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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 85 - Agosto 2007

Nota de tapa. La situación financiera de las firmas de menor escala
Financiamiento para las micro, pequeñas y medianas empresas

Las MIPyMEs tienen real dificultad para acceder al crédito destinado al financiamiento de proyectos de inversión y de capital de trabajo. La aprobación de éstos debería sustentarse con mayor relevancia en la valoración del proyecto y del plan de negocios que se presenta y no simplemente en las garantías.
Autor: Dr. Horacio Givone
Presidente de la Comisión de Estudios sobre Finanzas de Empresas
Autora: Dra. María Clelia Massad
Miembro de la Comisión de Estudios sobre Finanzas de Empresas
Existen varios factores que caracterizan a la problemática del sector micro, pequeñas y medianas empresas.

En un plano estrictamente financiero, suele creerse en las MI PyME s que la ausencia de endeudamiento es una política sana si bien esta posición es cuestionada, dado que la empresa no estaría aprovechando otros proyectos de inversión rentables.


El costo de la financiación constituye uno de los aspectos puntuales en los que las MIPyMEs corren con fuerte desventaja con relación a las grandes empresas y empresas estatales. A veces no consiguen el crédito ni siquiera asumiendo altísimos costos, por lo que deben recurrir al mercado informal o tomar este crédito ya sea con proveedores y/o el fisco.


La dificultad para acceder al mercado de crédito también está relacionada con las exigencias de la información y del mercado, requisitos básicos que el sector formal exige para el análisis de las carpetas de crédito.


Se supone que el riesgo de prestar dinero a una empresa MIPyME es más elevado que en el caso de grandes, por lo que el retorno o tasa de interés exigido a cambio será mayor que el promedio.


Por otro lado, el mercado financiero institucional sigue los parámetros tradicionales en el otorgamiento de los créditos, exigencia que no muchas veces contempla la realidad de las MIPyMEs.


También la falta de información puede llevar a situaciones tales como el desconocimiento de datos esenciales sobre el valor de la empresa y sus negocios, capacidad perativa o   alternativas de inversión y perspectivas del mercado.


La MIPyME argentina se inició como una empresa de familia. Si bien esto puede aportar sinergias positivas, presenta típicamente un conflicto de roles que es difícil de solucionar. Los problemas van desde los sueldos hasta la injerencia de cada familiar dentro de los procesos de toma de decisiones.


En general, existe un rechazo a la información gerencial y a la asistencia de los profesionales en Ciencias Económicas como consecuencia del nacimiento familiar de las empresas.

Situación actual
Para las MIPyMEs industriales, el año 2005 representó la consolidación del proceso de crecimiento iniciado en 2002.


Es importante destacar que existen características diferenciales entre la dinámica actual de la inversión de las PyMEs industriales y la dinámica que se registró durante los años 1996-1997. Estas empresas están invirtiendo en una magnitud similar a lo que fue 10 años atrás (aproximadamente 6,5% de sus ventas), pero proporcionalmente la cantidad de MIPyMEs inversoras es marcadamente menor: actualmente, invierten el 50% de las MIPyMEs industriales versus el 75% de los años 1996-1997. La difusión sectorial de la inversión es más amplia y pone en evidencia el proceso de sustitución de importaciones.

Otra diferencia con la década pasada se observa en el principal motivo de las inversiones: mientras que en los 90 se exigía invertir para reducir costos y ganar competitividad, actualmente, el motivo principal es la ampliación de la capacidad productiva, dirigida a captar mejores  oportunidades comerciales.


Todo este proceso de capitalización se está desarrollando en un contexto virtual de ausencia del crédito bancario. En los últimos años, las inversiones se realizaron casi exclusivamente con recursos propios (el 83% del total) mediante la reinversión de las utilidades generadas y los aportes de los propietarios.

