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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 84 - Mayo 2007

Protagonismo femenino. Entrevista a la Doctora Lidia Heller, coordinadora de PROGEO
"Las mujeres pueden tenerlo todo, pero no al mismo tiempo"

La Dra. Heller, profesional en Ciencias Económicas, es una estudiosa de los temas que tienen que ver con la mujer y las organizaciones. Dice que en la Argentina se observa un cambio favorable para aumentar la participación de las mujeres en las organizaciones, pero que el avance es aún lento. Hay países de la región que siguen estando mejor.
Autora: Dra. Celina Boccazzi
Coordinadora periodística de Universo Económico.
Según un dicho popular, “en la vida hay tiempo para todo”. Y algo parecido aplica la Dra. Lidia Heller para el caso de las mujeres profesionales. Según esta profesional, que se especializa en temas de mujer y organización, una mujer puede cumplir con todos los objetivos que se plantee en su vida aunque difícilmente pueda afrontar todos a la vez.

Heller se recibió de Contadora Pública en 1975, después de ser Licenciada en Administración. Su vida profesional dio muchas vueltas, según ella define. Dice que no tuvo la típica carrera tradicional de un Contador Público. Cuando iba terminando la carrera -cursaba las últimas cinco materias, que eran en su mayoría de contabilidad- se dio cuenta de que lo contable no era lo suyo: “Terminé porque quería
tener el título y así lo hice”.


Heller habrá firmado uno o dos balances a lo largo de su trayectoria como contadora, ya que luego se inclinó por otros temas. De todas formas reconoce que en los últimos diez años se ha reconciliado con su profesión desde la Administración: “Creo que las carreras profesionales siempre dan la oportunidad de encontrar una arista donde uno puede insertarse”.


A continuación, el diálogo con Universo Económico.


UNIVERSO ECONÓMICO: ¿CÓMO COMIENZA SU CARRERA PROFESIONAL?
LIDIA HELLER:
Comencé trabajando en el Ministerio de Desarrollo Social, primero en un área de salud y después en distintas gerencias de proyectos sociales. Luego me fui de allí y trabajé en una dirección de investigación del Instituto Nacional de la Administración Pública, una experiencia muy rica porque pude estar en contacto con profesionales de distintas disciplinas. En uno de los trabajos que hicimos en el año 1985 en este lugar, se relevó un censo de agentes públicos para saber dónde estaban y qué características tenían. Con esta investigación se tenía por primera vez información desagregada por sexo de estos trabajadores. Se empezó así a ver cuál era la situación de varones y mujeres en el sector público. Ese trabajo lo hice junto a Susana Ruiz, y fue bastante pionero porque en aquella época no había mucha información al respecto. Encontramos, por ejemnificaba “llegar” para ellas. Con todo ese material publicamos un libro que se tituló Por qué llegan las que llegan. Años más tarde, en 1997, gané una beca que otorgaba el gobierno sueco para un programa de management para mujeres. Pasé un mes en Suecia con 25 colegas latinoamericanas estudiando el tema. A partir de entonces me enfoqué directamente en áreas que tienen que ver con las mujeres y las organizaciones.


UE: ¿CUÁL FUE LA MOTIVACIÓN QUE TUVO PARA DEDICARSE A ESTOS TEMAS?
LH:
Básicamente, la terrible situación de injusticia cuando una observa a un varón con menos preparación ocupando una jefatura y a mujeres más preparadas que no la pueden ocupar. No sólo me interesa el tema de la discriminación por género. Hay muchos tipos de discriminaciones dando vueltas por ahí.


UE: ¿CÓMO FUE PERCIBIENDO QUE SU TRABAJO ERA ÚTIL?
LH:
A través de la capacitación. Esto da la posibilidad de observar cambios en las personas a lo largo del tiempo. He visto mujeres que lograron pequeños cambios que fueron significativos en sus carreras.


UE: EN LAS CAPACITACIONES LOS INTERCAMBIOS SON MUY RICOS, ¿VERDAD?
LH:
Sí, sobre todo entre mujeres porque nosotras volcamos más. A veces diría demasiado… (risas). Por ejemplo, una está hablando de un tema específico, puntual, y de repente alguien comienza a hablar de su marido, sus hijos, su familia… Yo creo que en algunos casos hay que separar lo personal de lo laboral. Pienso que ayuda mucho tomar conciencia de que lo que les pasa a las mujeres no es “por culpa de una”, sino que “una” forma parte de un colectivo. Cuando las mujeres logran darse cuenta de ello es como que hacen un “click”. “Ah, era eso” –dicen–. No es que me relegaron porque hice algo mal.”


UE: ¿VE ALGÚN CAMBIO FAVORABLE EN LAS ORGANIZACIONES DEL PAÍS?
LH:
Se está empezando a ver. Lentamente, pero algo se ve.

En otros países más desarrollados hay programas específicos impulsados desde los gobiernos y desde las empresas. Acá, tímidamente, algunas empresas, sobre todo las multinacionales, están comenzando a incorporar los llamados “programas de diversidad”, que tratan de incluir a las minorías. Las mujeres en la Argentina somos la primera minoría.

