Una vez más,
el Congreso Tributario organizado por el CPCECABA atrajo por unos días la atención de
funcionarios, expertos y la prensa especializada. Llevado a cabo en Mar del Plata, allí
se juntaron más de 200 concurrentes. Contó con la presencia de cuatro invitados que
viajaron desde el exterior y varios panelistas argentinos. |
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Este año tuvo lugar
el 11º Congreso Tributario organizado por el Consejo. La sede elegida fue la ciudad
balnearia de Mar del Plata, donde asistieron más de 200 personas. Allí estuvieron
reunidas las autoridades oficiales junto a legisladores e importantes invitados; entre
ellos, expositores del exterior (los españoles Enrique Giménez-Reyna Rodríguez, Teodoro
Cordón Ezquerro, Gabriel Casado Ollero y el húngaro que trabajó en el FMI, George
Kopits) y también de la Argentina (Daniel A. Artana, Miguel A. Asensio, Rubén O. Asorey,
Ricardo E. Bara y José D. Litvak).
Hubo dos temas que se discutieron en el encuentro. El primero: "La política fiscal
como instrumento de la macroeconomía. La eficiencia económica, los impuestos distorsivos
y el exceso de gravamen". El segundo: "Presunciones y ficciones. Diferencia.
Importancia en la reconstrucción de la base imponible".
El acto de apertura estuvo a cargo del presidente del Consejo, Dr. Humberto Á. Gussoni.
En su discurso habló de la cuestión tributaria y las dos dimensiones que posee: por un
lado, su diseño, considerando los principios de equidad, eficiencia, universalidad y
solidaridad, su aplicación y el sistema de sanciones que conlleva su incumplimiento; y,
por el otro, su carácter modelador de la sociedad y el Estado.
Destacó la incidencia de los procesos de cambio en el sistema de tributación a través
de dos componentes básicos: el proceso de globalización y la innovación informática;
en particular, la autopista de la información. Dijo que el proceso de globalización crea
condiciones internacionales para llevar a cabo transacciones en tiempo real, mientras que
la informática modifica criterios de determinación y liquidación de tributos: "Los
países no suelen tener el sistema tributario más apropiado, sino apenas el que pueden,
el que permiten sus circunstancias concretas de desarrollo económico y social, de tiempo
y lugar".
Gussoni hizo hincapié además en la "enorme deuda social" aún vigente en el
país. Agregó la importancia de enfrentar el desafío de producir y generar trabajo que
agregue valor: "La Argentina genera menos bienes y servicios de los que
potencialmente está en condiciones de producir e intercambiar".
El sistema tributario es una de las herramientas fundamentales de la intervención del
Estado y el objetivo no es otro que apuntar a "cambios estructurales, que permitan
incluir en la generación de excedente una ampliación permanente del producto. Sólo con
la evidencia de un futuro mejor, los habitantes de este suelo se van a plegar a un
criterio donde lo que esté premiado sea la inversión".
Por su parte, el titular de la AFIP, Dr. Alberto R. Abad, inauguró el Congreso con
algunos conceptos sobre los cuales ya viene insistiendo hace un tiempo: la presión
tributaria y las necesidades de financiamiento. "La presión tributaria
definió- es el modo que eligió la sociedad (argentina) para financiarse y yo me
pregunto si está mal que así sea o es más inteligente recorrer, por ejemplo, el camino
de la hiperinflación o del endeudamiento." Para Abad, la presión tributaria es una
derivación de "las necesidades económico-sociales de un país y del modo de
financiarlas". Recordó que, en el caso de la Argentina, cuando se recorrió el
camino de la emisión, se terminó en hiperinflación y, cuando se produjo el
endeudamiento, llegó el default. "Los países a los que les va mejor en el mundo son
los que tienen mayor presión tributaria y nosotros estamos en un valor del 30,4 por
ciento, 7 puntos por debajo de Brasil y del promedio de los países desarrollados",
señaló.
Abad, frente a los principales tributaristas del país, instó a pensar esta cuestión
como "un fenómeno global sin dejar de analizar que transitamos por un mundo
inequitativo e informal, donde los formales no son tan formales y se valen de paraísos
fiscales para salir de los circuitos legales". Dijo que la AFIP buscará incrementar
la cantidad de personal doméstico registrado para llevarlos de los actuales 170.000 a
900.000 trabajadores. Dos años atrás, ese número era 58.000.
Además, presentó un nuevo mecanismo para el combate contra la evasión previsional (se
trata de una nueva declaración jurada), un fenómeno que todavía se ubica en un nivel
muy elevado, advirtió el funcionario: "Está en el orden del 44,2%, aunque bajó
respecto del 48,5% que alcanzó en 2004".
Por su parte, el Dr. Enrique L. Scalone, presidente del Comité Científico, resaltó que
"la redistribución de la renta y la riqueza con equidad constituye otra meta de
carácter político-social a cuyo logro la tributación debe contribuir". |
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