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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 87 - Noviembre 2007

Almuerzo con los candidatos. Ricardo López murphy, Roberto Lavagna y Alberto Rodríguez Saá en el Consejo
Un país para armar

Con el estilo que caracteriza a cada uno, abierto y frontal, estos tres políticos hablaron en el Consejo para exponer sus ideas. Hubo coincidencias en algunas críticas, sobre todo, en el pobre manejo institucional desde el Estado en asuntos de alta sensibilidad.
El presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Dr. José Escandell, reconoce la importancia de desplegar una agenda plural dentro de la Institución. Asimismo, y siempre que puede, expresa con fervor el compromiso de la Entidad por llevar a cabo distintas actividades que tengan que ver con el quehacer nacional: “En esta casa se plantean y se proponen soluciones para los problemas de la República Argentina”.

El ciclo “La Argentina y sus candidatos” tiene ambos ingredientes: Ricardo López Murphy, Roberto Lavagna y Alberto Rodríguez Saá en el Consejo el ejercicio de la pluralidad y el debate de los asuntos sensibles que tocan al país. Su bautismo fue con el almuerzo en el que se escuchó la exposición de Ricardo López Murphy. También estuvieron presentes Roberto Lavagna y Alberto Rodríguez Saá.


Escandell pronunció en su momento unas breves palabras sobre cuál es la visión de país que se entiende desde la Institución y qué valores deben resaltarse a futuro. La calidad institucional, los sentimientos republicanos, el pleno ejercicio de la libertad y la responsabilidad de ejercer un equilibrado liderazgo son tres elementos insoslayables para que un país se desarrolle sin tensiones y con armonía. “La democracia es el mejor camino para lograr todo ello”, expresó.


Para Escandell es fundamental que haya igualdad de oportunidades entre los ciudadanos. Solamente así las personas estarán en las mismas condiciones de enfrentar los desafíos que plantea la vida moderna. La distribución del ingreso y la educación son las dos principales plataformas a través de las cuales puede llegarse a ese objetivo: “Las elecciones presidenciales siempre ofrecen una oportunidad de renovar las esperanzas”.

Dos reglas, dos ejemplos
López Murphy brindó una charla basada en cinco puntos.


El primero fue el aspecto institucional. Expresó que hace falta crear reglas que mejoren la calidad de las instituciones para así organizar la hacienda y el sistema político. Eso es lo que hará devolver las inversiones al país, según su opinión. La Argentina captaba el 50% de las inversiones que llegaban a Sudamérica y ahora, según López Murphy, se redujeron al 10%: “Está en riesgo el sistema de alternancia política y el orden de sus cuentas fiscales. Eso impactará negativamente”.


Para el candidato a Presidente, hace falta instaurar dos leyes de fondo que reviertan esa situación. Denomina a una de ellas “Proyecto Lagos” (en honor al ex Presidente de Chile, Ricardo Lagos). Consiste en fijar un superávit fiscal del 1% del producto intertemporal. La segunda norma a la que se refirió López Murphy fue la regla Cardoso (en honor al ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso). FHC fue alguien que lidió con la responsabilidad y el federalismo fiscal.


El segundo punto sobre el que se centró su exposición fue el referido al sistema tributario. Para el economista, la Argentina tiene una presión tributaria excesiva: “Pagamos impuestos como los suecos y disponemos de servicios como los haitianos”.

El tercer punto al que se refirió fue la salud. Planteó que debe haber un plan de vacunación generalizada buscando equiparar los niveles de los países industrializados. Para López Murphy una cuestión acuciante es la drogadicción y, de la mano de ésta, el tema de la seguridad. Sustancias como el paco, la marihuana y la cocaína se consumen cada vez más causando daño en la juventud. La violencia que se muestra en muchos sectores de la vida social argentina encuentra su raíz en el consumo de drogas, piensa López Murphy.


