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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 76 - Agosto 2005

Foro para el Estudio de los Problemas Argentinos
El verdadero milagro argentino

Dos “pesos pesados” de la ciencia y la educación debatieron en el Consejo: los profesores Gregorio Klimovsky (matemático de la UBA) y Guillermo Jaim Etcheverry (actual rector de la UBA). Hablaron de la necesidad que enfrenta la Argentina de mejorar su sistema educativo si es que quiere afrontar con solidez un proceso de desarrollo económico en el futuro. La inversión en ciencia se traduce en bienestar social, coincidieron ambos. Sin embargo, a pesar del deterioro de los últimos años, los dos expertos destacaron que, aun así, el país se las ingenia para mantener cierto nivel.

 

En junio continuó el debate social, político y económico en el Consejo. Dos especialistas participaron del "Foro para el Estudio de los Problemas Argentinos", una idea que el CPCECABA se propuso organizar en el 2001 cuando el país estaba en plena crisis para liderar la discusión de una agenda de más largo plazo.

Esta vez el tema que se trató fue "Educación, Ciencia y Sociedad" y disertaron los profesores Gregorio Klimovsky y Guillermo Jaim Etcheverry. La coordinación del panel estuvo a cargo del Dr. Luis María Ponce de León.


El profesor Klimovsky, considerado uno de los mayores especialistas en epistemología de Latinoamérica en la actualidad, comenzó hablando de las implicancias de la ciencia y la tecnología en el bienestar de una sociedad. Cómo se obtiene en general ese desarrollo económico fue una de las primeras cuestiones que dilucidó. "Puede depender de muchas cosas, pero hay una que es segura: el desarrollo tecnológico", dijo. Explicó que este factor favorece el crecimiento económico por una serie de razones: "Los ingleses tienen un refrán, que el economista Schumpeter ha adoptado como una de sus tesis respecto a cómo son los problemas económicos y se entrelazan entre sí, que es ‘ningún almuerzo es gratis’". Esto quiere decir que cualquier cosa que uno tenga que realizar o proyectar va a dar ventajas económicas, pero va a implicar un tipo de dinero invertido que hará que en el fondo se haya desfasado la cantidad de bienes con los que se cuenta.


Los que se dedican a la tecnología y su influencia en cuestiones sociológicas generalmente piensan que no es tan así. Klimovsky explicó que muchas veces el desarrollo tecnológico hace que se pueda producir riquezas aparentemente de la nada: "Pero no es de la nada; puede ser del mejoramiento del funcionamiento de un proceso productivo".


El desarrollo tecnológico tiene bastante que ver con el porvenir del país. Es a través del eslabón desarrollo económico-tecnológico-aumento del bienestar social que se puede ver el futuro de un país: "La Argentina, en gran medida, depende de todas estas variables para su futuro. Aunque no son las únicas, la tecnología y la ciencia son factores bastante importantes".

La decadencia

Luego llegó el turno del Dr. Jaim Etcheverry. El actual rector de la Universidad de Buenos Aires se lamentó de que hoy no se privilegie la educación. ¿Por qué sucede esto? Según su punto de vista, porque el conocimiento es una tarea compleja y en muchos casos es un trabajo personal que requiere dedicación propia: "Hay un cierto horror contemporáneo a ese esfuerzo, que hoy se va eclipsando cada vez más. Por eso las escuelas se están convirtiendo en una especie de guarderías ilustradas, cada vez más guarderías y menos ilustradas".


Al igual que Klimovsky, Jaim Etcheverry coincidió en que el cuadro actual de la educación en la Argentina es grave. Ello se advierte cada vez que se rinden exámenes de ingreso en la universidades, o evaluaciones de cualquier tipo, donde queda demostrado ese empobrecimiento en el promedio de los jóvenes. Según la opinión del rector de la UBA, si no se hace un esfuerzo importantísimo para tratar de educar mejor a la mayor cantidad de gente posible, dentro de 30 ó 40 años la sociedad estará peor.


Para ambos especialistas, la educación es la única herramienta que se puede oponer a la exclusión. El problema no es tanto la pobreza, aclaró Jaim Etcheverry, sino la gente que jamás va a llegar a experimentar un proceso de movilidad ascendente: "Lo único que nosotros vamos a poder hacer para incorporar a esa población es brindarle una buena educación. Mucha de la violencia actual se explica por la falta de palabras. Uno ve que los chicos carecen de expresiones y finalmente van cada vez más rápido a la vía de los hechos porque la única manera de manifestarse es a través de la agresión física".


En la reunión también se hizo referencia a la utilización del presupuesto. Y los datos contundentes que se expusieron dejaron helado a más de uno. Jaim Etcheverry contó que la UBA, que tiene 350.000 estudiantes, cuenta con un presupuesto anual de US$ 140 millones de dólares. La Universidad de San Pablo, con 70 mil estudiantes, tiene un presupuesto anual de US$ 600 millones de dólares, prácticamente la mitad del presupuesto de la 38 universidades nacionales argentinas. Es decir que una sola universidad de Brasil tiene la mitad del presupuesto del conjunto del sistema universitario estatal argentino. La Universidad Nacional Autónoma de México, que es algo más chica que la UBA, tiene un presupuesto un poquito más de 10 veces mayor que el nuestro: aproximadamente US$ 1600 millones de dólares.


Otro problema que señaló es que la UBA tiene comprometido el 96% de su presupuesto en salarios de docentes y no docentes. "Por eso muchas veces, cuando me hablan de la Universidad, digo: ‘Yo en realidad no estoy al frente de una universidad, sino de una red solidaria’", confesó el rector de la Universidad de Buenos Aires.


Según Klimovsky hay "muchas" soluciones para el problema de la educación superior argentina, pero indudablemente el lugar donde comienza el adiestramiento para la investigación científica, donde se aprende lo que es la investigación y cuáles son las estrategias para desarrollarla, es la Universidad. Favorecer el presupuesto universitario, y en general el apoyo estatal, tiene bastante que ver con todos los desarrollos posteriores. En definitiva, el progreso de la educación superior se dirige al desarrollo científico y este, más tarde, al progreso económico y el bienestar de la sociedad.


Para finalizar, el Dr. Jaim Etcheverry mencionó un dato y lo coronó con una definición lapidaria: "Entre las primeras 300 universidades del mundo hay solo 3 universidades latinoamericanas: la UNAM en México, la de San Pablo en Brasil y la UBA. Que nosotros estemos ubicados allí es un verdadero milagro".

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