El titular del Banco de la Provincia de Buenos
Aires, Martín Lousteau, adelantó que en el transcurso de este mes se abrirá un
plan de regularización para deudores morosos con la entidad, dirigido a pequeñas y
medianas empresas que entraron en mora en sus créditos en la crisis de 2001.
"Hay créditos que fueron bien otorgados y otros mal otorgados. Para las empresas que
tuvieron créditos bien otorgados pero que no pudieron abonar por la crisis vamos a tener
novedades", anunció el funcionario al disertar hoy en el II Congreso
Nacional e Internacional de Finanzas de la Empresa y Mercado de Capitales que
organiza el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos
Aires.
Lousteau agregó que el plan se va a lanzar "durante septiembre" y que el mismo
buscará darle un marco "equitativo y homogéneo" para que las PyMEs puedan
replantear sus deudas con la entidad.
"Esto no implica quitas, sino ser equitativos en la actualización" de los
montos adeudados, advirtió y explicó que "los que están fuera del sistema podrán
repagar sin la intervención de intermediarios ni abogados".
"Cuando viene un tsunami, la tasa de interés deja de ser una referencia de la
capacidad de pago, entonces hay que estandarizar los prestamos", ejemplificó el
banquero.
Por su parte, el titular el Banco de la Ciudad de Buenos Aires, Julio Macchi,
aseguró que la entidad está en condiciones de conceder créditos a viviendas ubicadas en
barrios alejados, aunque no dio detalles de la nómina de esos lugares.
Según el directivo, "el Ciudad está en condiciones de financiar casas cuyo alquiler
no supere el 1 por ciento del valor inmobiliario de la construcción".
En tanto, economistas y banqueros coincidieron hoy en que la falta de crédito de largo
plazo es actualmente un fuerte condicionante en el proceso productivo y de crecimiento
para la pequeñas y medianas empresas, aunque reconocieron que los préstamos están
creciendo a buen ritmo desde la salida de la convertibilidad.
El vicepresidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Carlos
Quaglio, consideró que el sistema financiero argentino debe convertirse en una
banca que siente las bases para la implementación de una pauta de desarrollo y facilitar
el acceso al crédito para las empresas.
"En el BICE y en el Ministerio de Economía estamos convencidos de que el sistema no
debe ser de un banco de desarrollo sino de una banca integrada por varias entidades que
siente las bases para la implementación de una pauta de desarrollo", aseguró el
funcionario.
Quaglio manifestó que "el apoyo que se otorga a las empresas con fines de inversión
se da con un criterio de desarrollo y son proyectos que se están apoyando desde la
política gubernamental".
"La inversión en la Argentina con el PBI y la posibilidad de crecimiento -cuando
estamos en alrededor en una participación de 21,5 por ciento- debería acrecentarse para
mantenerse la economía en los niveles actuales de crecimiento", explicó.
El directivo del BICE consideró que la banca debe tener magnitudes suficientes para
mantener la infraestructura de la economía y para ello aseguró que "se necesita
más crédito que genere más empleo y demás bondades del sistema económico".
"Lo que es interesante destacar es el financiamiento, que muchos casos no tiene que
ver con inversión, sino con adquisición y fusiones de firmas", admitió Quaglio y
agregó que "el fondeo es un caso interesante desde el mercado de capitales, aunque
también lo puede hacer con recursos propios o presupuestarios, tanto desde el BICE como
desde el Banco de la Nación Argentina".
Aseveró que "en el caso de financiaciones es la posibilidad que tiene la banca de
desarrollo para poder atender el financiamiento de una manera compartida con empresarios o
con quienes asuman riesgo, para que puedan obtener plazos y un período de gracia acorde
al proyecto".
El vicepresidente dio por sentado que "esto no le interesa sólo al empresario"
y que el "acceso al crédito debe ser sencillo".
"Si bien uno toma garantías, todos sabemos que las ejecuciones hipotecarias no son
una fuente de recupero exitosa. Uno desea el pago y el flujo de fondos y no la
liquidación de una planta que afecta a más intereses", resumió.
En relación a los avales, el banquero señaló que "tampoco sirven los fallos a
nivel jurídico" contra los activos de los titulares de las empresas.
"Esperamos que en el financiamiento la banca pública sea la nave insignia de una
bancarización de desarrollo", concluyó Quaglio.
Javier Alvaredo, director de MVA-Macroeconomía,
consideró que el problema de la alta volatilidad en la financiación privada de la
Argentina responde a "la falta de una moneda para firmar contratos de largo plazo que
haga sentir cómodos al banco y la empresa".
De todos modos admitió que "la economía está muy bien, lo que debería despejar
dudas, al igual que la reestructuración de la deuda".
Alvaredo consideró que "se espera un incremento de la demanda de créditos de
mediano y largo plazo" debido a que muchas empresas del sector industrial están al
tope de su capacidad de producción lo cual implica que necesitaran ampliar sus
instalaciones.
El economista asesor de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la
República Argentina (ABAPPRA), Hernán del Villar, coincidió con Alvaredo en la
necesidad de una moneda estable.
"Hay que tener una moneda de mediano plazo para desarrollar los préstamos para la
inversión", manifestó Villar e indicó que por fuerza de la demanda de las PyMEs
"habrá mayor competitividad entre los bancos" en la oferta de productos
financieros para el sector productivo.
Acceda al
material de los siguientes expositores:
Dr. Julio A. Macchi
(zip, 440Kb)
Lic. Martín Lousteau
(zip, 218Kb)
Lic. Héctor Quaglio (zip, 537Kb)
Lic. Javier A. Alvaredo (zip, 236Kb)
Lic. Hernán del Villar (zip, 449Kb)
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