Otra adicción que afecta la convivencia ciudadana es el consumo de alcohol. Los accidentes en ruta, por ejemplo, han aumentado en los últimos años por culpa del alcohol: “Aunque es cierto que hay problemas de infraestructura en estas desgracias, también muchas de ellas son provocadas por el alcoholismo”. Mencionó el tabaquismo (“causa 150.000 muertos por año”) y la obesidad (despertó algunas risas cuando se refirió en broma a su batalla por bajar de peso) como otros dos asuntos importantes que la agenda de salud debiera plantear en los próximos años.


El cuarto punto del que habló fue la inversión en infraestructura. Y ahí el tema saliente fue la energía: “Necesitamos U$S 10.000 millones por año para ampliar la oferta y hoy no estamos en condiciones de conseguir ese dinero”. Para el economista se trata de una de las cuestiones cruciales que enfrenta la economía argentina en los próximos años si quiere continuar por la senda del alto crecimiento. De lo contrario se corre el riesgo de que la economía choque frente a una restricción de manera de sufrir un freno de golpe.


López Murphy dijo que es necesario que el país considere cambiar la matriz energética, como alguna vez lo pensó el ex Presidente Arturo Frondizi. Lo ideal sería avanzar en tecnologías que sean costosas en capital y baratas en operaciones: “Justamente, al revés de lo que se está haciendo hoy en día, la matriz de gas supone un modelo barato en capital y costoso en operaciones”.


El quinto, y último, punto al que se refirió López Murphy fue la seguridad. “Sin tranquilidad donde vivimos no se puede disfrutar de una vida plena”, opinó. Citó el caso de Río de Janeiro, donde las autoridades lograron bajar el delito en un 80% sobre la base de un plan minuciosamente llevado a cabo por expertos en la materia. ¿Se puede realizar eso en la Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires? Para López Murphy sí se puede: “Tenemos que desplegar inteligentemente las fuerzas para conseguir los objetivos que nos planteamos”.

Lavagna
Durante su exposición, Lavagna hizo hincapié en los puntos flojos del Gobierno.


Su hipótesis central formula que el país está frente a un desafío central. Cuando un país ha pasado por una crisis de la magnitud que significó el derrumbe de la convertibilidad en 2002 y logra salir de manera “sorprendente”, se encuentra frente a una gran oportunidad que es la de cambiar viejos hábitos o dejar pasar ese momento: “Yo creo que ahí está el desafío mayor que tenemos. ¿Seremos capaces de recuperar el potencial o nos olvidaremos de lo que pasó?”.


Según Lavagna cabe hacerse varias preguntas en este momento del país: “¿Qué Argentina social quieren los argentinos: un país con 10 millones de pobres de los cuales 4 millones son menores de 14 años? ¿Una Argentina con 1,6 millones de chicos que abandonaron el secundario y que hoy ni estudian ni trabajan?”.

Para el ex ministro, la Argentina cuenta con una riqueza que permite a cualquier presidente plantearse una verdadera cruzada contra la pobreza. Hay que volver a un escenario como el de la Argentina en los 70, cuando estaba fuera de discusión que cada generación que venía estaría en mejores condiciones que las anteriores, expresó.


“Creo que llegó la hora de que la sociedad se lo plantee con mayor claridad. La tendencia al mejoramiento en algunos indicadores se ha estado revirtiendo en el último tiempo.”


Para Lavagna, “la verdadera cruzada contra la pobreza” no es un plan económico o un anuncio con números. “Se defienden valores de una sociedad”, dijo mientras preguntaba en voz alta de cara al auditorio: “¿Queremos una Argentina económica donde el Estado ponga recursos para comprar una empresa quebrada como Aerolíneas, y   aeropuertos, mientras se cierra el Hospital Francés? ¿Queremos una Argentina con un pacto social entre quiénes? ¿Capitalistas amigos y sindicalistas elegidos a dedo? ¿Queremos una Argentina donde se dibujan las cifras macroeconómicas, donde el federalismo no existe, donde 7 de cada 10 pesos recaudados son elegidos desde el Poder Central? Creo que la solución de la crisis de 2001, que pasó por la PyME y por el interior del país, nos indica que hay algo diferente”.


