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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 83 - Febrero 2007

La importancia de la calidad en el turismo
De profesionales a taxistas: lo que importa es la actitud

El autor realiza en esta columna una ferviente defensa sobre la necesidad de que los servicios turísticos resten calidad. Ello se hace con el personal indicado y tomando los recaudos pertinentes, pero es imprescindible una correcta administración del negocio. Para ello, los profesionales deben trabajar en la planificación de las medidas que agreguen calidad. Veremos cuáles son las mejoras de calidad para el turismo.
Autor:
LA. Tomás Chahin

Presidente de la Comisión Estudios de Administración y examinador del Premio Nacional de Calidad
Seguramente, cada uno de nosotros tiene experiencias relacionadas con un viaje de placer o laboral, con la estadía en un hotel, con la atención en un restaurante u otra situación relacionada con el ámbito turístico. De ser así, habrán podido detectar que cualquier hecho, por más pequeño que sea -positivo o negativo-, ocurrido en ese momento puede hacer que el viaje o estada en el lugar resulte totalmente satisfactorio o “algo para olvidar”. Sólo es cuestión de recordar alguna de estas situaciones y determinar el impacto que tuvo sobre el evento.

Siempre recuerdo una anécdota que nos ocurrió junto a un colega en ocasión de asistir a un congreso de administración organizado por la Organización Latinoamericana de Administración en Río de Janeiro. Un día consultamos a un taxista si podíamos contar con su servicio para visitar el Corcovado, para lo cual nos debía llevar y traer de vuelta. Desde el momento en que nos dijo que sí, se convirtió en el mejor guía turístico que hubiéramos podido tener, acompañándonos inclusive en la visita a pie que hicimos en el lugar en el que se encuentra el Cristo. Este aparentemente improvisado “guía turístico” resultó ser un colega, licenciado en Administración, a quien, luego de 12 años de trabajo, habían despedido de uno de los bancos más importantes de Brasil.


Como primera conclusión de esta anécdota, tomándola más como un ejemplo de vida, extraigo la actitud de este profesional que, ante la imposibilidad de conseguir trabajo dentro de su especialidad, no dudó en convertirse en el “mejor taxista” de Río de Janeiro hasta tanto consiguiera un trabajo dentro de su profesión. En segundo término, y ya como ejemplo de servicio al turismo, es destacable la actitud que tomó esta persona: la de no ser solamente un taxista, sino también ir más allá y brindar explicaciones y acompañamiento al turista durante la visita.


Ambas actitudes tienen que ver con el tema en cuestión: la calidad.


Primero, cumplió de la mejor manera con la función que le había sido asignada, siendo responsable de los resultados de su tarea. Segundo, tuvo visión sobre la satisfacción del cliente/pasajero; se sintió parte importante del resultado obtenido por la ejecución de su trabajo, es decir, se comprometió con lo que hacía.


La actividad turística está basada en el servicio y éste, a su vez, se fundamenta en la atención personalizada. De más está decir que este tipo de atención requiere un personal (comenzando por los directivos) que cumpla básicamente con los dos puntos mencionados más arriba.


Implementación de la calidad en turismo
Para implementar programas relacionados con la calidad se plantea la necesidad de contar con políticas, planes, metodologías y herramientas que nos permitan administrarlos de la manera más eficiente, utilizando los recursos de la organización de una manera óptima. Con relación a la actividad turística, no podemos actuar de otra manera que no sea ésta. A saber:


Estableciendo políticas, en las cuales, el cliente/pasajero/turista sea lo primordial, teniendo como principio fundamental la actitud permanente de servicio por parte de todo el personal. Con relación a los objetivos, además de los referidos a la rentabilidad, se deberá definir aquellos relacionados con el nivel de satisfacción del cliente y del personal, así como también objetivos referidos al medio ambiente. De esta manera, se establecerán metas que tengan como visión el desarrollo sustentable, combinando rentabilidad, satisfacción de las personas y el cuidado del medio ambiente, lo que asegura una continuidad del negocio, ya sea porque se dispone de clientes y personal satisfechos, porque el cuidado de la región asegura que podrá seguir aprovechándose el lugar como sitio turístico, y porque todo esto implicará una continuidad en la rentabilidad para los accionistas. Es verdad que no todas las organizaciones turísticas tienen un fin de lucro, pues existen municipios y entidades estatales relacionadas con el turismo. Pero no por ello deben dejar de lado el fin económico, dado que también se beneficiarán con un aumento en los ingresos provenientes de los turistas que visiten la región y con la optimización del uso de sus recursos.

Elaborando planes y estrategias que permitan cumplir con los objetivos propuestos. Los planes de capacitación, especialmente en Atención al Cliente, son vitales en el desarrollo del personal. Es más que obvia la importancia de contar con personal de hotelería con un excelente trato hacia el pasajero, pero no suele serlo tanto brindar una óptima atención en una agencia de turismo. Contar con personal con capacidad de detectar la real necesidad del turista, de asesorarlo adecuadamente y de ofrecerle un servicio acorde con sus necesidades es el primer paso en el viaje que el turista contratará. Esta primera atención seguramente condicionará todo lo que venga después.

