A pesar de las
últimas elecciones, continúa la crisis general de legitimidad de las instituciones
públicas. Es cierto que se recuperó la gobernabilidad respecto a la situación de 2001 y
2002, pero el nivel de representación aún no mejora.
Los partidos políticos se disuelven y no hay voluntad de construir una política
orgánica.
Los resultados de octubre último reafirman la tendencia del radicalismo, cuya
participación en el Congreso ha venido disminuyendo en la última década. El peronismo,
por su parte, también está dividido frente a una etapa decisiva.
El politólogo Eduardo Fidanza registra un hecho llamativo de la última elección
presidencial que pinta de cuerpo entero este fenómeno de crisis de representación: por
primera vez en más de 50 años no hubo en las mesas de votación boletas del Partido
Justicialista ni de la Unión Cívica Radical.
¿Alguien puede decir dónde están las oficinas del Frente para la Victoria, cuál
es su programa, cuál es su estructura orgánica?, desafiaba hace poco Ricardo
Rouvier, otro conocido analista político. El FpV, movimiento que ganó de la mano de
Cristina Kirchner, no es un partido político al estilo tradicional. ¿Es una tendencia
que seguirá estando presente?Qué es la política hoy
Los resultados y el proceso previo han mostrado que, de todas formas, en la Argentina se
dan algunas constantes políticas. Todas ellas tienen que ver con el peronismo. Primero,
conserva su lugar como principal fuerza. Segundo, muestra ductilidad. Tercero, mantiene la
capacidad para terminar sus mandatos. Cuarto, sigue el componente clase del voto
peronista.
Según opinan politólogos, académicos y expertos, uno de los principales desafíos para
los próximos años será organizar la política para brindar un escenario más
transparente y sólido en el tiempo. De lo contrario, todo seguirá dependiendo como
siempre- del gobierno de turno y las circunstancias del momento. Si a esto se le suma que
no hay una oposición fuerte, la estabilidad futura no parece brindar demasiada confianza.
Para Rouvier hay elementos que caracterizan la actual estructura de la política
argentina. Entre otros, cita:
falta de mediación entre la población y el poder;
los medios masivos de comunicación tomaron un rol en el espacio público
como demandante de soluciones para la gente;
hay una fuerte personalización de la política profesional con un alto
grado de nepotismo y la función pública como carrera individual;
divorcio entre la política profesional y la sociedad civil.
Rosendo Fraga, director del Centro
de Estudios para la Nueva Mayoría, observa que estas elecciones ratificaron que se
mantiene la tendencia histórica de que los sectores populares votan las estructuras del
peronismo y los sectores medios votan en contra de ellas: Cuatro de cada cinco
votantes de Cristina son los mismos que votaron a Menem.
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RELEVAMIENTO
DE EXPECTATIVAS DE MERCADO (REM) OCTUBRE07 |
|
CONCEPTO |
2007 |
2008 |
|
PBI
(% anual) |
8.2 |
6.3 |
|
|
|
Consumo
(% anual) |
8.4 |
6.4 |
|
|
|
Inversión
(% anual) |
13.5 |
11.0 |
|
|
|
Prod.
Industrial (% anual) |
6.9 |
6.0 |
|
|
|
Tipo de Cambio ($ x U$S) (1) |
3.18 |
3.27 |
|
|
|
Reservas Internacionales (MM de U$S) (1) |
44.3 |
52.4 |
|
|
|
Exportaciones
(MM de U$S) |
53.5 |
59.3 |
|
|
|
Importaciones
(MM de U$S) |
44.0 |
50.7 |
|
|
|
Tasa de Interés (%) (1)
(2) |
9.60 |
9.90 |
|
|
|
Desocupación (%) (1) |
7.7 |
7.3 |
|
|
|
Recaudación
Impositiva (MM de $) |
197.7 |
240.0 |
|
|
|
Superávit
Fiscal Primario (MM de $) |
26.4 |
28.0 |
|
|
|
Precios
al Consumidor (% anual) |
8.6 |
10.8 |
|
|
|
Indice
de salarios (% anual) |
22.0 |
17.0 |
|
|
|
Cta.
Cte. Balance de Pagos (MM de U$S) |
5.9 |
4.8 |
|
|
(1)
A fin de año
(2) Plazo fijo a 30 días. Fuente: BCRA |
¿Qué se
viene para los próximos años?
Todavía es demasiado pronto para preguntarse si Cristina Kirchner se presentará en 2011
o no. Incluso, si su marido volverá o no en 2011. Lo que es seguro es que Néstor
Kirchner no abandonará su compromiso con el Gobierno. Pero lo que sí está en duda es si
el objetivo de convertirse en una especie de arquitecto político podrá realizarse en
función de intervenir la negociación día a día.
Mientras tanto, tres principales figuras aparecen en el horizonte. Dos de ellas no son
peronistas. Mauricio Macri, Hermes Binner y Daniel Scioli aparecen con tres claros
perfiles diferentes.
