Las mujeres avanzan
entre los nuevos graduados y jóvenes profesionales. No solamente son más ordenadas,
tienen las carpetas al día y siguen sistemáticamente las clases (además de tener otras
responsabilidades), sino que ahora también representan un número cada vez mayor entre
los que obtienen su título y consiguen su primer trabajo. En el área de las Ciencias
Económicas este proceso ya está ocurriendo. Pero el estudio ocupa solamente un casillero
en el tablero del mundo profesional de la mujer en la actualidad. A continuación se
comentan algunas claves para ilustrar detalladamente la situación de la mujer en el
mercado laboral de hoy. La
formación
La perseverancia para mantenerse en el mercado laboral es uno de los motivos por los
cuales las mujeres comienzan a ser mayoría entre los nuevos graduados universitarios en
provincias como Mendoza.
Según datos presentados por el INDEC, en todo el país ya existe casi la misma cantidad
de profesionales hombres que mujeres. Y todo hace suponer que en el futuro su desembarco
en el terreno profesional en distintas disciplinas seguirá acentuándose como lo ha hecho
en las últimas décadas.
Un informe presentado por ese organismo semanas atrás revela que la carrera de Ciencias
Económicas es la que más profesionales convoca en todo el país (el 15 por ciento de los
graduados). Y ya hay universidades donde el 61,7 por ciento de las personas que recibieron
un título universitario en 2004 son mujeres. En la Universidad Nacional de Cuyo, por
ejemplo, las mujeres contadoras igualan a los hombres (en 2003 se recibieron 113 de cada
sexo).
El acceso de las mujeres a la universidad se ha emparejado: representan el 49% de los
egresados. Sin embargo, las preferencias por determinadas carreras son muy marcadas según
los sexos. Las distintas ramas de la Ingeniería siguen siendo una elección masculina:
102.124 frente a 9.663 mujeres con título. Los varones suman el 60% del total de
graduados en las Ciencias Económicas, y esa proporción aumenta al 68,8% en la carrera de
Economía.
Cómo trabajan, qué
consumen
Un trabajo reciente de Latinpanel muestra que la mitad de las amas de casa argentinas
menores de 65 años combinan las tareas del hogar con el trabajo remunerado fuera de casa.
En los sectores más altos de la pirámide social se destaca la mayor proporción de
mujeres que trabajan fuera de casa. La posibilidad de alcanzar un título ya sea terciario
o universitario, y el afán por superarse en la sociedad de consumo actual les permite
complementar su vida de amas de casa mamá/esposa- con el desafío de desarrollarse
profesionalmente y así generar un aporte más al presupuesto del hogar.
El mismo estudio también hace un perfil del consumo de estas mujeres. Quienes trabajan
fuera del hogar destinan una mayor parte de su presupuesto a alimentos congelados y
lácteos, que les resuelven las comidas de sus familias con mayor facilidad. Al mismo
tiempo, estas mujeres también gastan más en artículos de perfumería que las amas de
casa dedicadas full time a sus familias.
Cuánto ganan comparado con
los hombres
En el campo laboral, la desigualdad de trato sigue manifestándose. A pesar de la mejor
capacitación, las mujeres ganan un tercio menos que los hombres según el INDEC. Y
además se les dificulta acceder a cargos jerárquicos ya que deben acreditar mayores
credenciales que los hombres.
Aunque los niveles educativos entre la población urbana son similares al de los hombres
(en rigor, hay menos mujeres con secundaria incompleta), es notable cómo la población
masculina desplaza a la mujer de las oportunidades laborales. Por ejemplo, el hecho de que
el 35% de las mujeres en edad de trabajar se declaren inactivas encubre las graves
distorsiones que sufre el mercado de trabajo argentino y cómo la legislación castiga con
mayor intensidad a las mujeres.
Según un reciente documento del Instituto para el Desarrollo Social Argentina se sabe
que:
El 46% de los varones consigue un empleo de razonable
calidad mientras que esta proporción es del 27% para las mujeres en edad activa. La
diferencia se explica por el empleo asalariado registrado, que es de 37% para los varones
y 23% para las mujeres.
Entre el 54% de varones
con dificultades de inserción laboral se destacan los asalariados "en negro"
(21%), los cuentapropistas no profesionales (17%) y, en menor proporción, los
desempleados y los inactivos (9% y 7% respectivamente).
En cambio, en el 73% de las mujeres con dificultades
laborales, el empleo no registrado y el cuentapropismo es más bajo que en los hombres
(17% y 8%), pero el desempleo llega al 13%. Sin embargo, lo que prevalece son las mujeres
inactivas, que representan el 35% del total de mujeres entre 25 y 65 años de edad.
Una tendencia casi universal es la
creciente incorporación de la mujer al mercado laboral. En los países desarrollados, el
fenómeno ha sido particularmente intenso. Los casos más notables se observan en los
países escandinavos (Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca), donde, entre los mayores de
25 años, la diferencia es cada vez menor. La participación masculina en la fuerza
laboral ronda el 90% y la de la mujer el 84%.
Trabajadora profesional,
madre y estudiante
Muchas mujeres deben compartir su tiempo de trabajo con otros roles, como el de madre y
estudiante al mismo tiempo. Es el caso de aquellas que trabajan teniendo hijos o que no
dejaron de trabajar por haberse casado. Por lo general se trata de mujeres profesionales
que se dedican con más ahínco a sus trabajos, son más prolijas y constantes, y están
acostumbradas a realizar más de una actividad.
El buen desempeño que ellas muestran en su trabajo no tiene que ver tanto con la
inteligencia, sugieren algunos. Hay hombres y mujeres más o menos inteligentes. Pero sí
está relacionado con la dedicación y la concentración.
Un estudio de la Universidad del Salvador sugiere que sus tareas les permiten sentir
entusiasmo, percibirse a sí mismas y a las personas con las que trabajan, y experimentar
éxito en su profesión.
Otras conclusiones son:
Consideran más sencillo el trabajo masculino, ya que este
no ofrece, por lo general, superposición de roles, tal como ocurre con el trabajo
femenino.
Aspiran a ejercer cargos de conducción y a obtener poder.
Actualmente se dedican fundamentalmente a la profesión.
Consideran el trabajo como generador de recursos y sustento para vivir. |