Y siguió: “¿Qué Argentina institucional queremos con un Poder Ejecutivo que implantó los superpoderes y modificó el régimen del Consejo de la Magistratura, que es el método para elegir a los jueces? ¿Una Argentina donde se empieza a hacer ingeniería político-electoral y el Gobierno se propone crear un partido de izquierda y otro de derecha con candidatos y recursos?”.


Lavagna piensa que hay que derogar las leyes de los superpoderes, la del Consejo de la Magistratura, los decretos y los fondos fiduciarios.


Dijo no creer en las grandes ingenierías políticas: “Los grandes partidos políticos están ahí. Es cierto que en los últimos 30 años han estado por debajo de lo que se esperaba. Pero no se resuelve enterrándolos, sino dándoles un programa electoral”.

Respecto a la cuestión internacional, el ex ministro dijo que prefería un país integrado con sus socios históricos que “estar a la cola de un caudillo efervescente”. Mejorar las relaciones con Santiago, sunción, Montevideo y Brasilia son prioridades.


Finalmente, señaló: “Un país no se gobierna poniendo parches día a día. No se maneja con retórica, utilizando el Salón Blanco todos los días a las 7 de la tarde, como si fuera un escenario teatral”.

Rodríguez Saá
El gobernador de San Luis comenzó su exposición comentando que “es la primera vez que se pretende imponer el control de pensamiento desde el plano político en la Argentina”. Y contó una anécdota que cita Noam Chomsky.


Estaba este pensador en un bar de Filadelfia y escucha por radio que los nazis invaden París, ante lo cual los parroquianos celebran. Al poco tiempo sucede Peal Harbor (entonces Estados Unidos decide participar en la Segunda Guerra) y escucha la noticia en el mismo bar ante la celebración de los mismos parroquianos. Tiempo después es testigo de la liberación de París en el mismo bar y las personas allí reunidas vuelven a celebrar. “Tres hechos absolutamente distintos y que tuvieron una misma respuesta ante tres situaciones contradictorias. Chomsky llegó a la conclusión de que se puede llegar a esto a través de la concentración de los medios de comunicación en pocas manos”, señaló Rodríguez Saá.


Manejar a discreción la publicidad oficial, presionar a periodistas, demonizar a algún enemigo y “poner” números en los medios son algunas de las herramientas que el Gobierno utiliza en estos momentos, denunció Rodríguez Saá en su presentación en el Consejo.


Para este hombre peronista, como se autodefine, el crecimiento económico de la Argentina de los últimos años ha venido de la mano de la pujanza de la economía mundial. Lo que lamenta es que el crecimiento no haya sido convertido en desarrollo por el Gobierno: “Un buen capitán de barco tiene la obligación de llevar el barco a buen puerto cuando se dan estas condiciones. Si no, es un mal capitán de barco”.


Rodríguez Saá hizo un repaso de algunas tareas que ha llevado adelante en su provincia: “Es la provincia con menor índice de desocupación del país. Los chicos comen en sus casas, no hay planes de bolsas de alimento, no hay planes jefes y jefas. En San Luis tenemos un presupuesto equilibrado desde 1983. Esto es muy bueno porque nos da poder de decisión. Hemos construido 54.000 viviendas. Además se construyen dos grandes presas y tendremos entonces 16, igual que en Córdoba. Tenemos la autopista iluminada más extensa de Sudamérica, que cruza la provincia de Este a Oeste”.


Luego se refirió a la pobre calidad institucional que existe hoy en la Argentina. En concreto piensa que hay que derogar los superpoderes; que los decretos de necesidad y urgencia no pueden ser utilizados con tanta frecuencia (“hay más DNU que proyectos de ley remitidos al Parlamento”) y que en economía hay que sacarle al campo las manos del Estado (“hay que volver al capitalismo competitivo y no al capitalismo de amigos, que es un invento de Kirchner”).

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