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El
nivel de desarrollo industrial-territorial sobre la base de Pequeñas y Medianas
Industrias en el año 2000
Para medir este nivel hemos utilizado el valor del indicador cantidad de ocupados
por las PyMIs por cada mil habitantes residentes. Comparando el valor de este
indicador con su valor promedio nacional se obtiene una primera medida del nivel de
desarrollo industrial-territorial alcanzado por la jurisdicción analizada. Si el valor
del indicador local supera el promedio nacional, ello estaría indicando que el nivel de
desarrollo territorial-industrial logrado sobre la base de PyMIs es relativamente alto. Si
en cambio el valor del indicador de la jurisdicción no supera el promedio nacional,
estaríamos entonces en presencia de un nivel de desarrollo territorial-industrial sobre
la base de PyMIs relativamente bajo.
Veamos un ejemplo. El valor de este indicador para el promedio del país es de 17,4
ocupados en PyMIs por cada mil habitantes. Si consideramos que en la Ciudad de Buenos
Aires el valor de este indicador es de 46,1 ocupados en PyMIs por cada mil habitantes,
mientras que en Formosa es sólo de 2,1, podemos concluir que la Ciudad de Buenos Aires
muestra un desarrollo territorial-industrial relativamente alto, mientras que Formosa es
un caso de desarrollo territorial-industrial relativamente bajo.
Debido a que los niveles de desarrollo de las distintas jurisdicciones que componen una
provincia son muy disímiles, a escala provincial este indicador no refleja adecuadamente
toda su potencia. La mayor ventaja del indicador se manifiesta cuando se lo utiliza a
escala territorial más desagregada (partidos, departamentos o distritos escolares).
Por ejemplo, concentrando nuestra atención en la provincia de Santa Fe podemos observar
que mientras en el departamento de Belgrano (Las Parejas) el indicador alcanza un valor de
59, en los departamentos de 9 de Julio, San Cristóbal y San Javier alcanza solamente
valores en torno a 5. Si concentramos la atención en la provincia de Córdoba, observamos
que en el departamento de San Justo (San Francisco) el valor es de 24, en departamentos
como San Javier y Cruz del Eje alcanza sólo valores en torno a 4, e incluso en otros
departamentos como Minas, Pocho, Río Seco, Sobremonte y Tulumba el valor es inferior a 1.
Una provincia muy interesante por la relativa uniformidad del grado de desarrollo
territorial-industrial alcanzado es Mendoza: allí la gran mayoría de los departamentos
muestra un valor del indicador que se sitúa entre 10 y 20. Unicamente dos departamentos,
que curiosamente son limítrofes entre sí, se sitúan muy lejos de esta banda central: La
Paz en el extremo inferior (0,2) y Santa Rosa en el extremo superior (34).
El desempeño industrial-territorial sobre la base de PyMIs entre 1994 y 2000
Para medir el desempeño industrial de cada jurisdicción territorial se comparó la
evolución entre 1994 y 2000 del Indice de industrialización sobre la base de
PyMIs. El valor del índice es igual al cociente entre la cantidad de ocupados en
las PyMIs cada mil habitantes en cada jurisdicción y la cantidad de ocupados en las PyMIs
cada mil habitantes del total del país. Siguiendo con el ejemplo de comparar la Ciudad de
Buenos Aires y Formosa, se observa que para el año 2000 el índice en la Ciudad de Buenos
Aires alcanzó el valor de 2,7 (46,1/17,4), mientras que en Formosa alcanzó sólo el
valor de 0,1 (2,1/17,4). En 1994 el valor del índice en la Ciudad de Buenos Aires era de
2,3 y en Formosa de 0,3.
Por las mismas razones descriptas anteriormente, es decir las diferencias de desarrollo
productivo en el interior mismo de las provincias, la potencia de este indicador es mayor
en escalas territoriales más desagregadas que a nivel provincial. La evolución entre
1994 y 2000 del índice de industrialización sobre la base de PyMIs puede ilustrar
adecuadamente la contribución que las PyMIs hacen al desarrollo de cada jurisdicción
territorial.
Veamos un ejemplo. Si concentramos la atención en la Ciudad de Buenos Aires, podemos
observar que mientras en el distrito escolar XII (Floresta, Flores, Villa Santa Rita y
Villa General Mitre) el valor del índice pasó de 2,7 en 1994 a 4,1 en 2000, mostrando
una contribución creciente de las PyMIs al desarrollo industrial de dichos territorios,
las PyMIs localizadas en el distrito escolar XIII (Mataderos, Parque Avellaneda, Villa
Luro, Liniers) disminuyeron su aporte al desarrollo local (el índice pasó de 4,3 a 3,9).
Si en cambio nos detenemos en el Gran Buenos Aires, podemos observar que mientras las
PyMIs del partido de Tres de Febrero entre 1994 y 2000 aumentaron su contribución al
desarrollo industrial local, las de Tigre disminuyeron su aporte y las de Almirante Brown,
Esteban Echeverría, Florencio Varela, General Sarmiento, Merlo y Moreno continúan sin
hacer un aporte significativo.
