El Dr. Chojo
Ortiz es economista y responsable del Informe Económico de Coyuntura, que publica el
Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En
este reportaje da su visión de cuáles son las condiciones para que la economía crezca
en el corto y el mediano plazo. |
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Universo Económico:
¿Cuál es el balance económico del gobierno cuyo mandato acaba de finalizar?
Ignacio Chojo Ortiz: El balance es sumamente positivo en algunos aspectos
clave. En primer lugar, el ritmo de crecimiento productivo, si se considera un incremento
continuo, fue superior al 8 % anual en el período 2003/2007. De la mano de dicho
crecimiento, también se verificó un significativo descenso de la desocupación, la
pobreza y la indigencia.
UE: ¿Cuáles fueron las principa les
fuentes del crecimiento en dicho período?
ICHO: La primera condición necesaria fue haber restaurado los
equilibrios macroeconómicos, seriamente dañados por el derrumbe de la convertibilidad.
Cronológicamente, en los primeros tiempos posteriores a la salida de las crisis y hasta
el año 2005 inclusive, el estímulo a la demanda jugó un papel central, permitiendo un
uso creciente de capacidad instalada ociosa y de mano de obra desocupada. En tales
condiciones, ese estímulo permitía aumentar la producción sin generar presiones
inflacionarias relevantes. Gradualmente, sin embargo, la aceleración de la demanda de
bienes de consumo, en un contexto de menor capacidad instalada ociosa y caída de la
desocupación, hizo más evidente el efecto inflacionario, tal como se verificó en 2006 y
más significativamente en 2007. También a favor del elevado tipo de cambio y de precios
crecientes en el mercado mundial, las exportaciones experimentaron fuertes incrementos, a
tal punto que prácticamente se duplicaron en los últimos cinco años. El mantenimiento
de una elevada y sostenida paridad cambiaria promovió, además, el resurgimiento de un
proceso de sustitución de importaciones (que favoreció principalmente a la industria) y
el desarrollo de varias áreas de servicios (el turismo es un buen ejemplo al respecto).
Por otra parte, inicialmente y como consecuencia de la devaluación, crecieron más los
sectores productores de bienes que los productores de servicios. Por la misma razón, al
principio, el estímulo productivo fue más visible en el interior del país que en el
área metropolitana. Pero, con el correr del tiempo, el crecimiento se generalizó a todos
los sectores y a todas las regiones, incluyendo el área metropolitana y en particular la
Ciudad de Buenos Aires.
UE: ¿Cuáles han sido los pilares del
nuevo modelo económico?
ICHO: El sustento a la solidez del esquema macroeconómico se
basó, en primer lugar, en la vigencia simultánea de superávit fiscal y superávit del
sector externo (superávit en la cuenta corriente del balance de pagos). También en el
mantenimiento de un elevado nivel del tipo de cambio, en la fuerte recuperación de las
reservas internacionales de divisas y en el proceso de desendeudamiento público a través
de la reestructuración de la deuda externa y la cancelación de los pasivos con el FMI.
Otro factor no desdeñable resultó el aumento de la demanda de dinero por parte del
público. Esto permitió reconstituir reservas con emisión monetaria, que, si bien
parcialmente absorbida por colocación de títulos del Banco Central, no generó presiones
inflacionarias; también se mantuvo un bajo nivel de las tasas de interés.
UE: ¿Cuáles son los mayores
problemas económicos de corto y mediano plazo que hereda el nuevo gobierno?
ICHO: El tema más candente, en lo inmediato, consiste en moderar
las subas de precios, proceso provocado, principalmente, por una fuerte expansión de la
demanda de bienes de consumo. La insuficiencia de la oferta en algunos sectores o ramas de
la producción empuja el fenómeno inflacionario, por un lado, y provoca un importante
aumento de las importaciones, por el otro. Esto último, a su vez, está reduciendo el
resultado positivo del comercio exterior y el superávit de la cuenta corriente del
balance de pagos. Adicionalmente y de manera muy visible en 2007, la expansión del gasto
público a tasas superiores al 40% anual también contribuyó a empinar el proceso
inflacionario, provocando además preocupación sobre la magnitud del superávit fiscal.
Por otra parte, la inflación exacerba la puja distributiva y puede provocar la presencia
de mayores reclamos salariales. Frente a esta circunstancia, el Gobierno debería lograr
que los incrementos nominales del salario resulten anualmente decrecientes continuando con
el aumento del salario real. Y ello requiere demostrar que se está en condiciones de
controlar el proceso inflacionario. Por cierto, la solución de fondo consiste en aumentar
las inversiones, tanto en el aparato productivo propiamente dicho como en la
infraestructura, y muy especialmente en el área energética. Desde una visión más de
mediano plazo, además del efecto de mayores inversiones y más incorporación de
tecnología, corresponde prever que la tasa de crecimiento de la economía tenderá a
moderarse. En tal caso, el objetivo prioritario consiste en garantizar un incremento
sostenido del PBI y evitar la aparición de las crisis, que han sido tan recurrentes en la
historia económica del país. Asimismo, la moderación del crecimiento implicará una
menor generación de empleo, lo que pone un límite al mejoramiento de las condiciones
sociales. En tal caso, se impone profundizar los programas de calificación laboral y de
incremento del trabajo registrado o en blanco. En definitiva, más inversiones, más
tecnología y más trabajo calificado constituyen las basesesenciales para pasar de
un proceso de reactivación a otro de desarrollo sostenido a largo plazo. |
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