Luego de la crisis de
2002, el sector financiero se recuperó con una decidida acción oficial. Esa
recuperación tiene como núcleo central a la política económica que utiliza la
sobrevaluación del tipo de cambio para así poder retener e impulsar una recaudación
más que significativa. No obstante los elevados índices de crecimiento agrícola,
industrial y de comercio exterior, el sector financiero muestra un comportamiento
atípico. Hubo un crecimiento de nuevos instrumentos en el mercado bursátil, como son el
fideicomiso y la compraventa de cheques, preferidos por inversores y tomadores de fondos.
Pero una discusión esencial es el índice de inflación. No hay consenso o aceptación de
los índices oficiales, lo cual es esencial para estimar el costo del dinero a corto y
mediano plazo. El inversor que en cualquier parte del mundo desea tener una rentabilidad
real, ¿a cuánto debe colocar el dinero?Situación actual del mercado de capitales
Seguramente la necesidad de crédito que tienen las empresas no puede ser atendida por un
mercado de capitales que requiere un andamiaje jurídico serio para funcionar de modo
creíble y confiable. Las inversiones y los inversores exigen y demandan de las
instituciones y de los estados conductas sensatas y, más aún, cuando se trata de países
emergentes.
La Bolsa de Filadelfia, que nació en 1780, funcionaba en un bar adonde acudían los que
necesitaban fondos y quienes tenían dinero para prestar; se celebraban allí los
contratos que cumplían sin que el Estado se enterara de que existía tal institución.
La grandeza de Estados Unidos en mucho se debe al desarrollo de las bolsas y
mercados de valores que financiaron y financian empresas que crecen y generan
ganancias que se traducen en dividendos para los inversores, pero también en proyectos
que generan fuentes de trabajo a miles de trabajadores.
Pero esos mercados tienen una legislación que cumple con las leyes. Veamos la
crisis que se planteó con World Com y Arthur Andersen, entre otras.
¿Qué pasó? Ocurrió que losauditores eran también consultores que no separaban
sus roles, y los directivos de varios grupos alteraron en forma delictiva los estados
contables. Intervino efectivamente la Comisión de Valores. Encarcelaron a los directivos
e implicados, adecuaron la legislación con rapidez e impulsaron sistemas como el
Gobierno Corporativo, que se expandió por Latinoamérica y fue adoptado por
gran cantidad de países. La credibilidad del mercado se había debilitado y eso no podía
ocurrir, pues la confianza es un pilar del crecimiento.
Objetivos de la inversión
El inversor busca maximizar la ganancia y minimizar el riesgo en cualquier parte del
mundo. El grado de confiabilidad es un tema de gran importancia para lograr un desarrollo
sustentable. A mayor riesgo. mayor tasa. Por eso, en los países emergentes el dinero es
más caro que en los países centrales. En pocas palabras, la inversión debe ser una
cuestión de Estado que requiere justicia eficiente e instituciones de control financiero
muy profesionales y en lo posible alejadas de la política. El ahorro de la gente debe ser
respetado desde los más altos niveles.
La Argentina no tiene la mejor tradición. Recordemos que en 1985 hubo un Plan Austral, en
1990, un plan Bonex y en 2002, un default, lo cual sólo puede ser superado con un
comportamiento muy prolijo sustentable en el tiempo.
Los mercados de capitales se integran por los bancos, cuya función básica es intermediar
entre inversores y tomadores de fondos,y su ganancia surge de esa intermediación de
tasas pasivas y activas asumiendo riesgos.
Ocurre que a mediano y largo plazo los bancos no tienen colocadores, pues los inversores
no colocan sus fondos a plazos mayores de 60 ó 90 días. Esto limita la posibilidad de
otorgar créditos a mediano plazo.
En la Argentina se desarrolló el sistema de fideicomiso, el descuento de cheques y la
securitización de hipotecas para reemplazar el funcionamiento de un mercado de capitales
en funcionamiento integral.
Las empresas pequeñas y medianas no logran acceder al financiamiento necesario. Muchas
generan su capital de trabajo reinvirtiendo ganancias merced al nivel de actividad
alcanzado en la economía, pero debido a una sobrevaluación del tipo de cambio y las
excelentes cosechas con precios que nadie garantiza para el futuro.
