen un refrán, que el economista Schumpeter ha adoptado como una de sus tesis
respecto a cómo son los problemas económicos y se entrelazan entre sí, que es
ningún almuerzo es gratis". Esto quiere decir que cualquier cosa que uno
tenga que realizar o proyectar va a dar ventajas económicas, pero va a implicar un tipo
de dinero invertido que hará que en el fondo se haya desfasado la cantidad de bienes con
los que se cuenta.
Los que se dedican a la tecnología y su influencia en cuestiones sociológicas
generalmente piensan que no es tan así. Klimovsky explicó que muchas veces el desarrollo
tecnológico hace que se pueda producir riquezas aparentemente de la nada: "Pero no
es de la nada; puede ser del mejoramiento del funcionamiento de un proceso
productivo".
El desarrollo tecnológico tiene bastante que ver con el porvenir del país. Es a través
del eslabón desarrollo económico-tecnológico-aumento del bienestar social que se puede
ver el futuro de un país: "La Argentina, en gran medida, depende de todas estas
variables para su futuro. Aunque no son las únicas, la tecnología y la ciencia son
factores bastante importantes".
La
decadencia
Luego llegó el turno del Dr. Jaim Etcheverry. El actual rector de la Universidad de
Buenos Aires se lamentó de que hoy no se privilegie la educación. ¿Por qué sucede
esto? Según su punto de vista, porque el conocimiento es una tarea compleja y en muchos
casos es un trabajo personal que requiere dedicación propia: "Hay un cierto horror
contemporáneo a ese esfuerzo, que hoy se va eclipsando cada vez más. Por eso las
escuelas se están convirtiendo en una especie de guarderías ilustradas, cada vez más
guarderías y menos ilustradas".
Al igual que Klimovsky, Jaim Etcheverry coincidió en que el cuadro actual de la
educación en la Argentina es grave. Ello se advierte cada vez que se rinden exámenes de
ingreso en la universidades, o evaluaciones de cualquier tipo, donde queda demostrado ese
empobrecimiento en el promedio de los jóvenes. Según la opinión del rector de la UBA,
si no se hace un esfuerzo importantísimo para tratar de educar mejor a la mayor cantidad
de gente posible, dentro de 30 ó 40 años la sociedad estará peor.
Para ambos especialistas, la educación es la única herramienta que se puede oponer a la
exclusión. El problema no es tanto la pobreza, aclaró Jaim Etcheverry, sino la gente que
jamás va a llegar a experimentar un proceso de movilidad ascendente: "Lo único que
nosotros vamos a poder hacer para incorporar a esa población es brindarle una buena
educación. Mucha de la violencia actual se explica por la falta de palabras. Uno ve que
los chicos carecen de expresiones y finalmente van cada vez más rápido a la vía de los
hechos porque la única manera de manifestarse es a través de la agresión física".
En la reunión también se hizo referencia a la utilización del presupuesto. Y los datos
contundentes que se expusieron dejaron helado a más de uno. Jaim Etcheverry contó que la
UBA, que tiene 350.000 estudiantes, cuenta con un presupuesto anual de US$ 140 millones de
dólares. La Universidad de San Pablo, con 70 mil estudiantes, tiene un presupuesto anual
de US$ 600 millones de dólares, prácticamente la mitad del presupuesto de la 38
universidades nacionales argentinas. Es decir que una sola universidad de Brasil tiene la
mitad del presupuesto del conjunto del sistema universitario estatal argentino. La
Universidad Nacional Autónoma de México, que es algo más chica que la UBA, tiene un
presupuesto un poquito más de 10 veces mayor que el nuestro: aproximadamente US$ 1600
millones de dólares.
Otro problema que señaló es que la UBA tiene comprometido el 96% de su presupuesto en
salarios de docentes y no docentes. "Por eso muchas veces, cuando me hablan de la
Universidad, digo: Yo en realidad no estoy al frente de una universidad, sino de una
red solidaria", confesó el rector de la Universidad de Buenos Aires.
Según Klimovsky hay "muchas" soluciones para el problema de la educación
superior argentina, pero indudablemente el lugar donde comienza el adiestramiento para la
investigación científica, donde se aprende lo que es la investigación y cuáles son las
estrategias para desarrollarla, es la Universidad. Favorecer el presupuesto universitario,
y en general el apoyo estatal, tiene bastante que ver con todos los desarrollos
posteriores. En definitiva, el progreso de la educación superior se dirige al desarrollo
científico y este, más tarde, al progreso económico y el bienestar de la sociedad.
Para finalizar, el Dr. Jaim Etcheverry mencionó un dato y lo coronó con una definición
lapidaria: "Entre las primeras 300 universidades del mundo hay solo 3 universidades
latinoamericanas: la UNAM en México, la de San Pablo en Brasil y la UBA. Que nosotros
estemos ubicados allí es un verdadero milagro". |