UE: ESOS PROGRAMAS DE GOBIERNO QUE USTED MENCIONA, ¿SON DE PAÍSES AVANZADOS?
LH:
En general, sí. Me refiero principalmente a los nórdicos, que son los primeros en el mundo en estas cuestiones. También Estados Unidos y algunos europeos son líderes en estos temas. En la región, yo diría que la Argentina está en el medio. Por ejemplo, en el tema “la mujer y la empresa”, países como Colombia, Venezuela y México están más adelantados que nosotros. De todas formas, ha habido muchos avances en la Argentina en los últimos diez años. Por ejemplo, la ley de cupo femenino nos ha posibilitado más del 30% de los lugares en el Congreso, algo interesante para la región. También las dos mujeres integrantes de la Corte Suprema de Justicia, Elena Highton de Nolasco y Carmen Argibay, son dos profesionales de una alta carga intelectual y prestigiosa trayectoria. Sin embargo, todo esto no siempre es suficiente.


UE: CUANDO LAS MUJERES LLEGAN A ESTOS LUGARES, ESO ES CELEBRADO COMO UN ACONTECIMIENTO. NO DEBERÍA SER ASÍ.
LH:
Claro que no. Es que las mujeres que llegan a esas posiciones deberían ser más conscientes e introducir cambios para facilitar la llegada de otras mujeres. Hemos tenido ministras, ejecutivas y empresarias que han actuado como si fueran hombres.


UE: UNA MUJER LLEGA A PUESTOS IMPORTANTES Y LAS ORGANIZACIONES NO DISCRIMINAN EXPLÍCITAMENTE. PERO, SUTILMENTE, LAS MUJERES QUEDAN DE LADO CON PRÁCTICAS HABITUALES COMO ORGANIZAR REUNIONES DE TRABAJO EN HORARIOS EN LOS QUE LA MUJER NECESITA ESTAR EN EL HOGAR.
LH:
Claro. Hasta que no se democratice la vida familiar eso no se va a solucionar. La familia es un rol tradicionalmente asignado a las mujeres y los roles de cuidado de los hijos han sido también ocupados por ellas. Si a eso le sumamos que la mujer debe salir al mercado de trabajo a ocupar cargos importantes, entonces yo creo que debe haber acuerdos en la familia para organizarse mejor. También es cierto que a muchas mujeres se les simplifica el tema eligiendo no tener pareja, no tener hijos o, a lo sumo, tener un solo hijo.


UE: EN ESTE PROCESO DE DEMOCRATIZACIÓN LOS VARONES SON IMPORTANTES.
LH:
Por supuesto. Supongamos que como mujer quiero hacer una carrera profesional y esto me exige viajes, traslados, reuniones. La pregunta que debo hacerme es: ¿está mi compañero dispuesto a aceptar todo eso?


UE: ¿Y CÓMO LLEVA SU TAREA DE ESCRITORA?
LH:
Me da muchas satisfacciones. De todas formas, no diría que soy escritora. Sí he escrito tres libros a partir de mis investigaciones. Estoy por publicar ahora uno en España sobre los nuevos paradigmas y las nuevas realidades de las mujeres que trabajan.


UE: ¿CÓMO DISTRIBUYE SU TIEMPO?
LH:
Distribuir el tiempo es fundamental para las mujeres. Diría que es mucho más importante que para los hombres. Si una no sabe cómo va a administrar ese recurso tan valioso, todo es muy difícil. Es por esto que la vida de las mujeres es más complicada que la de los hombres. Yo creo que hay que saber decir “no”. Tenemos una tendencia a decir a todo “sí” y eso no va. Muchas chicas, principalmente entre 25 y 35 años, me preguntan si se puede en la vida tener marido, hijos, y ocupar un puesto de trabajo importante. Yo les contesto que se puede, pero no todo al mismo tiempo. Si uno quiere que los hijos vayan perfectos al colegio, que la casa esté ordenada, que una vista como una modelo y encima ser una profesional exitosa… yo digo que eso no se puede hacer todo a la vez y sin una familia que ayude.


UE: ¿QUÉ ES EL PROGEO (PROGRAMA EN GESTIÓN DE ORGANIZACIONES CON ENFOQUE DE GÉNERO)?
LH:
Hace seis años construimos esta red de mujeres latinoamericanas y del Caribe. Uno de los proyectos fue trabajar con capacitación a distancia. La capacitación presencial es muy costosa. Por eso empezamos a diseñar un programa en gestión de organizaciones con enfoque de género, con la colaboración de FLACSO y de distintos expertos internacionales que desarrollaron módulos. La participación y la recepción fueron fantásticas. Uno a veces piensa que lo virtual es frío, pero cuando se ven los foros que se arman, uno comprueba lo grande que es todo esto. Como coordinadora de este programa, ver cuánto ha avanzado me da muchas satisfacciones.

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