Políticas necesarias
El mercado de capitales debe posibilitar al Estado oferente de títulos públicos- y
a las empresas con buenos negocios poder satisfacer sus necesidades de fondos por medio de
la colocación de papeles comerciales a menos de dos años, de
obligaciones negociables a más de dos años, que otorgan a los inversores una
renta fija, o colocar acciones a renta variable.
El Estado debe implementar una política coherente en el tiempo. Para lograrlo se debe
acondicionar la legislación comercial y penal castigando severamente a infractores con
sanciones de peso. El Estado debe proveer un conjunto de normas que amparen y protejan al
inversor de intentos de defraudación y otros actos delictivos, y facilitar los medios
para que los emprendimientos deseados encuentren en el mercado de valores un camino a la
concreción de actividades y la creación de fuentes de trabajo. No olvidemos que el país
tiene un elevado número de desocupados que deberán encaminarse hacia actividades
productivas.
Este objetivo debe contar con apoyo fiscal, que aliente las iniciativas con desgravaciones
a zonas que sean desarrollables y a actividades innovadoras con potencial para generar
riquezas. Si bien es cierto que hoy, por el tipo de cambio, no mencionamos las
exportadoras de bienes no tradicionales, hay que pensar que en algún otro
momento tal vez no exista un interés tan explícito para exportar. Veamos el caso de
Europa, que subsidia a la actividad agrícola para evitar que el campesino deje el campo
cuando no resulta un negocio rentable de no mediar el aporte del Estado.
Los intermediarios y las bolsas del interior del país son un capítulo aparte. La gente
de Buenos Aires supone que hay sólo una Bolsa, la de Buenos Aires, pero hay numerosas
otras en el Interior con mercados de valores adheridos, que deben ser estimuladas
concretamente para lograr que distintas zonas del país alcancen los beneficios de un
crecimiento con ocupación por medio de un tratamiento adecuado al inversor.
El mercado de capitales es un negocio múltiple para el Estado. En principio, si el
sistema crece, va a aumentar no sólo la recaudación de los impuestos a percibir por las
empresas, sino también por la recaudación de impuestos directos que van a generar los
trabajadores que aumentarán sus compras y con ellos los impuestos que traen adheridos los
consumos familiares. A no dudar que para ser coherentes se debería adecuar los mínimos
del Impuesto sobre los Bienes Personales y casi todos los mínimos del sistema impositivo
que hoy presentan una irrealidad marcada.
Consideraciones finales
Es posible que haya que reformar y modernizar la ley 17.811 de oferta pública y dotar a
la Comisión Nacional de Valores de un enfoque coherente con los objetivos a alcanzar. En
lo que hace al ámbito de nuestras profesiones, sería conveniente que los estados
contables trimestrales tengan un informe de un profesional con auditoria integral, así
como determinados emprendimientos deberían contar con la opinión de profesionales de
otras disciplinas.
Especial impulso debe recibir un mercado de futuros y opciones, imprescindible para la
negociaciónde títulos, materias primas y divisas. En Latinoamérica, Brasil posee un
mercado como el de San Pablo donde se negocian desde futuros de divisas hasta opciones de
commodities.
El sistema de custodia de títulos es otro tema relevante, que hoy se concentra en la Caja
de Valores S.A., sociedad que pertenece a la Bolsa de Comercio de la CABA y al Mercado de
Valores S.A.
Hablar de financiamiento de activos empresarios es un tema prioritario para un país que
aspire a un desarrollo sostenido, y este es el momento propicio por el nivel alcanzado por
la actividad económica y la exitosa política de reducción de la deuda externa, entre
otros aspectos, donde se logró un avance significativo. Se debe trabajar en que lo
conseguido perdure y no sea víctima de los vaivenes políticos.
Los mercados deben tener reitero- política de Estado, y hay que instalar este
objetivo en la clase política y en los legisladores, que en su gran mayoría no ven el
mercado de capitales como un instrumento transformador de la sociedad en su conjunto. |