Definiendo metodologías y herramientas adecuadas para la ocasión. En este sentido, cabe destacar la creciente utilización de las llamadas “Buenas prácticas en turismo”, implementadas ya por algunos municipios o gobernaciones de nuestro país. A partir de estos principios, se estandarizan los valores y acciones tendientes a una mejor atención al turista, empujando hacia un ámbito de calidad a aquellas entidades que aún no logran el nivel de satisfacción requerido.

Normas de la calidad en turismo
Si bien los conceptos mencionados son factibles de aplicación más allá del requerimiento que surja de alguna norma específica, en el ámbito del turismo es muy importante que la calidad se demuestre de una manera visible. El turista requiere seguridad en los servicios que se le brindan, correcto asesoramiento, higiene y orden de los lugares donde asiste, una alimentación de acuerdo con sus necesidades y expectativas, transportes seguros, cordialidad en la atención, sensación de confianza por parte del personal que lo atiende y otros requisitos que pueden surgir de cada situación en particular. La certificación en alguna de las normas o estándares de calidad vigentes le permite al turista percibir, en forma previa, si los servicios que contratará son confiables, es decir si le pueden brindar todo lo que él está esperando para su viaje. Por supuesto que todo ello será corroborado -o no- por el turista en el momento en que los servicios se presten efectivamente, pero, de alguna manera, el hecho de que la agencia de viajes, el hotel, el transporte, el municipio, los comercios del lugar y/u otras entidades posean la certificación otorgará mayores probabilidades de que sus necesidades sean satisfechas.


En este orden, mencionaremos algunas de las normas o estándares más conocidos para aplicar a la actividad turística:


Norma ISO 9001:2000: tal vez ésta sea la más conocida por ser la norma de mayor aplicación y de alcance más general. Se trata de una norma que certifica el sistema de gestión de una organización, adaptable perfectamente a una entidad del sector turístico.

Norma IRAM 30400 “Guía para la interpretación de la ISO
9001:2000 en servicios turísticos”.


Norma IRAM 42100 “Gestión de la calidad, la seguridad y ambiental en balnearios. Requisitos”.

“Guía para una Gestión de Excelencia – Empresas de Viajes y Turismo”. Es editada por la Fundación Premio Nacional a la Calidad (FUNDAPRE) y confeccionada siguiendo los lineamientos de la guía utilizada por las empresas privadas que se presentan al Premio Nacional a la Calidad, los cuales fueron adaptados a empresas del sector turístico.

De acuerdo con lo informado por el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), existen en la actualidad otras normas en estudio, como ser:


Norma IRAM 42700 “Competencia laboral del Guía de Turismo”.

Norma IRAM 42720 “Competencia laboral del Informante Turístico”.

“Competencias Laborales para perfiles de hotelería y gastronomía: recepcionista, jefe de recepción y mucama; cocinero, ayudante de cocina y mozo”.

Programa de Certificación para Embarcaciones Turísticas Sustentables.

Conclusiones
En ocasión de asistir a la última Jornada de Administración de Villa Gesell, luego del cierre de la misma, en el cual su Intendente nos dedicó unas palabras, me acerqué a felicitarlo por la excelente atención que me habían brindado en todos los comercios con los que había tenido contacto en esos días. Me pareció que, así como en ocasiones (la mayoría) nos quejamos por el mal servicio y atención, en esa oportunidad debía expresar mi felicitación al haber percibido una actitud diferente de la que estamos acostumbrados. El Intendente, entonces, me respondió que justamente para eso se preparaban durante todo el año y que lo que había percibido era el resultado de esa preparación.


La respuesta del Intendente marcó la clave para el éxito de un programa de la calidad, es decir, la “preparación”, lo que implica planificar y organizar. Muchas veces esperamos resultados inmediatos y, además, que se den por “arte de magia”. Pero, como profesionales en Ciencias Económicas, sabemos que eso no es así, que los buenos resultados se darán siempre y cuando haya existido una gestión basada en una correcta administración. Seguramente algunos asegurarán que eso no siempre ocurre en nuestro país (lo que no puedo contradecir), pero creo que debemos hacer todos los esfuerzos necesarios para que la satisfacción de los clientes/turistas dependa de una gestión de excelencia. Los profesionales en Ciencias Económicas tenemos mucho para aportar. Por un lado, en cuestiones referidas a la calidad, con todo lo que esto significa en cuanto a la implementación de sistemas de “gestión”. Y, por el otro, en las actividades relacionadas con el turismo. Uno de los objetivos puestos de manifiesto tanto por el Gobierno Nacional como muchos de los gobiernos provinciales y municipales tiene que ver con el desarrollo de la actividad turística. De nosotros depende que ese desarrollo se lleve adelante con nuestra presencia o sin ella.

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