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Publicaciones - Universo Económico |
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Según
un estudio privado
La Argentina, todavía un
destino competitivo |
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A pesar de los aumentos en los precios
de los distintos servicios turísticos, el dólar alto sigue siendo un fuerte atractivo
para la entrada de los turistas extranjeros aunque se convierte en una barrera de salida
para los argentinos.
Para medir el impacto de este escenario, Ecolatina realizó un
ejercicio que exhibe claramente el margen de competitividad que todavía presenta la
Argentina, en términos generales, para seguir atrayendo turistas con este tipo de cambio.
Claro que hay una mala noticia: a los argentinos cada vez les cuesta más llegar a
destinos como Miami o Europa.
Desde 2001, los argentinos tuvieron que asimilar una inflación de 147% en el sector
turismo, que fue parcialmente compensada por un aumento en los salarios cercano al 90%.
Esto quiere decir que el poder adquisitivo de los argentinos para irse de vacaciones
disminuyó 23,5%. Por ejemplo, quien en 2001 podía tomarse 10 días de vacaciones con su
salario, en la actualidad puede afrontar algo menos de 8. Si eligiera un destino
internacional, el deterioro sería mucho más notorio, ya que sólo podría solventar 5
días.
Por el contrario, dado que el peso se mantuvo devaluado, el turista extranjero vio cómo
su ingreso en pesos se fue incrementando: desde 2001 registró una mejora del poder
adquisitivo en pesos posdevaluación de 56%. Siguiendo con el ejemplo anterior, un turista
del exterior puede ahora costear 6 días más que en 2001 si elige pasar sus vacaciones en
un destino argentino.
Para hacer este ejercicio, se incorporó el efecto del aumento del salario de los turistas
(tanto de los argentinos como de los extranjeros), la evolución del tipo cambio
peso/dólar y la inflación en el sector (precios de hoteles, transportes, comidas).
El trabajo de la fundación que creó Roberto Lavagna señala que, a partir de la
recomposición de los ingresos de los argentinos, el turismo nacional cobró mayor
relevancia: La recomposición salarial y del empleo en un contexto de claras
ventajas de costos alimenta una fuerte expansión de la demanda que se concentra en los
meses de julio y enero. Esta situación ejerce una mayor presión para que suban los
precios debilitando, en algunos casos, las ganancias obtenidas por la devaluación del
peso.
Ecolatina marca que el proceso de convergencia a los precios internacionales depende del
segmento de consumo bajo análisis. En los premium (turismo de alto poder adquisitivo), el
ajuste es muy acelerado porque a una misma oferta converge tanto la demanda nacional de
ingresos medios- altos y altos, y el turismo extranjero. Además, este tipo de oferta se
caracteriza tradicionalmente por competir sobre todo por calidad de servicio y no por
precio. Un ejemplo de ello puede ser un destino como la visita a los glaciares en la
Patagonia.
Por el contrario, la oferta destinada a los segmentos de menores ingresos tiende a
ajustarse a la capacidad de consumo del turista con mayores restricciones de presupuesto.
En este target aún se registran ventajas frente a otros destinos internacionales (un
ejemplo es la Costa Atlántica, donde hay opciones para distintos presupuestos).
A nivel agregado, desde 2002 hasta 2006, los precios del turismo aumentaron siempre por
encima del IPC. Incluso en 2003 y 2004 crecieron a más del doble. De esta manera, desde
la devaluación hasta 2006, la inflación en turismo acumula 147%, muy por encima del
índice general, que subió 81%.
En 2006, aún bajo la política de acuerdos que impulsó el Gobierno, los precios del
rubro turismo aumentaron 17,9% frente al 9,8% del IPC. Las mayores alzas acumuladas en el
período se registraron en excursiones y paquetes turísticos (223%), y transporte (150%)
mientras que el costo del alojamiento para los segmentos medios subió 91%. |
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