La disponibilidad de recursos empresariales locales
Para medir la disponibilidad de recursos empresariales locales se utilizó el indicador
cantidad de PyMIs por cada mil habitantes. Si se califica como
emprendedores industriales a todos aquellos titulares de actividades
manufactureras que generan su propio rédito y también oportunidades de ocupación para
individuos residentes en la misma localidad o en localidades vecinas, entonces se puede
afirmar que cuanto más alto es el número de PyMIs en un determinado territorio, más
alto será el número de emprendedores industriales y por lo tanto, mayor el nivel de
difusión territorial de las capacidades empresariales.
De este modo, la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Buenos Aires, Mendoza, San Luis y
Córdoba son las provincias, en orden decreciente, que muestran la mayor disponibilidad de
recursos empresariales locales.
Sin embargo, las informaciones más interesantes surgen considerando este indicador en un
nivel territorial más desagregado. Por ejemplo, en la provincia de Santa Fe la
disponibilidad de recursos empresariales locales en los departamentos de Belgrano y Las
Colonias supera en un 70% el promedio de la provincia. En Córdoba, la disponibilidad de
recursos empresariales de los departamentos de San Justo y Marcos Juárez supera en más
de un 60% el promedio provincial.
En el Gran Buenos Aires, comparar los distintos partidos que los integran resulta también
muy interesante.. Se observa que el noroeste, conformado por los partidos de San Martín,
Tres de Febrero y Vicente López, muestra la mayor abundancia de recursos empresariales
locales, superando casi tres veces el promedio total del territorio.
La calidad de los recursos empresariales locales
Así como algunas veces los límites al desarrollo productivo pueden explicarse por la
relativa escasez del factor capital o del factor trabajo, en algunos casos también
podrían explicarse por la relativa escasez del factor empresarial. O más precisamente,
por la baja capacidad organizativa de los recursos empresariales existentes en un país o
una localidad.
Para medir la capacidad organizativa-empresarial (O-E) algunos investigadores utilizaron
como indicador la dimensión media de las empresas. Un país caracterizado por la ausencia
de grandes y medianas empresas y con predominio de pequeñas y microempresas, muestra una
baja capacidad de los recursos empresariales. Una baja calidad de las capacidades O-E se
refleja en la persistencia en el tiempo de una baja dimensión media de empresa. Siguiendo
esta perspectiva, utilizamos aquí la dimensión media de las PyMIs como un indicador de
la calidad de los recursos empresariales locales. En aquellas jurisdicciones territoriales
donde la dimensión media de las empresas es mayor se considerará que el recurso O-E es
de calidad superior.
Como introducción a este punto se puede destacar que en la Argentina, entre 1994 y 2000,
la dimensión media de las PyMIs disminuyó ligeramente desde un valor de 6,3 ocupados por
empresa en 1994 a 5,6 ocupados por empresa en 2000. Las investigaciones realizadas por el
Observatorio PyMIs muestran además que durante este período se verificó también una
disminución de la dispersión de los tamaños de las empresas: en el 2000 las PyMIs son
más pequeñas y mucho más parecidas entre sí de lo que eran en 1994.
La reducción de la dimensión media de las empresas a escala nacional está captando
seguramente el fenómeno del aumento de la productividad del trabajo, que se observó a
partir de la estabilización macroeconómica y de la introducción de nuevo equipo durable
de producción durante casi toda la década, y es por eso que la evolución entre 1994 y
2000 no puede ser tomada como un buen indicador de la disminución de la calidad de los
recursos empresariales. Tampoco el valor del indicador a escala nacional puede ser
considerado como una medida inapelable de la calidad de los recursos empresariales
independientemente del sector industrial, ya que en algunos sectores la tecnología
dominante puede ser compatible con dimensiones menores que en otros sectores.
Sin embargo, el indicador puede medir razonablemente bien la calidad del recurso O-E
cuando se compara la dimensión media de las empresas en cada jurisdicción territorial y
en un momento dado del tiempo. Efectivamente, en Mendoza, si en el año 2000 la dimensión
media de las PyMIs del departamento de Santa Rosa fue muy superior a la de las empresas de
San Rafael -ambos territorios muy especializados en la producción agroalimentaria-,
podemos concluir que la calidad de los recursos O-E localizados en Santa Rosa son
superiores a aquellos localizados en San Rafael.
Obviamente, el indicador mide sólo el promedio de la calidad del recurso O-E y puede
esconder en su interior grandes dispersiones de capacidades individuales. De todas
maneras, se considera que a un nivel general de aproximación, buscando comparaciones
rigurosas pero muy rápidas entre distintos territorios del país, el indicador refleja
bien la realidad de los recursos O-E de las PyMIs de cada jurisdicción.
(1)
Extracto del estudio homónimo efectuado por el Observatorio Permanente de las
PyMIs Argentinas (IDI-UIA), Buenos Aires, noviembre de 2002.
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