La Fundación Capital, en su encuesta correspondiente al tercer trimestre de 2006, señaló que más del 70% de las pequeñas y medianas empresas realizan inversiones, pero sólo el 24% recurre a los bancos para financiarlas. De las que sí solicitan créditos, el 76% recibe los fondos. Las empresas señalan que los recursos propios son la principal fuente de financiamiento; los bancos aparecen en segundo lugar (un 16% de los casos) y quedan cerca del crédito comercial, que registra un 13%. Algunas de las trabas más importantes que se registran son: la desconfianza en el sistema financiero, la falta de garantías, tasas de interés muy elevadas y plazos no convenientes.

Los bancos públicos y los cooperativos son los que muestran una mayor atención a la inversión PyME s con una participación significativamente superior a la que tiene el resto del sistema financiero.


Hay que tener en cuenta la relevancia de las PyMEs en tanto cumplen un rol fundamental en la dinámica económica y social de cualquier país. La solidez de este sector empresarial es imprescindible para el fortalecimiento del sistema económico, dada su contribución a la generación de riqueza y captación de mano de obra. En la Argentina, explican el 78% del empleo, el 67% del valor agregado y el 40% del PBI.

El aporte de las MIPyMEs a la generación de empleo y al producto de la economía está presente, en mayor o menor medida, en todos los países del mundo. Así se observa que en Alemania estas participaciones son del 66% y 35%, respectivamente; en Italia, 49% y 41%; en Estados Unidos, 54% y 48%; en Japón, 74% y 57%, y en España, 63% y 64%.

Herramientas para el financiamiento de pymes
La oferta de programas orientados a las PyMEs es muy amplia. La política promovida por la subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional está orientada fundamentalmente a eliminar las limitaciones que ellas sufren con el objetivo de potenciar todas sus capacidades.


Las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), por otro lado, tienen por objeto facilitar el acceso al crédito de las PyMEs por medio del otorgamiento de garantías para el cumplimiento de sus obligaciones, avalando así cualquier tipo de compromisos u obligaciones susceptibles de apreciación dineraria.


Teniendo en cuenta la importancia que estas sociedades han tenido en distintos países del mundo, se está haciendo un gran esfuerzo por expandirlas en la Argentina. Prueba de ello es que, mientras en 2002 sólo existían nueve compañías que dieron avales por 74 millones de pesos, a julio de 2005 existían 25 SGR, que otorgaron avales por aproximadamente 400 millones de pesos.


La creación de las Sociedades de Garantía Recíproca, basada en el modelo español, constituye la mejor herramienta que el Estado ha generado para apoyar a las PyMEs.


La Bolsa de Comercio está profundizando esfuerzos para acercar a las PyMEs al mercado de capitales. Acompañada por la Comisión Nacional de Valores, incorporó a sus series de normas un régimen simplificado para el acceso a las PyMEs a este mercado. Instrumentos como valores a corto plazo, fideicomisos financieros, aperturas de capital público o negociaciones de cheques de pago diferido figuran como herramientas  disponibles actualmente en el mercado decapitales para las PyMEs, aunque muchas veces no existe una difusión suficiente de ellos.

La experiencia internacional
La experiencia internacional muestra que las políticas de apoyo a las PyMEs han ayudado al crecimiento de la economía. Si tomamos la experiencia española, que sirvió de base para la creación de SGR, podemos señalar los siguientes puntos:

Las SGR españolas ayudan al financiamiento a largo plazo; son el 79% de los avales otorgados a plazos mayores de 3 años.

Estas empresas ayudaron a generar 491.410 puestos de trabajo e indujeron a las PyMEs a invertir en 15.987 millones de euros.

Las PyMEs beneficiarias son pequeñas; el 80% es con menos de 50 trabajadores, y el 79% de los avales otorgados es por menos de 66.000 euros.

De los avales otorgados, el 42% pertenece al sector de servicios.

El 35% de los financistas son titulares de cajas de ahorros; los siguen en volumen la administración pública con el 25% y la banca privada con el 20%.

El 27% de los avales no tiene garantías y el 35% tiene solamente garantía personal.