Lo que el futuro les depara nadie lo sabe aún. Cristina Kirchner ganó, aunque la imagen
de su marido había caído en los últimos meses, cuando ni siquiera ella lideraba el ranking de imagen positiva y había preocupación por la inflación y la
inseguridad.
¿Por qué ganó entonces? Los analistas coinciden en señalar los siguientes puntos:
porque se le reconoció la capacidad de decisión del
Gobierno;
porque se percibe a Cristina Kirchner como superadora de la etapa anterior
de la crisis socioeconómica, de la devaluación y de la crisis política;
porque se valoró el contexto económico y de expectativas, además de las
obras públicas, los subsidios y la política social;
porque la oposición no realizó aportes concretos para resolver los
problemas de la gente;
y también porque se valoró la política de derechos humanos.
El
diálogo social
Para Sergio Berensztein comienza una normalización del proceso político
después de la crisis económica que significó la salida de la convertibilidad en 2002.
El analista recuerda que Kirchner asumió la presidencia con escaso margen, por lo cual
parte de su labor en los últimos años se explica desde la óptica de una simple
construcción de poder: Fue un período en el que él siempre se sintió débil y la
oposición con derecho a imponer la agenda.
Dentro de los elementos más interesantes que aparecen en el escenario político futuro
está la cuestión del pacto social inspirado en una experiencia de los 70 (ver recuadro), señala Berensztein. Su pronóstico no es el mejor: hay que tener
en cuenta que estos instrumentos han fracasado en el pasado. Sobre todo en América
Latina, y en la Argentina en particular.
Según el politólogo de la UTDT, esta seguidilla de fracasos se debió a la presencia de
tres elementos que siempre se mostraron activos en algún momento de la vida de los
argentinos. Primero, el desgaste de los líderes políticos (le pasó hasta a
Perón). Segundo, el deterioro de las cuentas fiscales. Tercero, la pérdida del
control del conflicto social.
Estos tres elementos se repitieron siempre a lo largo de la historia argentina en los
últimos cincuenta años, dice el analista. Aunque parecería ahora que Cristina
puede encontrar una nueva etapa en ese sentido. Da tres razones:
Primero, Cristina es la renovación de la misma
administración de los últimos cuatro años.
Segundo, el panorama fiscal parece estar de alguna forma despejado.
Tercero, el Gobierno parece haber logrado controlar el conflicto social
habiendo desactivado la práctica piquetera.
Una
experiencia rica en ese sentido parece haber sido la de México de 1982 a la salida de la
crisis, cuenta Berensztein, donde se monitorearon 8 ó 9 variables macroeconómicas por
varios años.
Otra experiencia que aparece es la de Austria: Allí se planteó resolver algunos
conflictos de corto plazo. En aquel contexto tanto los sindicalistas como el Parlamento
gozaban de legitimidad a la hora de discutir estas cuestiones.
El caso austríaco es seguido desde cerca en el Gobierno. Victor Klima, actual número 1
de Volkswagen en la Argentina, fue antes Presidente de Austria. Conoce a la perfección
cómo funcionó aquel proceso, los actores que participaron, en qué consistió el
diálogo y cuáles fueron los tiempos para alcanzar a ver los primeros resultados. Klima
compartió este año un viaje a Europa entre los destinos estuvo precisamente
Austria- junto a Néstor y Cristina Kirchner. Apasionado por la Argentina Klima se
casó con una argentina-, siempre dialoga con la Presidenta electa sobre cómo fue el caso
austríaco.
De todas formas, Berensztein es prudente: Si el pacto de Kirchner termina siendo un
pacto de amigos, no hay futuro alguno en que ello pueda ser algo sostenible. Algo
parecido opinó el ex ministro Roberto Lavagna cuando visitó el Consejo para brindar una
charla durante un almuerzo previo a las elecciones (¿Queremos una Argentina con un
pacto social entre quién: capitalistas amigos y sindicalistas elegidos a dedo?.
(Ver al final de la nota). Muchos hacen la comparación con el Pacto de la
Moncloa, pero aquello fue un pacto político donde participaron todos los partidos
políticos. Nada de ello ocurrirá aquí.
Un
sistema imperfecto
Natalio Botana piensa que las últimas elecciones presidenciales significaron una gran
victoria para el peronismo.
Lo cierto es que Cristina Kirchner sacó una ventaja sobre el segundo candidato (en
realidad, candidata, Elisa Carrió) que fue la más alta desde 1983. Ni siquiera Eduardo
Angeloz había terminado tan detrás de Carlos Menem cuando la hiperinflación privaba al
radicalismo de retener el poder. Angeloz sacó en aquel momento 12 puntos más que la
Coalición Cívica. Para Botana, hoy el peronismo está más fuerte que entonces: La
acumulación sistemática de poder del PJ en el Congreso ha sido un rasgo distintivo de
este partido en las últimas décadas. Su hegemonía en el Senado es abrumadora.
