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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 84 - Mayo 2007

La visita de la Ministra al Consejo
Almorzando con Felisa Miceli

La funcionaria fue recibida por las autoridades del Consejo; entre ellas, el presidente, Dr. Humberto Á. Gussoni. Se analizó la marcha del país y se reconoció que todavía debe seguir el trabajo para que el crecimiento de la economía se traduzca en un mayor bienestar.
Como es habitual en los almuerzos del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, destacados actores de la política local acuden periódicamente para conversar y debatir sobre temas que tienen que ver con la coyuntura del país y el mediano plazo.

Precisamente, uno de los objetivos cumplidos por su actual presidente, Dr. Humberto Á. Gussoni, fue la puesta en marcha de un foro para debatir los problemas de la Argentina cuando la situación económica, política y social del país atravesaba su peor momento en décadas. Desde ese punto de vista, el Consejo fue siempre una entidad que preservó un espacio para la reflexión y el análisis de lo que sucede con el país.


La visita al Consejo en abril pasado de la ministra de Economía, Felisa Miceli, se enmarca en ese contexto.


En su mensaje de bienvenida, el Dr. Gussoni remarcó algo de
ello al decir que el país se encuentra en un proceso de crecimiento económico como no se veía “hace tiempo” y que la estabilidad macro lograda en los últimos años se correspondió con una recuperación en los niveles de empleo a un ritmo que ni los expertos creían posible lograr en tan poco tiempo.


Sin embargo, como observó el presidente del Consejo, la actual situación dista de ser la ideal. Todavía se registran en el país importantes bolsones de pobreza. A ello se agrega una problemática en la educación que no contribuye a formar en su dosis justa
(ver Nota de tapa) a la gente necesaria para incorporarse a la vida económica de la Argentina.

Necesidades que atender
Miceli brindó un discurso que buscó responder a este y otros puntos hoy en discusión.


Por ejemplo, comenzó reconociendo que hay un debate sobre la pauta fiscal. Dijo que el incremento del gasto público tiene un estrecho vínculo con la mejora en los recursos y que tiene por objetivo atender las necesidades de la población: “Hay más gasto porque hay muchas demandas insatisfechas sin atender dentro de la población”. Pero recordó que, a diferencia de otras oportunidades, hoy, el superávit fiscal no es una variable de ajuste, sino una meta.


Según la Ministra, el aumento del gasto se explica por una serie de inversiones que el Gobierno se está encargando de llevar a cabo:

“Ese crecimiento se orienta, entre otras cosas, a cubrir el 6% del PBI que debe destinarse por ley a Educación, Ciencia y Tecnología”.


También mencionó que existe una mayor erogación destinada al Programa de Jubilación Anticipada “para cumplir con una deuda social”.


A estas dos prioridades se agrega la inversión en infraestructura, que en la Argentina alcanza al 3% del PBI contra el 10% que tienen las naciones del Sudeste asiático.


Miceli explicó que el crecimiento de la economía y sostener el superávit fiscal son dos requisitos insoslayables para satisfacer las necesidades de las mayorías y no de unos pocos.

Mejorar la calidad de vida
La Ministra fue aplaudida por los allí presentes (miembros de los poderes Ejecutivo y Legislativo, autoridades del Consejo y matriculados) cuando afirmó que el objetivo de la actual administración “no es sólo lograr el crecimiento del producto, sino, a través de él, mejorar la calidad de vida de la población”.


El punto que observó Miceli es interesante porque, si bien está reconocido académicamente que crecer resulta una situación mucho más eficiente para una sociedad que no crecer, es cierto que un aumento del producto bruto interno no es una situación de “gran valor” por sí sola. ¿Qué pasa, por ejemplo, si se aumenta el PBI, pero no los niveles de empleo?


El crecimiento económico que se está produciendo en la Argentina en la actualidad no está desprovisto de “algunas” incomodidades. Al menos, esa es la tesis que sostiene el actual gobierno.


En el almuerzo, la Ministra agarró el guante y dijo: “por supuesto que tenemos desafíos, porque, si no los tuviéramos, tendríamos en su lugar la paz de los cementerios”. Con esta frase que Miceli utiliza de vez en cuando se refiere al período 1998-2001, en el que no hubo inflación, pero se atravesó una depresión que finalmente desembocó en la peor crisis económica y social de que se tenga registro.


“Las presiones inflacionarias y las negociaciones salariales son los desafíos propios del crecimiento”, señaló, y recordó que por primera vez se crecerá por quinto año consecutivo, con superávit fiscal y comercial: “Y lo seguirá haciendo. Si hubiéramos crecido a una tasa del medio por ciento o del uno por ciento, seguro que no tendríamos problemas de energía o de carne”.


Miceli dijo que el Ministerio de Economía está trabajando en un plan a mediano y largo plazo que tiene previstas dos etapas, cuyos objetivos prioritarios son:


El crecimiento de la competitividad.
El crecimiento de las inversiones.
La sustentabilidad fiscal.
La reducción del desempleo.


La primera etapa culmina en 2010 y la segunda se extiende hasta 2016.


También habló en el Consejo sobre el superávit comercial, que cayó fuertemente en marzo. Durante el tercer mes del año, según informó el INDEC, el resultado positivo de la cuenta comercial se redujo un 26% contra el mismo mes del 2006, debido a un fuerte crecimiento de las importaciones.


Diversos analistas vienen alertando acerca de que, pese al dólar alto y al crecimiento, la Argentina es uno de los países de la región donde las exportaciones se incrementan a una tasa más baja. Al respecto, la ministra de Economía expresó que "si este año es de 10 mil millones (de dólares) en lugar de 20 mil (como en 2006), también será excelente" y mencionó, entre otras cuestiones que marcan el incremento de las importaciones, la compra de aviones comerciales.

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