Si tomamos el caso italiano, puede destacarse la modalidad de operación de las Confidis, que sobresalen por su protagonismo en la gestión y negociación de los créditos para empresas del sector PyME. Las SGR en la Argentina son un instrumento que añade valor, pero no cuentan con el protagonismo del de sus recíprocas italianas, que supieron incorporar la cultura de negocios de ese país.

Propuestas
Para el desarrollo de las MIPyMEs es evidente que deben buscarse otros enfoques que faciliten el acceso a las fuentes de financiamiento en términos que permitan el apalancamiento a costos compatibles con la competitividad del mercado nacional e internacional.


Los instrumentos existen e insistir en su uso sin un cambio de mentalidad nos hará seguir caminando como en un círculo.


Es evidente que las PyMEs necesitan el apoyo del Estado. El sector público invierte un importante capital en la formación de profesionales de distintas disciplinas sin más requisito que el conocimiento y sin una exigencia de un aval patrimonial. Entonces, ¿por qué luego esos mismos profesionales y técnicos encuentran en la garantía patrimonial el principal obstáculo para el desarrollo de sus emprendimientos? Resulta un absurdo.


Una pauta a tener en cuenta para que el Estado otorgue su aval sería la evaluación del negocio: su factibilidad económica y financiera, su capacidad de generación de fondos, la creación de empleos, el uso de moderna tecnología, el crecimiento potencial a través de la financiación y el aporte a la riqueza del país.


Esta modificación del enfoque en la aprobación de una solicitud de crédito es el principal cambio en la cultura de análisis financiero, que se resume en el estudio del negocio y del proyecto antes que en la garantía patrimonial de los solicitantes.


Esto debe estar acompañado por una serie de acciones que apuntalen el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, que señalamos a continuación sin un sentido excluyente de otras posibles sugerencias:

La formación de la clase empresarial a través del sector universitario y las organizaciones intermedias como los Consejos Profesionales de Ciencias Económicas.

El desarrollo de una política de fomento al espíritu empresarial y a la creación de empresas.

La promoción del espíritu empresarial debe incluir valores como la ética del trabajo, el sacrificio, la responsabilidad y el compromiso social de las empresas.

La promoción de la cultura del plan de negocios.

Si no producimos antes un giro de 180 grados en el enfoque con el que se maneja el financiamiento para las empresas PyMEs, continuaremos escribiendo letra sobre letra sin efectos positivos.

¿Qué es una MIPyME?
La legislación establece que serán consideradas micro, pequeñas y medianas empresas aquellas que registren un nivel máximo de las ventas totales anuales, excluido el Impuesto al Valor Agregado y el Impuesto Interno que pudiera corresponder.


Más allá de las pautas oficiales, una empresa MIPyME es una organización de características muy especiales, donde, además de tratar de alcanzar el objetivo social de la empresa de producir bienes y servicios, se logra conformarla como comunidad de hombres que buscan la satisfacción de sus necesidades fundamentales y constituir un grupo específico al servicio de la sociedad entera. Los beneficios son un elemento regulador de la vida de la empresa, pero no el único; junto con ellos hay que considerar otros factores humanos y morales que son esenciales para la vida de la empresa.

Herramientas para que las PyMEs se financien
Programas de Asistencia Financiera
Régimen de bonificación de la tasa de interés
FONAPyME
MyPEs II – Programa Global de Crédito a Micros y Pequeñas Empresas
FoMicro – Fondo Nacional para la Creación y Consolidación de Microemprendimientos
Sociedades de Garantía Recíproca (SGR)
Programa de Apoyo a la Reconversión Empresarial


Programas de Aliento a la Internacionalización de las PyMEs
Programa de Apoyo a la Primera Exportación
Programa a los Grupos Exportadores
Programa de Articulación Exportadora entre Grandes Empresas y PyMEs Vinculadas


Programas de Asistencia Técnica y Capacitación
Régimen de Crédito Fiscal para Capacitación
Programa Federal de Capacitación y Asistencia Técnica
Programa de Apoyo a la Reconversión Empresarial

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