Botana observa con agudeza que probablemente la Argentina sea el único país del Mercosur
que funciona con un partido gubernamental y sin partidos de la oposición: Existe un
gran vacío de partidos políticos y de mediación política. Y el peronismo ha estado
llenando ese vacío.
Para Botana, la política que viene tendrá mucho que ver con esa coyuntura. Siempre se
tejen alianzas con los poderes económicos, sociales y políticos de turno: En
Austria, los sindicalistas fueron encuadrados por los dirigentes políticos de los dos
principales partidos. Y si algo demuestra la última elección presidencial en la
Argentina es la pobreza de nuestro sistema. Aquí todavía no funcionala bipolaridad
partidaria.
Fraga dice en uno de sus informes: se hace evidente la crisis del sistema
bipartidista radicalperonista que dominó la política argentina de 1945, pero permanece
la incapacidad de la derecha y la izquierda para aprovecharla.
El
futuro de la oposición
El consultor y especialista en temas políticos Manuel Mora y Araujo ve la distribución
del voto semejante a la de 60 años atrás.
El peronismo tiene un piso de 40% y eso no ha cambiado a lo largo de los últimos años.
Que el peronismo gane o pierda pareciera entonces que depende más del desempeño de
la oposición en las elecciones que otra cosa, piensa Mora y Araujo.
¿Qué le pasa entonces a la oposición que no puede competir de igual a igual con el
peronismo?
Según Mora y Araujo, uno de los puntos es que la oposición no cuida su capital
político. Explica que sus dirigentes solamente se promueven en la TV. Pero la fórmula
para destacarse debe combinar un buen desempeño en tres ámbitos: la gestión, la
organización y la comunicación: El peronismo siempre ha sabido combinar estos
puntos. La oposición, en cambio, no.
El experto explica que si uno no tiene el poder de Estado no tiene gestión y
entonces debe caer en retroalimentar su capital a través de la comunicación y la
capacidad de organizarse como partido político.
Para Berenzstein se abre un panorama incierto para los partidos políticos. Sobre todo
porque los líderes con mayor potencial para competir y construir un partido en los
próximos años no han mostrado credenciales que permitan ilusionarse en ese sentido.
Carrió, Maurico Macri y hasta el propio Kirchner han demostrado tener ciertos límites
para ello.
La líder de la Coalición Cívica mostró tener un carácter demasiado personalista y no
pudo conseguir que las figuras que la rodean tomen vuelo propio. Macri fue incapaz de
construir su fuerza en el interior del país para las últimas elecciones presidenciales.
Y Kirchner enfrenta el desafío de ordenar un peronismo que sigue intervenido con una
jueza sospechada.
Para Rouvier, la reciente elección ha mostrado el resultado de la atomización de
la oposición. Según su visión, Carrió operó como bisagra entre los restos del
ARI, el Partido Socialista y la centroderecha. Lo que está por delante es el interrogante
sobre una organización a la que se sumaría Ricardo López Murphy, sin peso político ya:
Seguramente la líder de la Coalición Cívica competirá con un Mauricio Macri,
cuyas recomendaciones no tuvieron peso suficiente para que el PRO lograra una mejor
elección.
Según la consultora Poliarquía, el voto porteño no es de Macri ni de Carrió. En
todo caso, es un voto que suele anticipar procesos políticos. Acá, en cada elección, la
gente analiza y decide. Cuando la mayoría -o la primera minoría- de los porteños
votó a la UCR en 1987, a la Alianza en 2001 y a López Murphy en 2003, ¿qué tendencia
anticipaba? ¿La debacle inmediatamente posterior de esas fuerzas políticas?
Para Botana, el escenario más conveniente para la Argentina es aquel donde la posibilidad
de una alternancia se vuelva una alternativa más probable: De lo contrario,
seguiremos con un escenario rengo donde el peronismo siga dominando.
¿Qué
fue el Pacto Social de 1973?
El modelo del ex ministro José Ber Gelbard fue gestado por intelectuales y además
acompañado por equipos técnicos que pensaron su diseño y posterior implementación. El
Pacto fue firmado el 30 de mayo de 1973 entre la CGT (en representación de los
trabajadores), la CGE (en representación de las empresas) y el gobierno de Héctor J.
Cámpora. Fue presentado el 8 de junio ante el Congreso Nacional y tenía previsto un
plazo de vigencia de dos años, aunque luego fue modificado. En esencia, el acuerdo
perseguía un doble objetivo: redistributivo y antiinflacionario. Los participantes se
comprometían a aunar esfuerzos para restituir a los trabajadores asalariados, en cuatro
años, la participación que habían perdido en el ingreso nacional (que había superado
el 50% en el gobierno anterior del general Perón, pero había ascendido al 36% en el
momento de la firma del Pacto). Además, bajo el mismo paraguas se incluyó una serie de
leyes relacionadas con la promoción de la industria nacional, el papel del capital
extranjero y la reforma del Estado. |